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miércoles, 23 de mayo de 2012

Deuda externa, deuda eterna.

Recupero un eslogan de hace algunos años. Tuvo cierto éxito entre los buenistas e ingenuos que compramos en tiendas de comercio justo, hacemos aportaciones a ONG de solidaridad internacional, y creemos que la aportación del 0'7% de nuestro PIB a proyectos solidarios es un acto a la vez de justicia y egoísta porque redundará, a la larga, en nuestro beneficio. Vamos, cuatro gatos. Queríamos que se perdonara la deuda impagable de los países del Tercer Mundo. Nos llamaban, eso, buenistas; también iluminados. Nos decían que teníamos pobres más cerca de los que preocuparnos, que dar dinero a los países pobres era arrojarlo a las redes de corrupción de esos países. Esto pasaba, como digo, hace algunos años. Cuando en este país atábamos los perros con longanizas, cuando estábamos a punto de superar a Francia como potencia económica mundial, cuando nuestro sistema financiero estaba en la Champions League.
Ahora habéis descubierto que teníamos razón, que la deuda externa de un país puede convertirse en eterna, que, aunque las élites de un país sean corruptas, los ciudadanos de ese país pueden necesitar y merecer la ayuda exterior.
Si algún día salimos de ésta, algunos volveremos a recordar que nuestra ayuda al Tercer Mundo es justa y necesaria. Espero que entonces seamos más.

viernes, 23 de septiembre de 2011

La medicina se debe administrar en su momento.

Un señor al que le gustaba "vivir bien" (comidas abundantes y con muchas grasas, alcohol, tabaco y sedentarismo) tuvo ayer un ataque al corazón . Los médicos le han dicho que lo que le pasó ayer es culpa de lo que hizo durante años. Como tratamiento, lo han puesto a correr diez kilómetros diarios y ha empezado hoy. ¿A que parece una burrada?. Pues se parece a lo que los expertos economistas recetan para la crisis española.   Como la crisis es culpa de no haber aprovechado los años buenos para eliminar el endeudamiento del estado, eliminemos el endeudamiento ahora. Como la enfermedad coronaria se debe al sedentarismo cuando el paciente estaba sano, hagámosle correr ahora que está enfermo.