sábado, 5 de marzo de 2011

¿Por qué no se generaliza el teletrabajo?.

El teletrabajo ofrece muchas ventajas:

  • Favorece la conciliación laboral y familiar.
  • Supone un importantísimo ahorro en el consumo de combustibles fósiles.
  • Disminuye la contaminación.
  • Se ahorra el tiempo improductivo de los desplazamientos entre el domicilio y el trabajo.
  • Disminuye la siniestralidad laboral por desplazamientos.
Sin embargo, la proporción de tareas realizadas mediante teletrabajo sigue siendo ínfima. ¿Qué hace que el teletrabajo no se generalice? Se me ocurren algunas causas.

  • La banda ancha de que disponemos en España todavía no es muy ancha.
  • Por parte del trabajador exige unas altas dosis de autodisciplina. Cuando estás trabajando, estás trabajando, aunque estés en tu casa.
  • El empleador no se fía. Como no ve trabajar al empleado, no sabe si lo está haciendo bien o no. En realidad, el origen del problema es otro: el empleador no sabe evaluar al empleado. Son muchos los jefes que sólo saben ver cuántas horas echan sus subordinados. Para éstos, el teletrabajo es una catástrofe, les hace perder el único y absurdo baremo que utilizan.
Para probar si mis suposiciones son correctas, he analizado uno de los pocos campos profesionales en los que el teletrabajo ha tenido éxito: las traducciones.

  • Los traductores sólo necesitan conectarse dos veces para realizar su trabajo: una para recibir el texto que deben traducir y otra para enviar el resultado. Para ellos, la velocidad de conexión no es tan relevante, tienen superada la primera traba.
  • Tradicionalmente, los traductores han sido trabajadores autónomos. Se trata de una tarea que requiere mucha concentración Ya están acostumbrados a trabajar en casa abstrayéndose del entorno. Tienen superada la segunda traba.
  • Para los traductores sí que existe una medida alternativa a las "horas que echan": el número de palabras que traducen. Los empleadores no necesitan saber cuántas horas se pasan los traductores delante de la pantalla para determinar si su trabajo les resulta rentable.
¿Cómo podemos eliminar estas tres trabas para perder menos tiempo, contaminar menos y consumir menos energía?

  • La primera traba se supera con inversiones en infraestructuras.
  • La segunda traba la superaremos los empleados a tortas. Cuando nos valoren por objetivos cumplidos y no por horas trabajadas,  ya cerraremos la puerta para que nos molesten.
  • La problemática es la tercera traba. Los jefes que sólo saben valorar las horas que los empleados dedican al trabajo, que tienen como única herramienta de motivación el grito y la intimidación y que desconfían de todo lo que pasa a sus espaldas; ¿cómo van a saber trabajar con distancia física respecto a sus empleados?

martes, 1 de marzo de 2011

Un presidente para todos los españoles.

Creo que Manuel Vázquez Montalbán decía que en las elecciones presidenciales de Estados Unidos tendríamos que poder votar todos los ciudadanos del mundo, porque a todos nos gobernará el presidente elegido. También escuché en un bar que el presidente de Fútbol Club Barcelona lo tendríamos que escoger entre todos los catalanes, aunque no seamos socios o ni siquiera simpatizantes de dicho club, dado el alto porcentaje del tiempo de emisión que le dedican los medios públicos de comunicación.
Teniendo en cuenta el poder y la autoridad moral que se arroga la iglesia española, creo que todos los ciudadanos deberíamos tener el mismo derecho a voto que tienen los católicos para escoger a su máximo dirigente en España.. Ay!, calla, si ya lo tenemos.

lunes, 28 de febrero de 2011

El pibe que arruinaba las fotos.

Como Hernán Casciari explica en su blog, esta novela se escribió sola enlazando los diferentes cuentos autobiográficos que había publicado previamente en el susodicho blog. Como dice la publicidad del libro, a ratos te ríes y a ratos te entristeces. Lo que no dice la publicidad es que, de un suceso a otro, a ratos te aburres. El resultado global es bueno, pero demasiado irregular.

domingo, 27 de febrero de 2011

El terremoto del negocio de los creadores.

