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sábado, 23 de enero de 2021

Se me escapa algo.

Los hechos.

El PSOE cambia a última hora el candidato para las elecciones autonómicas y escoge a Salvador Illa. Por lo tanto, el PSOE entiende que la labor de Illa es rentable electoralmente.

El gobierno de la Generalitat decide aplazar las elecciones.

Desde el entorno del PSOE, se acusa a los partidos de gobierno de la Generalitat de aplazar las elecciones por electoralismo para minorar el "efecto Illa".  Por lo tanto, el PSOE entiende que ERC y Junts asumen que la labor de Illa es rentable electoralmente.

Desde Junts y ERC, se acusa al PSOE de insistir en la fecha original por electoralismo para aprovechar el "efecto Illa".  Por lo tanto, ERC y Junts creen que el PSOE está seguro de que la labor de Illa es rentable electoralmente.

Las circunstancias.

Las cifras de la pandemia son malas, pero venimos de las Navidades. Lo normal es que vayan mejorando a medida de nos alejemos de las fechas en las que el distanciamiento social se ha relajado mucho. Es normal que en torno al 14F la sensación sea de que vamos mejorando y cierta cantidad de votantes atribuya esa mejora a la gestión del gobierno.

En mayo, las cifras deberían ser todavía mejores. Habrá ya un porcentaje significativo de personas vacunadas, que, sumado a las personas que se habrán inmunizado contrayendo la enfermedad con síntomas o sin ellos, hará que la pandemia empiece a remitir.

Lo que no entiendo.

Si todo el mundo opina que capitalizar la gestión de la pandemia sería rentable para el PSOE el 14 de febrero, más rentable debería serlo a finales de mayo. Lo electoralista sería que el PSOE quisiera aplazarlas y sus rivales mantenerlas.

Una conclusión inquietante.

De todas las afirmaciones y suposiciones que he hecho, la menos probable es la que hago sobre la situación en mayo. El futuro, cuanto más lejano, más impredecible. 

¿Y si los que manejan el cotarro tienen información de que en mayo todo estará peor? Entonces todo adquiriría lógica y sería comprensible que el PSOE quisiera que las elecciones se celebrasen cuanto antes y sus rivales que se celebrase más tarde.


sábado, 10 de agosto de 2019

El voto útil en 2019

Buenos días señor @sanchezcastejon:
Ningún pograma electoral nos parece perfecto. En tiempos de bipartidismo, el voto útil consistía en votar al partido con el programa que más nos gustase, pero escogiendo solo entre las dos formaciones que podían ganar.
El bipartidismo se ha acabado y, si no tienen éxito burdas maniobras legislativas, tardará en volver. Hoy es más complejo decidir el voto útil. Le voy a poner un ejemplo. En las pasadas elecciones legislativas dudábamos entre PSOE y UP. Ante la táctica frentista de C's, PP y VOX, nos parecía evidente que, después de las elecciones, el PSOE no podría pactar con nadie de ese bloque ni queriendo. El PSOE presentaba un programa escorado hacia la derecha para nuestro gusto, pero no corría riesgo de escorarse aún más en las negociaciones con los partidos de su derecha. Sin embargo, sí que existía el rieago de que el bloque progresista no obtuviese suficientes diputados para formar gobierno. En ese caso, se implementaría el 0% del programa del PSOE y el 0% del programa de UP. El voto útil consistía en votar al partido con más posibilidades de liderar la coalición que nosotros queríamos que gobernase.
Acertamos en casi todo. Conseguimos que el bloque progresista sumase más diputados y que el PSOE tuviese que pactar con UP para formar gobierno, con lo que el programa socialista tendría que virar hacia la izquierda. El problema es el CASI. No contábamos con la incapacidad de PSOE y UP para ponerse de acuerdo. A estas alturas del partido, se ha implementado el 0% del programa del PSOE y el 0% del programa de UP, como si el bloque progresista hubiese perdido.
Si tenemos que volver a las urnas, tendremos que replantearnos nuestro voto útil. Ya hemos visto que usted ha interpretado los resultados electorales como un aval absoluto de los votantes progresistas a su programa. Los que creemos que su programa electoral está bien pero estaría mejor con algunas medidas más a la izquierda tendremos que votar a UP para que la acción del futuro gobierno se parezca a lo que queremos.

Atentamente, unos votantes circunstanciales del PSOE.

PD. Quizá me he venido arriba usando el plural. Sus sociólogos sabrán si somos muchos o solo mi sombra y yo. Pero creo que los que gritaban "con Rivera no" estarán algo de acuerdo conmigo.

domingo, 19 de mayo de 2019

El volátil voto del cinturón rojo.

