La lotería de los títulos de crédito.

 Dicen los puritanos cinéfilos que hay que ver las películas hasta el final de los títulos de crédito. Es cierto que, a veces, como en las películas de Monty Python, puedes encontrar pequeñas joyas. Pero, la mayoría de las veces no aportan nada, o, peor aún, te llevan al horror. En "El día de la bestia",  se me añadieron dos dioptrías de golpe al ver el papel interpretado por Aquilino Gamazo.

Pues sí, las tildes importan.

Llevo tiempo peleándome con  mis hijos intentando inculcarles la necesidad de colocar correctamente las tildes. A veces, ne dan ganas de dar la batalla por perdida. Hoy se ha dado uno de esos momentos. La Vanguardia titulaba una información sobre las tribulaciones fiscales de Rodrigo Rato "Rato contó a Montoro qué iba a la amnistía, pero nada de sus bienes en el extranjero". Luego, leyendo la noticia, te das cuenta de que Rodrigo Rato no especificó los bienes que pensaba declarar, sino sólo que pensaba acogerse al perdón de la Agencia Tributaria.. No dijo QUÉ iba a la amnistía, sólo dijo QUE iba a la amnistía.

El horror viendo El Resplandor.

Que me perdonen los cinéfilos: nunca había visto El Resplandor. Ayer lo hice por primera vez. Una película de miedo, me habían dicho. Efectivamente: me llevé un susto morrocotudo cuando vi un cartel que ponía "Mártes". Sí, sí, con acento en la a. Comprendo que rehacer el doblaje costaría un pastón, pero cambiar un fotograma se hace con cuatro duros. Que han pasado más de 30 años, hombre.