En esta guerra maniquea entre creadores e internautas, yo estoy algo más cerca de los creadores que de los internautas.
- Seguro que este tío es "creador".
Efectivamente, "creo" software. Sin embargo, los productos que yo creo sólo le sirven a la empresa que me paga. Mi modus vivendi no se ve afectado por la piratería.
Creo que los creadores deben vivir dignamente de su trabajo si son buenos y lujosamente si son muy buenos. En caso contrario, la literatura, como decía Josep Pla de la literatura catalana de los años 50 , será una literatura de domingos por la tarde, si llueve.
Cuando los "internautas" alegan que la cultura es un derecho universal para justificar el pirateo, pienso que la alimentación es un derecho aún más básico y que nadie justifica el saqueo de tiendas de alimentos si no es en situaciones extremas.
En estas, llega Javier Marías y explica en un artículo en contra de la piratería que los escritores sólo reciben el 10% del precio de un libro. Mierda, los pinos talados para fabricar un libro, la gasolina quemada para distribuirlo, las comisiones de agentes literarios y de concejales de urbanismo que aprueban la construcción de centrales logísticas (antes llamadas almacenes); no quiero pagarlos. Los sueldos de transportistas, impresores y libreros que sólo han leído el código de barras y la banda magnética de mi tarjeta, tampoco. ¿Por qué cuando compro un libro digital sólo me ahorro un 15% en lugar del 90%?
El último libro que he leído, "El pibe que arruinaba las fotos", me lo regaló su autor, Hernán Casciari. Lo colgó en su blog, Orsai, coincidiendo con su aparición en los anaqueles de las librerías. Esperaba que muchos de los lectores en la versión digital acabásemos comprando la versión en papel. Creo que éste tampoco es el camino. La fascinación por el libro físico desaparecerá con nuestra generación, del mismo modo que desapareció la fascinación por el manuscrito cuando apareció la imprenta.
Necesitamos encontrar un modelo de negocio para los creadores.

sábado, 26 de febrero de 2011

Necesitamos la derrota de Gadafi.

Gadafi no gobierna mejor que lo hicieron Ben Alí o Mubarak. Si el dictador consigue mantenerse en el poder, la lección que se llevarán los dictadores vecinos es que ante las revueltas populares, la mejor receta no son las concesiones sino la brutalidad en la represión.
Por cierto, la acusación de que agentes extranjeros drogaban a la juventud para ponerla en contra de los patriotas, me recordó (y me pareció tan absurda) a la que la izquierda abertzale propaló en los 90. Entonces, la izquierda independentista extraparlamentaria hizo suya la estrafalaria hipótesis. No se si ahora los perriflautas de palestina al cuello compartirán la tesis de Muammar al-Gadafi.

viernes, 18 de febrero de 2011

A sangre fría.

Empecé a leer esta novela de Truman Capote con cierta prevención. Eso de la novela de no ficción, a priori, no me convence. Si el novelista no tiene suficiente imaginación, que se haga periodista o historiador. Si el periodista tiene una imaginación desbordante, que no nos engañe y se haga novelista. Sin embargo, una vez más, he tenido que aparcar mis prejuicios, la novela me ha gustado y, leída como ficción,  me ha parecido una historia suficientemente atractiva. Leída como no ficción, me ha hecho reflexionar más que una novela normal.
¿Cual debe ser el objetivo del sistema penitenciario? El populismo incide, sobretodo, en su vertiente punitiva: la cárcel debe servir para castigar al que delinque. El buenismo incide en su vertiente educadora, la cárcel debe servir para rehabilitar al delincuente. En realidad, ambas son visiones parciales del objetivo real, reducir la delincuencia. El miedo al castigo puede evitar delitos, por lo tanto la visión punitiva sirve. Una persona rehabilitada en la cárcel no volverá a delinquir cuando salga, por lo tanto la visión educativa sirve. Por otra parte, como visiones parciales que son, pierden efectividad el algunos ámbitos.
Desde el punto de vista punitivo, las alteraciones de conducta provocadas por las drogas (legales o no) se deben considerar como atenuantes. Como estaba borracho, no sabía lo que hacía y no se le puede castigar con tanta severidad. Desde el punto de vista educativo, los mismos delitos deben tratarse intentando eliminar la adicción en lugar de castigando. Desde un punto de vista global, el castigo debería de ser, por lo menos, el mismo. Si una persona no puede controlar sus actos cuando va drogada y no puede evitar drogarse, lo mejor para todos es que esté encerrado en algún sitio.
Curiosamente, sólo desde la legislación de tráfico, se ha llegado a la conclusión de que el objetivo es evitar el daño en lugar de determinar la responsabilidad.

martes, 15 de febrero de 2011

Un fallo previsible.

Vale que los anabolizantes tienen poco efecto en los deportes de resistencia, como las pruebas por etapas en ciclismo.
Vale que un picogramo no demuestra una administración masiva de sustancias dopantes.
Vale que Alberto Contador ha parecido muy sincero en sus protestas
Admito todo esto y más, pero no puedo dejar de pensar que la decisión del Comité de Competición de la  Federación Española de Ciclismo de absolver a de Alberto Contador por el presunto dopaje en el pasado Tour de Francia, ha sido mediatizada por el nacionalismo. Que les pregunten a Carlos Gurpegui, David Meca y Josep Guardiola.