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martes, 29 de diciembre de 2015

El contexto.

Gonzalo es un amigo mío en Facebook. Bueno, "amigo" es una palabra exagerada, pero es la terminología que emplea la famosa red social. Sin llegar a ser amigos de verdad, Gonzalo me parecía una persona sensata y razonable. No siempre compartía las opiniones que publicaba, pero nunca me parecieron descabelladas. Hasta que hace unas semanas se declaró falangista y publicó comentarios favorables a los "fundadores de Falange". Hasta aquí hemos llegado, no soporto ningún totalitarismo, pero como el que sufrimos en España fue de carácter fascista, es éste el que me produce mayor repulsión. Ya estaba a punto de borrar a Gonzalo de mi lista de amigos, cuando pensé en informarme un poco más. 
Gonzalo es chileno y la falange chilena, aunque coetánea de la española, tuvo poco que ver con la nuestra. Gracias a esos dos minutos invertidos en la lectura de Wikipedia, sigo siendo "amigo de Facebook" de Gonzalo y disfrutar de su pasión por el Athletic y pensar que la que tiene por Colo-Colo es exagerada.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Combate nulo.

Como preveían las últimas encuestas publicadas, el bloque independentista ha obtenido la mayoría absoluta, pero no ha alcanzado el 50% de los votos. Como gritaron por tierra, mar, aire e internet, votar a una lista que no fuera Junts pel Sí o CUP era votar no. Así que, por favor, no hagan trampas. Si declaran la independencia, será ilegal (ninguna ley capacita al Parlament a hacerlo) e ilícito (porque lo harán contra la mayoría de los catalanes). No ha llegado la hora de proclamar la independencia, aún no.
Aunque muchos lo hayan olvidado, estas elecciones también eran autonómicas. Y según la distribución de escaños, la lista que lo tiene más fácil para gobernar es Junts pel Sí. Así que póngase manos a la obra, escuchen lo que ha dicho el pueblo catalán y pónganse a gobernar. Si lo hacen bien, es posible que en las próximas elecciones autonómicas (que deseo que sean dentro de cuatro años) hayan convencido a más gente para su causa y consigan el objetivo que ahora no han alcanzado.

Disuélvanse,

Al final ha resultado que hacíamos menos ruido, pero éramos más. En democracia se cuentan los votos, no los decibelios. Los que querían leer estas elecciones autonómicas como un referéndum han perdido. Los independentistas no tienen mayoría para formar gobierno. Los no independentistas, aunque la tienen, forman una amalgama de difícil digestión. Si queremos que la Generalitat sea una institución útil durante la próxima legislatura, necesitamos que Junts pel Sí se disuelva. El objetivo para el que se creó no se ha conseguido. Ahora necesitamos que los diputados de Convergència, funciones como diputados de Convergència, los de ERC como diputados de ERC y los que venían a proclamar la independencia pero no a hacer política de diario se vayan a su casa. Sólo así tendremos una institución gobernable aunque el gobierno esté en minoría. Que los de derechas voten con los de derechas cuando se hable de privatizar (más) la sanidad, que los de izquierda voten con los de izquierda cuando se hable de ampliar de políticas sociales. Y que Convergència y ERC sigan votando juntos cuando se hable de nación. De esta manera, los hospitales, las escuelas o las carreteras podrán seguir dando el servicio  que necesitamos. Ah, y por fin sabremos si Ciudadanos es de izquierdas o de derechas.

Hemos perdido.

