Abel mató a Caín.

Abel mató a Caín. Luego, aprovechó que no le podían contradecir para explicar la historia como más le convenía.

Una versión sobre el 11-M.

Érase una vez un presidente de gobierno días antes de unas elecciones generales. Entró en su despacho el Ministro de Interior.
- Presidente, tengo las últimas encuestas sobre intención de voto. Perderemos la mayoría absoluta.
- Querido Ministro, sabes que el miedo juega a nuestro favor. Un atentado ahora nos vendría muy bien.
- De acuerdo Presidente, creo que podremos hacer algo.
Días después se produjo un terrible atentado. El gobierno convocó manifestaciones, el pueblo las secundó masivamente. Todo parecía salir a pedir de boca, pero algo falló: la mayoría de la gente, en vez de apoyar al Gobierno, lo acusó de querer engañarnos. La derrora electoral fue tremenda.
- Ahora ¿qué hacemos?, Presidente En Funciones. - dijo el Ministro de Interior en Funciones.
- Ése es vuestro problema, que yo me voy y tengo trabajo en otro sitio. Tal vez, podéis insinuar que los que han ganado estaban implicados en el atentado.
- Pero si lo montamos nosotros.
Por eso, por eso. Culpa a los otros antes de que te culpen a tí. Aquí tienes las tarjetas de dos amigos míos, uno manda en un periódico y el otro tiene un programa de radio. Te ayudarán.

P.D. Juro por todos los santos a todo el mundo, que esto es pura ficción, aunque abeces se parezca a la realidad.