El presente artículo es solo un ejercicio de sociología de barra de bar, basado más en intuiciones que en datos. ¿Para qué nos vamos a engañar? Solo en intuiciones.
En las elecciones generales de 2016, Podemos y sus aliados ganaron las elecciones en la provincia de Barcelona, el PSC quedó segundo y Ciudadanos sexto. Un año después, en las autonómicas,  Ciudadanos quedó primero, PSC cuarto y Podemos quinto. En 2019, en unas nuevas generales, PSC ha quedado primero, Podemos tercero y Ciudadanos cuarto.
¿Qué ha pasado en el otrora constante granero socialista? ¿Se ha vuelto aleatoria la  clase obrera castellanoparlante?.
Yo creo que el cinturón rojo ha votado siempre a quien mejor podía defender sus intereses. En 2016, cuando la salida de la crisis ni siquiera había empezado a percibirse entre los más desfavorecidos, la periferia barcelonesa reclamaba un giro decidido a la izquierda que el PSOE no parecía en condiciones de ofrecer.
En 2017, los obreros castellanoparlantes interpretaron que necesitaban que alguien plantase cara en la Generalitat a los que habían querido convertirlos en extranjeros. Ciudadanos parecía más fiable para ese fin.
En 2019, Podemos ha demostrado tener más voluntad de cambio que acierto para jugar sus cartas para conseguir ese cambio. Además, ha presentado un cabeza de lista en Barcelona perfectament intercambiable con cualquiera de la lista de ERC. Ciudadanos, por su parte, ha eliminado cualquier rastro de la socialdemocracia que aparecía en sus primeros papeles.
Y ahora viene cuando me mojo, que interpretar el pasado según los prejuicios de uno es muy fácil. Para las próximas europeas, creo que el cinturón rojo percibe al PSOE como demasiado subordinado al resto de partidos socialistas europeos, demasiado burocratizado. Creo que Podemos quedará primero en Barcelona. Si el independentismo reparte equilibradamente sus votos entre ERC y JxCat, el PSOE será segundo, si no, tercero y Ciudadanos desaparecerá de la periferia barcelonesa y quedará sexto.

jueves, 28 de diciembre de 2017

Ha bajado mucha agua.

Después de las últimas elecciones en Cataluña, mucha gente dijo que todo seguía igual. Leyendo solo la aritmética parlamentaria, puede parecerlo: algo más de la mitad de los escaños para el bloque independentista con algo menos de la mitad de los votos. Pero, como dijo Heráclito, nadie se baña dos veces en el mismo río. Por el cauce de la política catalana ha bajado mucha agua durante los últimos meses como para ignorar que el río ha cambiado.
Hemos aprendido que, con la mitad de la población a favor de la independencia, no te va a reconocer ni el tato en la comunidad internacional.
Hemos aprendido que intentar prohibir un acto en el que quieren participar dos millones de personas no te hace ganar ni un voto entre esos dos millones de personas.
Hemos aprendido que fracasar desde el gobierno cuando intentas prohibir un acto te hacer perder votos entre los tuyos.
Hemos aprendido que la mayoría silenciosa no era mayoría.
Hemos aprendido que había mucha más gente silenciosa de lo que creían los que negaban la existencia de esa mayoría.
Hemos aprendido que insultar y menospreciar al otro bando en situaciones polarizadas, te hace ganar votos en tu bando, pero no hace cambiar de bando a nadie.
Hemos aprendido que, para evitar la independencia, bastaba con promulgar la aplicación del 155 y enviar policías a los despachos. No hacía falta enviar a los antidisturbios el 1-O ni que el fiscal solicitará prisión incondicional para los encausados.
Hemos aprendido que el independentismo tiene ahora un techo en el 50%. Para un movimiento que ha hecho del victimismo un importante combustible, tener líderes en la cárcel o huidos, no es un hándicap, es queroseno.
Hemos aprendido que el constitucionalismo tiene ahora un techo en el 50%. Poca gente más arrancarán del abstencionismo.
O quizás no hemos aprendido nada y solo son deducciones mías.
Porque si los que toman decisiones han llegado a conclusiones parecidas a las mías, durante la próxima legislatura no se convocarán referendos de manera unilateral, no se enviará a los antidisturbios a intentar evitar lo inevitable, los fiscales serán más prudentes, no se declararán independencias inviables. Y no lo harán porque se habrán dado cuenta de que no es efectivo, no porque lo consideren ético.
Así que, aunque los gobiernos de Madrid y Barcelona seguirán manipulando sus televisiones públicas, el otro bando seguirá siendo antidemocrático, se seguirán retorciendo las leyes y reglamentos a favor del que los aplica y la mitad de los catalanes seguiremos convencidos de que la otra mitad está profundamente equivocada y nos lleva a la ruina; espero una legislatura bastante más tranquila.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

La hora de los traidores.