Como en este país está prohibida la publicación de encuestas la última semana de la campaña electoral, dicen que más significativa que la última encuesta es la tendencia de las sucesivas encuestas. A cada encuesta publicada, crecían los votos de la opción independentista. Al final, así ha sido: mayoría abrumadora en el parlamento y mayoría absoluta en las urnas de las dos listas independentistas.
Ya lo sé, legalmente sólo eran unas elecciones autonómicas. También las de 1931 eran unas elecciones sólo municipales, pero cuando la mayoría del pueblo español escogió República, el rey Alfonso XII escuchó atentamente y salió por piernas. La mayoría del pueblo catalán ha escogido salir de España. La democracia es muchas cosas: imperio de la ley, respeto a las minorías, derechos humanos...pero sobre todo es una cosa: decisión de la mayoría. Sigo pensando que la independencia es un error, como pensaba que era un error dar el gobierno al PP hace cuatro años. Pero hace cuatro años admití que el legítimo gobernante era el PP y ahora admito que la independencia es la opción escogida por Cataluña.
Ahora deseo equivocarme. Deseo que la negociación para llegar a la independencia no sea a cara de perro. Deseo que el retorno a la Unión Europea sea rápido. Deseo que la nueva constitución catalana sea flexible y admita para su modificación o abolición las mismas mayorías que los independentistas han reclamado para abolir la constitución española en Cataluña. Deseo que la construcción del nuevo estado sea tan barata como nos prometieron. Deseo que la caída de ventas al otro lado del Ebro sea pequeña y que nuestras empresas la superen con facilidad. Deseo que el nuevo estado tenga más herramientas para combatir la corrupción.

jueves, 21 de agosto de 2014

Ríos más anchos que el mar.

Hace mucho, mucho tiempo, algunos hombres aprovecharon tramos del Miño, el Duero, el Tajo o el Guadiana para establecer  una frontera. Aunque las relaciones entre Portugal y España han sido buenas si las comparamos con las relaciones de vecindad de otros países europeos, la frontera entre los dos grandes estados ibéricos ha sido poco permeable a las corrientes culturales.
Recientemente, he tenido la oportunidad de escuchar en directo en Cascais a Natiruts. Este grupo es de Río de Janeiro. Su popularidad ha atravesado el Atlántico y tienen muchos seguidores en Portugal. Pero el Miño, el Duero, el Tajo y el Guadiana han sido más eficaces que el Atlántico como fronteras y en España no los conoce casi nadie. Podríamos pensar que la frontera es el idioma, pero las notas que cruzan el Atlántico por el norte nos llegan con toda nitidez.
De momento, para hacer las fronteras un poco más permeables, te animo a escuchar esta canción.

jueves, 30 de enero de 2014

Respuestas contundentes, pero muy incompletas.

La FAES ha publicado un argumentario titulado "20 preguntas con respuesta sobre la secesión de Cataluña  en el que, supuestamente, se demuestra la falsedad de los argumentos independentistas. Un amigo mío se quejaba en Facebook de los argumentos en contra de la independencia se basan en lo dañina que sería para Cataluña, pero que no dicen nada de lo mala que sería para el resto de España.
Mi primera reacción fue pensar (y escribir) que no hace falta convencer a la opinión pública de Zamora, pongamos por caso, de que debe estar en contra de la independencia de Cataluña, porque ya lo está. Pasadas las horas, me he dado cuenta de que sí es necesario explicar a la opinión pública del resto de España todo lo que perderán si Cataluña se independiza. No hacerlo, es un error más de la línea pedagógica del PP. Esa línea que, por ejemplo, insistió en que aplicar la "doctrina Parot" a los delitos cometidos antes de la reforma penal era un acto de justicia y no una aberración legal. Cuando llegó la sentencia de La Haya, el gobierno del PP no tuvo más remedio que liberar a los presos retenidos ilegalmente y afrontar el calificativo de traidor desde sus mismas bases. Es la línea pedagógica que confundió, voluntariamente, el respeto y la protección de las víctimas del terrorismo con dejar a algunas de sus asociaciones guiar la política terrorista. La víctima de un delito fácilmente sustituirá la justicia con la venganza. Ahora, los dos errores cortoplacistas se le han vuelto en contra.
No explicar a los ciudadanos de Badajoz que los efectos en forma de pérdida de mercado que supondría una Cataluña independiente y empobrecida es mal negocio. No explicar a los ciudadanos de Almería lo que supondría que sus productos hortofrutícolas tuvieran que atravesar las fronteras de una Cataluña independiente sería un mal negocio. No explicar a los ciudadanos de Madrid que esa financiación que Ignacio González considera insuficiente sería aún menor si Cataluña se independizase, es un mal negocio. No explicar que los mercados internacionales huyen de la inestabilidad y que consideran tan inestable un país que se independiza como un país que pierde una parte especialmente productiva de su territorio, es un mal negocio. En el siglo XXI, por suerte, el patriotismo ya no es una fuerza que arrastra a las masas. Los líderes independentistas catalanes lo saben y han recurrido a algo más sensible para la gente, su cartera. No han dudado en manipular la realidad para llegar a la conclusión de que "Espanya ens roba", y eso sí que ha movido a las masas. Con las llamadas a la sacrosanta unidad de la patria y la inmancillable Constitución, no vamos a ningún lado. Cuando la opinión pública del resto de España se dé cuenta de lo que perdería con la independencia de Cataluña, entenderá que hay que hacer algo para que la mayoría de los catalanes queramos seguir en España. Empezar ya a hacer esa pedagogía es un buen negocio. El PP se ahorrará que califiquen de claudicaciones lo que sólo serán acuerdos legales y democráticos.

