El ecologismo egoísta.

En pocos días, he leído en los periódicos dos noticias que me parecen estar relacionadas. La primera, las declaraciones de Ana Botella manifestando que "El planeta ha de estar al serviciodel hombre, no al revés". La segunda, los destrozos causados por visones americanos en granjas catalanas.
La primera es la afirmación de alguien que se cree el Génesis a pies juntillas y que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios (viendo el resultado, o Dios es un chapucero con las manualidades, o bien resulta una deidad bastante cortita).
Para la segunda, han ayudado esas almas de cántaro educadas sentimentalmente por Bambi que creen que el mejor estado para cualquier animal es siempre la libertad.
Luego estamos los ecologistas egoístas, que creemos que nuestro objetivo como especie es reproducirnos tanto como podamos y perpetuar nuestros genes tanto como sea posible. Para conseguirlo, creemos que la mejor herramienta es el ecologismo. Se han encontrado formas de vida en ambientes tan inhóspitos como Río Tinto. Por mucho que nos carguemos el medio ambiente, no haremos desaparecer la vida del planeta. Eso sí, podemos hacerlo inhabitable para nosotros mismos. Liberar radioactividad a la atmósfera favorece la biodiversidad, aunque probablemente por el camino se cargará bastantes ejemplares de seres humanos. No estamos a favor de los animales, estamos a favor de los seres humanos. Por eso pedimos aire y agua limpios, bosques que puedan captar el CO2, casquetes polares que acojan mucha agua para no elevar el nivel de los mares, nieves perpetuas en las altas montañas como reservas de agua dulce, energías renovables para no agravar el efecto invernadero, una capa de ozono y una radioactividad baja para evitar mutaciones que alguns veces mejoran la especie pero la mayoría provocan cánceres...