Fundación y Tierra

Tras el paréntesis de Pomponio Flato, he leído el quinto libro de la serie Fundación. Tal vez es que me ha cogido un poco cansado, pero me ha gustado bastante menos que los anteriores. Para empezar, la descuidada traducción. Mis conocimientos de inglés son mínimos, pero si veo que al mismo planeta se le llama Anacreonte en libros antreriores y Anacreon en éste, me hace suponer que el traductor del quinto libro ni tan sólo se ha tomado la molestia de leer las anteriores traducciones. Con semejante desidia, mala puede ser la traducción.
Por otra parte, la tercera vuelta de tuerca resulta ya cansina: un Fundación que es controlada por una Segunda Fundación que es controlada por Gaia que es controlada por la Tierra / Luna ...
Para acabar, la sucesión de mundos visitados que remedan los viajes de Gulliver. Dan la sensación de que Asimov tenía que llenar, por contrato, un montón de páginas y lo hizo de cualquier manera.

Fundación

He releído Fundación, Fundación e Imperio, Segunda Fundación y Los Límites de la Fundación. Me han sorprendido tres cosas:
1. Al revés que en mi adolescencia, me ha gustado más la secuela que la trilogía original.
2. A principios de los cincuenta, Isaac Asimov era incapaz de prever el futuro de los ordenadores y en la trilogía original sólo aparecen modestas calculadoras.
3. En Los Límites de la Fundación, aparece, por fin, una mujer que manda: Harla Branno. Este cambio muestra que la sociedad occidental evolucionó mucho más rápidamente en treinta años de lo que una imaginación tan fértil como la de Asimov podía esperar. Que la realidad supere a la (ciencia) ficción en la tecnología, me parece menos asombroso a que lo haga en las relaciones sociales.