domingo, 26 de mayo de 2013

El ejemplo italiano.

En los años 80, Italia, todavía conmocionada por el secuestro y asesinato de Aldo Moro, asistió  al desmoronamiento del sistema político que había regido el país desde la Segunda Guerra Mundial. La opinión pública supo lo que siempre había sospechado, que la corrupción había anidado en el sistema y que no hacía distinciones entre fuerzas políticas.El caos político pareció llegar a su fin con la desaparición de los partidos tradicionales, Democracia Cristiana, Partido Socialista y Partido Comunista. El resultado ya lo conocemos, el advenimiento del berlusconismo hasta que la crisis y la Unión Europea forzaros su sustitución por por Mario Monti. Italia vuelve estar al borde del colapso internacional. Un nuevo partido, el Movimiento Cinco Estrellas, pretende regenerar el sistema político y obtiene unos resultados espectaculares. Unos resultados  espectaculares administrados con intransigencia que impiden al ganador de las elecciones, Luigi Bersani, formar gobierno. Bersani dimite y su número dos, Erico Letta, se ve abocado a pactar con Berlusconi ante la negativa del Movimiento Cinco Estrellas a apoyarlo.
El sistema político español está tan carcomido por la corrupción como el italiano. Al calor del movimiento 15-M, empiezan a aparecer movimientos que pretenden regenerar el sistema. Los observo con simpatía, pero también con miedo a que copien los modelos italianos.
De momento, parecen descartados los riesgos populistas (aunque Rosa Díez tenga algún ramalazo sospechoso). Creo que la experiencia Gil nos debería haber vacunado.
Más inminente me parece la posibilidad de Democracia Real Ya acabe articulando una propuesta política que consiga cierto éxito. Se trata de un movimiento que ha dejado muy claro lo que NO quiere, pero no lo veo capaz de aclarar lo que SÍ quiere. Un éxito electoral suyo podría bloquear el gobierno del país, del mismo modo que Grillo ha bloqueado el gobierno de Italia.
El tercer actor que puede renovar la política española no es estrictamente una novedad. Izquierda Unida (o el Parido Comunista) lleva desde que recuperamos la democracia en el Parlamento. Para participar significativamente en la regeneración democrática deberán alcanzar el difícil equilibrio entre el compromiso con sus ideales para aportar de verdad algo nuevo, y la flexibilidad necesaria  para tragarse algunos sapos inherentes al ejercicio del poder.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Echando cuentas

Supongo que en el trabajo me hacen rellenar pocas hojas de cálculo. El caso es que hoy he llegado a casa y me he puesto a confeccionar una. Cansado de tanto oír qué pasaría si Cataluña fuese independiente, me he puesto a pensar qué hubiese pasado si Cataluña ya fuese independiente. He recogido datos de todas las elecciones generales celebradas en España desde la muerte de Franco y he calculado cuántos diputados obtuvo cada partido descontando los obtenidos en Cataluña.El resultado es éste.
Las conclusiones más destacadas o más sorprendentes son las siguientes.

