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domingo, 12 de junio de 2011

En defensa de la intolerancia.

Desde que la aprobé por los pelos en COU, no he vuelto a tener contacto con la filosofía. Por lo tanto, cuando Slavoj Žižek habla de razonamientos lacanianos, junguianos, o hegelianos, me pierdo. Ni siquiera, a pesar de los consejos de Faemino y Cansado, he leído a Kierkegaard. Aún así, creo que "En defensa de la intolerancia" explica algunas cosas con las que estoy de acuerdo.
1. La izquierda debe perder el miedo al eurocentrismo. En Europa han nacido los Derechos Humanos y éstos son irrenunciables ante las "diferencias culturales".
2. La izquierda ha abandonado la pelea por la economía. Hemos asumido que la economía de mercado debe estar lo más desestatalizada posible, cuando la política económica es justamente lo que define la izquierda. A cambio, los partidos progresistas van enarbolando banderas particulares (los derechos de los homosexuales, las minorías étnicas, la ecología) que acabarán siendo asumidas por la derecha como lo fueron el divorcio o el laicismo (excepto en España y Estados Unidos) siempre y cuando no se toque el meollo de la cuestión: el utraliberalismo de mercado. Debemos recuperar la lucha por la política económica.
3. La despolitización es peligrosa. Cuando en la sociedad cala el mensaje de que "todos los políticos son iguales", sólo ganan algunos políticos, los corruptos; y una política, el ultraliberalismo de mercado. El mensaje de éstos es: si los políticos no son de fiar, mejor dejar en manos de los profesionales economicistas la gestión de lo público.
También dice una cosa con la que todavía no sé si estoy de acuerdo. Todas las revoluciones importantes empiezan por la reclamación de un detalle que permite a los revolucionarios ponerse de acuerdo en lo reclamado y ala vez es un símbolo de un montón de cosas más que democratizarían la sociedad. Por ejemplo,  la Semana Trágica, empezó por la exigencia de no enviar soldados de leva a la guerra de Marruecos. Digo que todavía no sé si estoy de acuerdo porque los movimientos del 15 M se caracterizan precisamente por no hacer bandera de un punto en concreto y su principal eslogan es el ambiciosos y ambiguo "Democracia real ya". Si toda la spanishrevolution se queda en nada, Žižek tendrá también razón en esto.