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viernes, 2 de junio de 2023

La okupación como ejemplo de los errores de la izquierda.

La okupación es un problema secundario provocado por un fracaso del capitalismo. Digo que es secundario, no porque no sea importante, sino porque está provocado por otro problema primario: el precio exorbitado de la vivienda que hace que se incumpla sistemáticamente el artículo 47 de la Constitución. Según el capitalismo, la mano invisible del mercado proporciona los alicientes necesarios a todos los actores para que se produzcan los bienes necesarios para una sociedad al mejor precio posible evitando el exceso de producción. S tanta gente no puede pagar una vivienda y tantas viviendas están vacías, está claro que el mercado ha fracasado.

La solución es compleja, prueba de ello es que nadie la ha resuelto a pesar de que a casi nadie le beneficia. Poseer casas vacías es caro y no tener casa es un drama. La derecha, fiándose del mercado fracasado, propone aumentar la oferta... de un producto del que ya hay excedentes. La izquierda propone saltarse el mercado limitando por ley los precios, algo realmente complicado cuando casi todos los demás bienes los proporciona el mercado.

Mientras alguien encuentra una solución imaginativa, eficaz e implementable, la gente tiene que vivir en algún sitio. Cuando la vivienda estaba cara y no había viviendas, a los pobres no les quedaba otra salida que el chabolismo. El problema secundario de entonces. Ahora que hay viviendas vacías, los pobres se refugian en la okupación. La izquierda, allá donde gobierna, para paliar los efectos de su incapacidad para resolver el problema de la vivienda, ha decidido ser tolerante con la okupación. La derecha, allá donde gobierna, ha descartado paliar los efectos de su incapacidad para resolver el problema de la vivienda y ha decidido sacar rendimiento electoral de la okupación. 

No hay nada más rentable electoralmente que el miedo. La derecha y la ultraderecha (y las empresa de alarmas) se han dedicado a exagerar el problema de la okupación. Han hecho que el problema secundario sea percibido como principal. La izquierda ha ido a remolque y se ha limitado a negar la mayor. Ha negado con datos las exageraciones de la derecha. El número de okupaciones de primeras viviendas es bajísimo, casi anecdótico. Yo no conozco ningún caso. Pero sí que conozco muchos casos de gente a la que tener vecinos okupas le ha empeorado la vida. A esta gente, el argumento de que "casi nunca okupan primeras viviendas", no le ayuda a soportar las fiestas de madrugada, los excrementos de los perros, las peleas, las amenazas. Es mucho más fácil convencerlos de que algún día puede encontrarse otra familia en su casa que persuadirles de que no hay para tanto.

Es cierto que exagerar un problema para meter miedo es muy fácil, pero minimizarlo para compensar está abocado al fracaso. Imagina que alguien te quiere convencer de que una carretera es muy peligrosa y que cada año mueren en ella cientos de personas. Imagina, también que otra persona te dice que la carretera es muy segura y que sólo murió una persona hace unos años. Imagina, para acabar, que en los últimos meses has visto en la misma carretera tres accidentes, todos ellos sin víctimas mortales. ¿A quién creerías más, al que dice que la carretera es una trampa mortal o al que dice que es completamente segura?

lunes, 19 de mayo de 2014

Elogio de la propiedad privada.

Resulta conmovedor ver a esos colectivos que, en nombre de la abolición de la propiedad privada, okupan un inmueble y lo primero que hacen es cambiar la cerradura o poner una cadena con un candado bien gordo para que otros no entren allí.