  • En 1977, UCD tenía mayoría absoluta en Restospaña. En España le faltaban 10 diputados para obtenerla. Se hubiesen ahorrado muchas negociaciones y quizás los Pactos de la Moncloa.
  • En 1979, UCD tenía mayoría absoluta en Restospaña. En España le faltaban 8 diputados para obtenerla. Podríamos pensar que Suárez y Calvo Sotelo podrían haber gobernado com más estabilidad; pero teniendo en cuenta que la dinamitación de UCD se hizo desde dentro, creo sería una suposición muy arriesgada.
  • En 1982, al PSOE le sobraban 26 diputados en España y 25 en Restospaña. 
  • En 1986, al PSOE le sobraban 8 diputados en España y 11 en Restospaña..
  • En 1989, al PSOE tenia exactamente la mitad de los diputados en España y le sobraban 2 para la mayoría absoluta en Restospaña..Una diferencia significativa, pero no fundamental.
  • En 1993, al PSOE le faltaban 17 diputados para obtener la mayoría absoluta. CiU tenía 17 e IU 18. Tuvo que gobernar con pactos a un lado o a otro. En Restospaña le faltaban 11 diputados, mientras que IU tenía 15. Hubiese tenido que gobernar con pactos, pero no hubiese podido escoger pareja de baile.
  • En 1996, al PP le faltaban 10 diputados para la mayoría absoluta. CiU tenía 16 y Aznar llegó a hablar catalán en la intimidad. En Restospaña le faltaban 4. Coalición Canaria tenía ésos 4 y Unión Valenciana 1. Supongo que las negociaciones del PP con esos partidos hubiesen sido más cómodas.
  • En 2000, al PP le sobraban 7 diputados en España y 19 en Restospaña. 
  • En 2004, el PSOE ganó al PP en España por 16 diputados. En Restospaña, la victoria fue solo por un diputado. La oposición del PP hubiese tenido más armas.
  • En 2008 se da la diferencia más espectacular.Mientras en España el PSOE le sacaba al PP 15 diputados de ventaja, en Restospaña ganaba el PP por 2 diputados.
  • En la legislatura actual, al PP le sobran 10 diputados en España y 23 en Restospaña.
Creo que al werter estos datos puedo ayudar a entender qué partido saldría más beneficiado con la independencia de Cataluña.

domingo, 21 de octubre de 2012

El largo camino hacia la España federal

Hace treinta y tres años, el independentismo era una opción casi marginal en Cataluña. Buena parte de los independentistas votaba a favor del Estatuto de Autonomías, no por ser autonomistas, sino porque veían en él un mal menor y un paso hacia la independencia. En estos treinta años, los independentistas han hecho una gran labor pedagógica y han convencido a muchos autonomistas a ir algunos pasos más allá. No es desdeñable la ayuda que han recibido de los españolistas más acérrimos. Hoy en día, el independentismo es una opción con un gran predicamento, quizás hasta mayoritaria.
Ante el que el que deseo que sea próximo referéndum, mis amigos independentistas me enumeran, además de las bondades de la independencia  y las maldades de los españolistas, las escasas posibilidades de éxito de las propuestas federales. Tienen razón, federalistas sinceros somos cuatro y hoy en día una España federal es inviable. Sin embargo, los federalistas no debemos renunciar a nuestro anhelo y, como los independentistas de hace treinta y tres años, debemos votar las opciones que puedan conducirnos a nuestra Ítaca.

jueves, 19 de julio de 2012

Mejor por exceso que por defecto.

Hemos caído muy bajo y, probablemente, todavía no hemos llegado al fondo. El gobierno de Zapatero, obnubilado por su "optimismo congénito", desarrolló unas políticas sociales que, independientemente de que fueran necesarias, no podíamos pagar. Viendo las medidas del PP en los lugares en los que gobernaba (Valencia, Madrid, Castilla y León...), nadie puede pensar honradamente que el despilfarro con un gobierno del PP hubiese sido menor. Resumiendo, no sé si nuestra clase política es la culpable de que estemos en este pozo; pero está claro que, una vez en el, han empujado hacia el fondo en vez de empujar hacia el brocal.
Como es normal, hay mucha gente enfadada. Circulan por blogs, redes sociales y tertulias radiotelevisivas dos mensajes insistentes: nuestros políticos son malos (con el que puedo estar de acuerdo) y tenemos demasiados políticos (que me da mucho miedo). Todos los totalitarismos han llegado al poder convenciendo a mucha gente de que sobraban políticos. No es vano recordar que nuestro funesto jefe del estado anterior aconsejaba: "haga como yo, no se meta en política".

jueves, 8 de diciembre de 2011

Los que ya hemos pasado por una crisis.

