sábado, 26 de agosto de 2017

Una manifestación inútil (en cierto sentido).

Las manifestaciones se convocan para hacer público nuestro descontento a alguien cuando percibimos que no existen otras vías o que estas son inútiles. Por este motivo, los destinatarios de las manifestaciones acostumbran a ser gobiernos que tienen blindada su mayoría parlamentaria. En estos casos, lo que estamos diciendo es "no haces caso de la oposición, pero estás equivocado".
Las manifestaciones contra el terrorismo o el golpismo son, en este sentido, atípicas. No se convocan contra el gobierno, sino por el gobierno. Sirven para muchas cosas: nos hacen sentirnos fuertes después de que un atentado nos haya mostrado débiles, nos hacen sentirnos acompañados, son como la marca del final del duelo y le muestran al destinatario de la manifestación (el terrorista, el golpista) que no nos representa y que no podrá con nosotros. Los golpistas del 23F y los etarras se veían a sí mismos como la vanguardia de una nación que los acabaría siguiendo. Las multitudinarias manifestaciones contra ellos les decían que no eran la vanguardia de nada. No sé si cumplieron su objetivo, pero alguna duda seguro que sembraron.
Las manifestaciones contra el terrorismo islamista sirven para sentirnos mejor, más fuertes, más acompañados. Pero no sirven para decirle al destinatario que está equivocado. Le estamos diciendo que nuestra sociedad está en su contra, pero eso él ya lo sabe, de hecho, él decidió antes que tú que estabas en su contra..

lunes, 17 de julio de 2017

La votación definitiva.

El 1-O se celebrará un 9-N bis.
La Generalitat pondrá urnas, pero no las pondrá en todos los sitios. Mucha gente se quedará sin votar, algunos porque no podrán, otros muchos porque no querrán. El no-referéndum lo ganará de calle el Sí, porque solo los del Sí lo considerarán un referéndum. Quizá declaren algo parecido a la independencia, pero el TC dirá que esa declaración es ilegal e inútil. Y entonces la Generalitat hará lo que puede hacer sin que el gobierno central pueda evitarlo ni obstaculizarlo: convocar elecciones autonómicas. Estas elecciones serán las definitivas, si las ganan los independentistas claramente, la independencia será imparable. Si las ganan los constitucionalistas claramente, la independencia se aplazará por una o dos generaciones como mínimo. Si se repite la composición actual del Parlament, la independencia se aplazará por un par de legislaturas.
La pelea está ahora en ganar esas elecciones. Y la victoria en esas elecciones (como en todas) depende de captar a los que pueden cambiar de opinión, no en convencer aún más a los ya convencidos. Para hacer cambiar de opinión, se utilizarán tres sentimientos básicos: la ira, el miedo y la ilusión.
¿Contra quién dirigirán su ira los decepcionados por el aplazamiento de la independencia? ¿Contra los cobardes de JxSí y no votarán?  ¿Contra los fascistas del PP?
Las gentes "de orden" independentistas. ¿Mantendrán la ilusión tras un nuevo aplazamiento? ¿Se asustarán ante una independencia que no saldrá gratis? ¿Redoblarán su enojo con el centralismo que no les deja votar?
¿Con qué nacionalistas estarán más enfadados los votantes de izquierda que ahora rondan a los comunes?
¿Esos votantes de partidos centralistas en las generales que no votan en las autonómicas se asustarán ante una independencia posible e irán a votar? ¿O se ilusionarán ante la posibilidad de el primer gobierno sin nacionalistas catalanes?
En ese delicado equilibrio de moverán todos los actores. Tendrán que calcular cuántos votantes, cuántos pierden y cuántos recuperan de la abstención para el contrario con cada decisión.

martes, 4 de julio de 2017

Y los fachas me callaron la boca.