Si las encuestas electorales se cumplen, o solo se desvían algunos puntos, el próximo Parlament será un instrumento inútil para las grandes decisiones de la historia. Bueno, más que grandes, grandilocuentes. Ni podrá declarar la independencia ni sacralizar la unidad de España. Podrá hacer otras muchas cosas que nos pueden favorecer a perjudicar a los que quedamos amparados por su manto legislativo. Pero, para eso, será necesario que bastantes diputados se salten sus líneas rojas, ese mecanismo mental que venden como coherencia pero que apesta a fanatismo. Para empezar cualquier proyecto, hará falta que que un número importante de diputados pacte con aquellos con los que dijo que no pactaría jamás. Y tendrán que escuchar que todos los que están a su lado de La Línea Roja pero en otro partido les llamen traidores. Y, lo que es peor, muchos de sus votantes también se lo llamarán. Será el precio que tendrán que pagar para garantizar que la escuela respeta sus valores religiosos, o favorece la igualdad de oportunidades (que cada uno escoja); para presentar una candidatura decente a una agencia Europea... No hablo de tender puentes, restañar heridas, unir sociedades ni otras mil frases rimbombantes. Hablo de tragarse muchos sapos para poder asfaltar un puñetero camino rural. O seguir como ahora.
Ha llegado la hora de los traidores. Los necesitamos.
Y ahora, a seguir con los eslóganes. Cuantos más votos saques, menos sapos tendrás que tragarte.

jueves, 10 de noviembre de 2016

El votante exquisito.

Anda la gente muy alarmada. ¿Cómo puede ser que Donald Trump haya ganado las elecciones? Hace unos días, un amigo mío me comentaba igual de alarmado,
- ¿Cómo ha votado tanta gente a Rajoy?
- ¿A quién has votado tú? - le repregunté.
- No he votado. No me convencía ninguno de los partidos que se presentaban.
- Si tú, y todos los que han hecho como tú, hubieseis votado al partido que menos asco os daba, Rajoy no estaría ahora a punto de ser presidente.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Vivo en un país extraño (II).

Intento ponerme en la situación de Mariano Rajoy. Resumamos los hechos:

  • El 20 de diciembre obtuvimos 123 diputados. Somos los que más diputados tenemos, pero lejos de la mayoría absoluta, insuficientes aun pactando con Ciudadanos.
  • Nuestras diferencias ideológicas hacen inviable añadir ningún partido al pacto hasta alcanzar una mayoría de gobierno.
  • Desde las elecciones hasta ahora, se han hecho públicas las imputaciones de un montón de dirigentes de mi partido.
Si yo estuviera en esta tesitura, pensaría que "virgencita, virgencita, que me quede como estoy". Unas nuevas elecciones nos castigarían mucho y perderíamos votos y diputados a espuertas. Así que lo más sensato sería dejar que gobernase otro y conservar lo obtenido.
Rajoy, por el contrario, manifiesta preferir nuevas elecciones a dejar que Sánchez lidie con un gobierno inestable. Parece esperar mejores resultados de unos nuevos comicios.
En un país normal, después de todo lo que está aflorando con la operación Taula, la decisión sensata del PP sería evitar elecciones.
A lo peor, tienen razón ellos.

lunes, 21 de diciembre de 2015

El repunte de la tercera vía.