Uno de los síntomas de que te vas haciendo mayor es que repites cosas que hicieron tus padres a pesar de que, en su día, te parecían odiosas. "Teníais que pasar una guerra". Cuando mi hermana o yo nos quejábamos de la comida, de la ropa que nos habían puesto o de que no pasábamos unas vacaciones en la playa; mi madre respondía "teníais que pasar una guerra". Era su forma de decir que no sabíamos valorar lo que teníamos. A mí me parecía muy bestia desear una guerra para que el niño no se quejase de la fruta.
Mi generación es la última que vivió una crisis de verdad, la de finales de los setenta y principios de los ochenta. La reconversión industrial envió al paro a mucha gente, una inflación de dos dígitos se comía los ahorros de los pocos que los tuvieran, los tipos de interés, cercanos al 20%, hacían inviable el endeudamiento para invertir. Todo esto, acompañado de una extrema violencia: más de 100 asesinatos por año del terrorismo, fundamentalmente etarra, pero también del GRAPO y de los grupúsculos de ultraderecha; ruido de sables en los cuarteles; una delincuencia espoleada por la heroína.
El 17 de octubre de 1986, Barcelona era proclamada organizadora de las Olimpiadas de 1992. Creo que este momento simboliza la salida de España de la pobreza, el aislamiento internacional y el atraso. Los que ahora tienen 35 años, tenían entonces diez años. Ellos, y los que nacieron después, han vivido en un país en continua prosperidad, con algún pequeño inconveniente como el parón económico tras los Juegos o el estallido de la burbuja tecnológica, pero de muy pequeño calado. Haciendo sociología barata, he llegado a la conclusión de que han vivido demasiado bien y por eso se comportan como eternos adolescentes que piensan que pueden exigir con los derechos del adulto y con la irresponsabilidad de los niños. Muchas veces he pensado: "teníais que vivir una crisis". Ahora ha llegado la crisis y no estoy seguro ni de que nosotros estemos mejor preparados que ellos para afrontarla, ni de que esta crisis cambie la actitud vital de la mayoría. Quizás, si hubiese llegado una guerra, seguiría sin gustarme la fruta.

viernes, 16 de septiembre de 2011

La consulta perfecta.

Tengo un amigo que es lector ocasional de este blog y que me llama demagogo con cierta frecuencia cuando debatimos sobre las relaciones entre Cataluña y España. Él me dice que lo más democrático es que nosotros podamos decidir qué queremos hacer y yo le digo que no tengo muy claro quiénes somos nosotros.
Para concretar mi duda, voy a hacer un ejercicio de imaginación. Supongamos que se convoca un referéndum para decidir si Cataluña forma parte de España o no, ¿cuáles deberían ser las reglas de dicho referéndum?
La primera regla importante es decidir qué mayoría se consideraría suficiente para que el resultado fuese vinculante. Sin embargo, la reflexión sobre esta regla me la voy a saltar. Los partidarios del mantenimiento del statu quo escogería una cifra muy restrictiva, por ejemplo dos tercios del censo electoral, mientras que los partidarios del cambio preferirían una cifra muy laxa, la mitad más uno de los votos válidos no en blanco emitidos. Se trataría sólo de una cuestión técnica.
La segunda regla importante es la que determinaría quién puede votar. ¿Todos los españoles? Supongo que los partidarios de la unidad de España escogerían esta opción, pero sería un referéndum de autodeterminación muy poco serio, ni siquiera el rey Mohamed de Marruecos se atrevería a proponerlo en el Sáhara. ¿Los habitantes de la actual comunidad autónoma de Cataluña? A mí me parece razonable, pero a los independentistas catalanes no se lo tendría que parecer. Si entienden que la nación catalana abarca las comunidades autónomas de Cataluña, Baleares, Valencia y la Cataluña Francesa; un referéndum de autodeterminación debería ser votado por los habitantes de todos estos territorios. Me temo, sin embargo, que en la situación actual, pocos independentistas se atreverían a proponer un referéndum global teniendo en cuenta  la anecdótica implantación del independentismo catalán fuera de las cuatro provincias.
La tercera regla importante es la que decide a quién obligaría el resultado del referéndum. En cierto modo, iría ligada a la regla anterior. Por ejemplo, si se decidiese que el ámbito electoral fuese el de los Països Catalans, el 100% de los votantes de las provincias de Barcelona, Tarragona, Lérida y Gerona votase a favor de la independencia y el 90% de los votantes de las provincias de Castellón, Valencia y Alicante votasen en contra; la independencia ganaría el referéndum, pero parecería poco democrático obligar a los valencianos a unirse al nuevo estado. Parece, pues, sensato, escoger circunscripciones más pequeñas. Escoger las actuales comunidades autónomas me parecería, como ya he dicho antes, un poco farisáico por parte de los independentistas, que abrazarían una división territorial heredada del antiguo régimen. Escoger las provincias, invento español del siglo XIX, menos aún. A mí me parecería bien volver a las fuentes de la democracia, a la Grecia clásica, a la polis: que la circunscripción fuese el municipio. Para mí sería lo más democrático, aunque podría generar un estado geográficamente discontinuo.
En definitiva, no creo que haya una respuesta clara para la segunda y tercera regla, no creo que esté claro quiénes somos NOSOTROS.

