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lunes, 2 de marzo de 2015

Las mejores herramientas.

Cuando el hombre empezó a guardar cosas, apareció la alfarería. El barro ofrecía unas características de moldeabilidad, aislamiento térmico, impermeabilidad... insuperables. Poco después. a alguien se le ocurrió que poner el barro en una rueda que giraba facilitaría la fabricación de recipientes. El éxito del torno de alfarero fue impresionante. Los que utilizaban la nueva herramienta, no volvían a la elaboración completamente manual. El torno tenía un pequeño problema de versatilidad: sólo servía para hacer vasijas de sección circular. Unas vasijas de sección cuadrada hubiesen servido, por ejemplo, para aprovechar mejor la superficie. Pero las ventajas del torno eran tales, que pocos tuvieron la idea de hacer vasijas de sección cuadrada y menos aún de utilizar un torno para hacer tales vasijas.
En los años cincuenta, se empiezan a fabricar en España los primeros tractores. El tractor era una herramienta formidable que venía a revolucionar la producción agraria española. Sin embargo la popularización del tractor tenía un importante obstáculo, especialmente en la mitad norte peninsular: el tamaño de las fincas. La solución fue la concentración parcelaria que, a la fuerza o de buen grado, fue aceptada por los agricultores.
En mi trabajo como informático, no he tenido tanta suerte con algunos usuarios. Es frustrante ver cómo se implantan herramientas potentes para hacer DETERMINADAS cosas de DETERMINADA manera y algunos usuarios quieren usar la herramienta para hacer cosas para las que no está diseñada. Me los imagino riñendo al alfarero al que le han comprado un  torno porque no sabe aprovecharlo para hacer azulejos o empeñándose en miniaturizar el tractor para que quepa en su huerto  de 100 metros cuadrados.