Hace unos días, dos amigos míos publicaron en Facebook el mismo enlace. Una organización fascista publicaba que en Manresa unos "moros" habían dado una paliza a unos "españoles" y uno de los agredidos estaba hospitalizado en la UVI.
La noticia tenía toda la pinta de ser un bulo: solo se mencionaba en ese medio, no contenía ningún dato concreto (lugar de la paliza, hospital en el que habían ingresado al herido, fecha de los hechos...) y nadie más lo había mencionado. Manresa es muy pequeña, vamos, un pueblo grande. Así que, harto de la postverdad,  me tiré al ruedo y dije públicamente que eso era mentira.
Dos días después, la prensa manresana publicaba la noticia.
No lo entiendo. ¿Por qué tardaron tanto los medios en publicarla?
¿No se enteraron? Imposible, los hechos pasaron a las ocho de la tarde en la calle más concurrida de Manresa.
¿Para no crear alarma? Si se va a acabar sabiendo y, además, por los que aprovecharán para exagerar lo que ha pasado para crear más alarma.
¿No era una noticia importante? Si en la portada de la edición digital del único medio impresa se publica que un parque tiene columpios oxidados.
Y lo peor de todo. Los fascistas han ganado credibilidad. La próxima vez que los fascistas publiquen una exageración, una media verdad o una mentira, ¿cómo demonios voy a convencer a los que lo lean de que se informen mejor antes de formarse una opinión?

lunes, 5 de junio de 2017

Esa inquietante conjunción adversativa.

Este domingo se produjo un accidente entre un taxi y un vehículo particular en la Avenida Diagonal de Barcelona. En la versión impresa de la edición de Cataluña de El País, la noticia se daba así.
El redactor podía haber optado por una aséptica coma: "El conductor del taxi tiene 54 años, el resto de víctimas tiene entre 20 y 24". O por la modesta y omnipresente conjunción copulativa "y". En cualquiera de estas dos opciones, las edades de los ocupantes de uno y otro vehículo resultan datos independientes. Sin embargo, ha escogido la conjunción adversativa "pero". Se me ocurre algún contexto en el que la oposición entre dos edades justifique el "pero". "Yo ya tengo 38 años, pero los demás jugadores tienen entre 18 y 22", para justificar que mi equipo es inexperto a pesar de mi edad. "Yo tengo 52 años, pero mi hija tiene 10", para aclarar mi presencia en una fiesta infantil. Pero, en esta noticia, ¿qué nos quiere decir el periodista con ese "pero"?  Quizás está insinuando, "no pasa nada porque se haga daño un señor mayor, PERO es grave que se hagan daño jóvenes en la flor de la edad. O "la circulación es muy segura cuando conducen señores maduros, PERO es un peligro cuando conducen jovenzuelos de fiesta". O vete a saber tú.

P.D. En la versión digital, se usa la locución conjuntiva "mientras que". También tiene un cierto matiz adversativo, aunque mucho más diluido.


martes, 25 de abril de 2017

La izquierda puritana.

Hace unos meses escribí que Trump y Rajoy habían ganado elecciones gracias a esos votantes de izquierdas que no quieren votar a un candidato "malo" ni siquiera para evitar la  victoria de un candidato peor.
http://hoymehapasadoporlacabeza.blogspot.com.es/2016/11/el-votante-exquisito.html

La izquierda más purista de Francia también cae en esa trampa.
http://www.20minutos.es/noticia/3019051/0/melenchon-pide-prudencia-con-los-resultados/

domingo, 23 de abril de 2017

Renunciar a tus derechos.

Ayer murió Michele Scarponi atropellado mientras entrenaba por un conductor que "no lo vio". Uno más que se añade a la larga y negra lista de ciclistas fallecidos en la carretera  por el error de un automovilista.
Yo animo a mis hijos a ir en bicicleta, pero les recuerdo que deben tener cuidado, que no se fíen de los derechos que el código de circulación dice que les otorga. Que, aunque tengan preferencia en un cruce, si se acerca un coche es mejor dejarle pasar. Que eviten algunas carreteras que no les están prohibidas por las normas. Que se abstengan de pedalear por ciertas carreteras a ciertas horas. Creo que nadie me reprochará mi prudencia.
Cambiando de tema. Me gustaría decirle a mi hija que puede ir vestida como quiera, cuando quiera y por donde quiera. Pero no lo haré. Aunque la mayoría de los hombres somos razonablemente buenos, hay los suficientes hombres malos como para aconsejarle que no se vista según cómo si piensa pasar por determinados sitios a determinadas horas. Espero que nadie me acuse de antifeminista, como nadie me acusa de anticiclista cuando le digo que no vaya en bicicleta por determinadas carreteras a determinadas horas.