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viernes, 13 de diciembre de 2013

¿Cómo contaremos las respuestas?

Supongamos que a la presidencia de Colegio de Informáticos se presentan Agapìto, que obtiene el 39% de los votos; Bartolomé, que obtiene el 36% y Cesáreo, que obtiene el 25%. Es escogido como presidente Agapito.
Mientras tanto, en las elecciones a la presidencia de la Asociación de Técnicos Informáticos, se presentan Dorotea, que obtiene el 39% de los votos; Enriqueta, que obtiene el 36% y Feliciana, que obtiene el 25%. Se celebra una segunda vuelta en la que Dorotea obtiene el el 48% de los votos y Enriqueta obtiene el 52%, con lo que Enriqueta es elegida presidente.
¿Cual de las dos entidades es más democrática? Evidentemente, las dos son igualmente democráticas,
siempre y cuando las reglas se conozcan de antemano y no se haya hecho ninguna trampa en las votaciones.
Hace ya dos años, pedía en este blog la celebración de una consulta sobre la independencia de Cataluña. Si
El presidente de la Generalitat de Catalunya anunció ayer la fecha y las preguntas del referéndum sobre la independencia, pero no dijo nada de las preguntas que yo me planteaba hace dos años. La democracia representativa tiene sus ventajas, pero en cuestiones de mucho calado es necesaria la democracia directa y la división de un estado tiene mucho calado. Legalidad y legitimidad no siempre son lo mismo. El gobierno de Rajoy está amparado por la legalidad si hace todo lo posible para impedir la consulta, pero la suya será una reacción ilegítima. Más inteligente, y más democrático, sería empezar a negociar los aspectos básicos de cualquier referéndum: quién puede votar y qué consecuencias tendrán los resultados. Tan democrático es que votemos sólo los catalanes como que lo hagamos todos los españoles. Tan democrático es decidir que un 51% de los votos emitidos con un Sí a la respuesta de si Cataluña debe ser un estado independiente resultará vinculante, como exigir que el 51% lo debe ser sobre el censo electoral.
Y se debe hilar muy fino. Por ejemplo, supongamos que el señor Gumersindo es un jacobino no nacionalista partidario de los estados grandes y monolíticos. A la pregunta "¿Quiere que Catalunya sea un Estado?" tiene que votar que No. Sin embargo, a la pregunta "En caso afirmativo, ¿quiere que este estado sea independiente?" podría votar Sí, puesto que preferiría vivir en un estado monolítico a vivir en un estado fragmentado.

lunes, 14 de diciembre de 2009

¿A quién le interesa que yo no vote?

El domingo se celebró en Cataluña un acto de ésos en los que la gente pone un papel en una urna para decir qué quiere. No me atreveré a llamarlo referéndum porque a mí no se me dio la oportunidad de votar, pero tampoco minimizaré su valor político, que va mucho más allá del legal. Vivo en un país en el que unas elecciones municipales sirvieron para pasar de una Monarquía a una República.
Andan algunos elementos de la prensa ninguneando la participación, alegando que la independencia de Cataluña "sólo" interesa a 200.000 personas de las 700.000 invitadas a votar. Curiosamente, son los mismos medios que cuentan a su manera los asistentes a una manifestación para llegar a la cifra de un millón (incluyendo niños y hasta el Papa de Roma) y titular en sus portadas que Zapatero debe escuchar el clamor de la calle. A mí, 200.000 personas votando a favor de la independencia de Cataluña, me parecen muchas; pero me parecen claramente insuficientes para decir que Cataluña quiere la independencia. Me hubiese gustado ir a votar, pero no me han dejado. No sé si en Manresa no había suficientes entusiastas para organizar la consulta o si decidieron no organizarla por temar a un resultado flojo.
Los partidarios de que Cataluña siga siendo parte de España no deberían temer a un referéndum, al contrario, deberían alentarlo. Dos o tres derrotas consecutivas de los independentistas quebequeses acabaron haciendo languidecer dicho movimiento.
Recuerdo una frase de un personaje de "Un jardín en Badalpur", la novela de Kenizé Mourad, decía algo así como que los micronacionalismos son fracasos de la democracia. Hablaba de Pakistán. Pero es perfectamente extrapolable a Cataluña (o el País Vasco). ¿Por qué el movimiento nacionalista es casi testimonial en las partes francesas de Cataluña y el País Vasco? Seguramente porque la democracia no ha fracasado durante tantas veces y de manera tan continuada en Francia como en España.
Los promotores de la consulta se han limitado a preguntar que opinan a los habitantes de bastantes municipios. ¿Dónde está el pecado?