Hace unos días, alguien me dijo que Miquel Iceta había pasado algunos veranos de su infancia en Briviesca. Busqué por internet y encontré este artículo del Diario de Burgos. https://www.diariodeburgos.es/noticia/ZCC9639F3-CB2A-EA84-7941DCAF1A0FDBA3/20160126/veranos/iceta/pescando/culebrilla
Yo no veraneé en Briviesca, sino en Llano de Bureba. Yo no me bañé y pesqué cangrejos en La Culebrilla, sino en El Rosal. Pero está claro que nuestro veranos burebanos se parecían. Es más, yo también asistí al canto del Himno a Briviesca. Estar en la Plaza Mayor rodeado de gente cantando me puso el vello de punta. Tenemos que admitirlo, el nacionalismo es emocionalmente poderoso.
Para que os hagáis una idea, aquí dejo un video del año pasado que he encontrado en Youtube.
https://youtu.be/JVIa8KFvuF0
Desde fuera, visto desde la razón, nada especial. Desde dentro, visto desde la emoción, la satisfacción de pertenecer a la comunidad. Parten con ventaja. No es de extrañar que periódicamente, cuando las cosas se tuercen un poco, una ola de nacionalismo recorra el mundo.
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domingo, 15 de septiembre de 2019
sábado, 8 de noviembre de 2014
Una serie de felices encuentros.
Encontrar una catedral.
Cuando tenía doce años, visité por
primera vez la Catedral de Burgos. A esa edad, poca cultura tenía.
Parafraseando a Faemino y Cansado, podía apreciar que la Escalera
Dorada de Gil de Siloé era, efectivamente, dorada. Pero era incapaz
de identificar los elementos de gótico flamígero. Es más, no sabía
ni pronunciarlo. No obstante, tuve la suficiente sensibilidad como
para quedar impresionado.
Encontrar un pintor.
Poco después, visité por primera vez
el pequeño museo comarcal de Manresa, mi ciudad natal. Nada más
entrar, a mano izquierda, se accedía a la Sala Mestres Cabanes.
Josep Mestres Cabanes era un pintor manresano que alcanzó un mediano
reconocimiento a mediados del siglo pasado, más como escenógrafo
que como pintor. En la Sala Mestres Cabanes se exponían, y se
exponen, varios dioramas de una escenografía para Aida (la ópera, no
la serie) que diseñó para el Liceo y algunos óleos. En varias
pinturas se representaba la catedral de Burgos. La catedral que había
descubierto ese verano y que me había impresionado. En esa sala, de
alguna manera, quedaba conectado el pueblo en el que nació mi padre
con la ciudad en la que había nacido yo.
Encontrar un libro.
Si habéis leído “La sombra del
viento”, recordaréis que la novela empieza con la visita del
protagonista al Cementerio de los Libros Olvidados. Este peculiar
cementerio es un homenaje a una prestigiosa librería de segunda mano
de la calle Canuda de Barcelona. Esta librería, ahogada por la
escalada de los alquileres, tuvo que cerrar a finales de 2013. Antes
de que cerrase, tuve la oportunidad de visitarla por última vez y de
encontrar una pequeña joya: un libro de pinturas de Josep Mestres
Cabanes. Un libro editado por la Caja de Ahorros del Círculo
Católico de Burgos, impreso por Heraclio Fournier (o sea, que el
papel es bueno) y titulado La Catedral de Burgos en la Pintura de J.
Mestres Cabanes.
Encontrar unos amigos que
me acompañen.
Desde entonces, tengo un pequeño
objetivo: visitar la Catedral de Burgos con Josep Mestres Cabanes
como guía. Creo que puede ser una deliciosa forma de disfrutar de la
catedral. Ir comparando lo que aprecian mis ojos con lo que vio el
pintor. ¿Me queréis acompañar? Aprovecho estas líneas para
proponer a la Junta de la Asociación que programe esta actividad.
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