martes, 13 de julio de 2010

Problemas de pareja.

Un matrimonio amigo mío está pasando una época complicada en su relación. Hace cuatro años, ella le dejó bien claro que las cosas debían cambiar, que sentía que necesitaba menos control de su marido e intentó imponer una serie de condiciones. Él estuvo mucho tiempo dándole vueltas al asunto, unos cuatro años, consultó a gente de leyes y acabó diciendo que ella podía salir de vez en cuando con las amigas y poca cosa más, que el vínculo del matrimonio es sagrado y nadie lo puede romper. Ella se enfadó mucho y este sábado amenazó con pedir el divorcio.
Él tiene amigos bastante brutos que le aconsejan prohibir a su mujer usar el apellido de soltera e, incluso, que le pegue un par de tortas si se desmanda. Son bastante incoherentes, le dicen, a la vez que ella sola es incapaz de hacer nada, que vale muy poca cosa y que por nada del mundo la deje escapar. Otros amigos de él son más tolerantes, "hombre, si quiere hacer cosas sola, que las haga, mientras no se pase". Otros, son ingenuos, "¿pero qué quiere, si la tratas como a una reina?". Con lo que les molesta a las mujeres que preguntes qué les pasa cuando están enfadadas y demuestras no saber por qué.
Los consejeros de ella no son mucho mejores. La peor es la suegra, "ya te dije yo que con este tipo no ibas a ningún lado. Tú lo que tienes que hacer es echarlo de tu casa (aunque la paguen enrere los dos)". Mi amiga intenta razonar, pero no hay manera: todo lo que venga de la familia de él es el demonio. El domingo mi amigo estuvo especialmente ingenioso, su mujer le rio algunas gracias y la madre de ella le afeó la conducta llamándola traidora. Algunos incluso recuerdan algunas tortas que repartió la suegra a finales de los ochenta.
Mi amiga también tiene amigos ingenuos. Son los que le dicen que deje a su marido cuanto antes y empiece a disfrutar de la vida en soledad con los amigos comunes. Como si fuese fácil mantener los amigos comunes como cantó ella baila sola. Y, cómo no, mi amiga también tiene consejeros moderados, los que le dicen, "tienes derecho a ser feliz, él no puede obligar a quedarte", "pues me voy", "mujer, no te lo tomes todo al pie de la letra, ahora no es el momento, quizás más adelante".
Creo que mis amigos no van a ningún lado con los consejeros que tienen. Tengo miedo de que acaben tomando decisiones basadas en las premisas equivocadas: que alguien salte de manera extemporánea, que piensen sólo en lo caro que resulta divorciarse, que estiren demasiado la cuerda para demostrar al otro que es necesario y al final se le rompa la cuerda entre las manos.
No es bueno convivir con quien odias, pero tampoco es bueno dejarse llevar por un prqueño rifirafe.

martes, 15 de abril de 2008

2 de Mayo

Se acerca la celebración del bicentenario de la Guerra de la Independencia. Ahora que están de moda los ejercicios de "¿Qué hubiera pasado si...?, voy a hacer uno muy breve: ¿qué hubiera pasado si Francia hubiese ganado la guerra? Los nacionalismos periféricos en la península serían, como son hoy en Francia, anecdóticos. Claro que el español también sería un nacionalismo periférico. Sin duda, una victoria francesa hubiese sido funesta para España, pero ¿hubiese sido mala para los españoles?