Oficialmente, nadie ha tenido la ocurrencia de leer las elecciones generales en clave de plebiscito. Los independentistas, porque hacerlo sería rebajar el grado plebiscitario de las autonómicas de septiembre. Los unionistas, porque hacerlo sería certificar el carácter plebiscitario de las mismas. Pero estoy seguro de que unos y otros estarán mirando de reojo cómo van las cosas.
Los datos.
En septiembre, Junts pel Sí se llevó 1.628.714 votos. La CUP, 337.794. Los independentistas obtuvieron 1.966.508 votos. Ahora, ERC ha obtenido 599.289 y DL 565.501. La CUP defendía la abstención. Vamos a suponer que los 337.794 votantes cuperos se han abstenido. Estas tres formaciones, entre votos y no-votos, suman 1.502.584. El independentismo se ha dejado por el camino, en sólo tres meses, más de 400.000 partidarios.
Al otro lado, C's, PSC y PP, que en septiembre obtuvieron 736.364, 523.283 y 349.193 votos, es decir 1.608.840 entre los tres; han pasado a 485.503, 589.021 y 417.286, respectivamente. 1.495.810 entre los tres, 100.000 menos que en septiembre.
En Comú Podem, por su parte, ha pasado de los 367.613 que obtuvo Catalunya Sí Que Es Pot a los 927.940 de ayer.
El empate técnico entre independentistas y unionistas es evidente.
Las sensaciones.
En el apartado anterior, he forzado un poco los datos suponiendo que los votantes de septiembre de la CUP se han abstenido en bloque en diciembre. He hecho algo que se puede hacer en demoscopia de bar, pero no en democracia: asignar una voluntad determinada a los que se abstienen. Yo creo que no todos los cuperos se han abstenido. Algunos habrán votado a ERC. Éstos los habré contado dos veces como independentistas. Bastará que éstos sean 7000, para que el empate técnico con ligera inclinación hacia el independentismo, invierta esta ligera inclinación. Otros cuperos de septiembre habrán votado a En Comú. No sé cuántos, pero la candidatura morada ha ganado 560.000 votos. No creo que la aportación de cuperos no abstencionistas sea muy determinante.
Mis conclusiones.
El independentismo, por ahora, ha tocado techo. Sus líderes lo saben y, ante esto, están tomando diversos caminos.
Los independentistas "de toda la vida" quieren precipitarlo todo sin dar lugar a una votación formal que sospechan que perderían. Están dispuestos a ceder el liderazgo del independentismo que las urnas les han dado y que lo asuma un President en horas bajas.
Los independentistas sobrevenidos empiezan a dar un paso atrás. Una independencia condicionada por los dogmas de la CUP no es un buen negocio para un país que ellos desearían como bussines friendly. Una independencia gobernada por ERC no es un buen negocio para un partido  que ha percibido Cataluña como su feudo desde las primeras autonómicas ganadas por Pujol.
Los líderes de la CUP están descubriendo que quererlo todo está bien, pero que tenerlo todo es imposible. Los fundamentalismos ideológicos están bien cuando tienes pocos votos y tu capacidad de decisión es pequeña. Cuando creces, tienes que empezar a asumir contradicciones internas y renuncias.
El unionismo ve con alivio que la marea independentista empieza a bajar. Parecen convencidos de que no hacer nada ha sido la mejor respuesta. Si se instalan en ese convencimiento, la próxima pleamar independentista llegará antes y más lejos.
¿Y la denostada tercera vía? Aunque los partidos frentistas de uno y otro bando se empeñan en ignorarlo, las encuestas repiten machaconamente que una hipotética tercera vía sería la preferida por los catalanes en un referéndum. La diferencia entre los resultados de este otoño y el fulgurante ascenso de En Comú avalan estas encuestas.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Combate nulo.

Como preveían las últimas encuestas publicadas, el bloque independentista ha obtenido la mayoría absoluta, pero no ha alcanzado el 50% de los votos. Como gritaron por tierra, mar, aire e internet, votar a una lista que no fuera Junts pel Sí o CUP era votar no. Así que, por favor, no hagan trampas. Si declaran la independencia, será ilegal (ninguna ley capacita al Parlament a hacerlo) e ilícito (porque lo harán contra la mayoría de los catalanes). No ha llegado la hora de proclamar la independencia, aún no.
Aunque muchos lo hayan olvidado, estas elecciones también eran autonómicas. Y según la distribución de escaños, la lista que lo tiene más fácil para gobernar es Junts pel Sí. Así que póngase manos a la obra, escuchen lo que ha dicho el pueblo catalán y pónganse a gobernar. Si lo hacen bien, es posible que en las próximas elecciones autonómicas (que deseo que sean dentro de cuatro años) hayan convencido a más gente para su causa y consigan el objetivo que ahora no han alcanzado.

Disuélvanse,

Al final ha resultado que hacíamos menos ruido, pero éramos más. En democracia se cuentan los votos, no los decibelios. Los que querían leer estas elecciones autonómicas como un referéndum han perdido. Los independentistas no tienen mayoría para formar gobierno. Los no independentistas, aunque la tienen, forman una amalgama de difícil digestión. Si queremos que la Generalitat sea una institución útil durante la próxima legislatura, necesitamos que Junts pel Sí se disuelva. El objetivo para el que se creó no se ha conseguido. Ahora necesitamos que los diputados de Convergència, funciones como diputados de Convergència, los de ERC como diputados de ERC y los que venían a proclamar la independencia pero no a hacer política de diario se vayan a su casa. Sólo así tendremos una institución gobernable aunque el gobierno esté en minoría. Que los de derechas voten con los de derechas cuando se hable de privatizar (más) la sanidad, que los de izquierda voten con los de izquierda cuando se hable de ampliar de políticas sociales. Y que Convergència y ERC sigan votando juntos cuando se hable de nación. De esta manera, los hospitales, las escuelas o las carreteras podrán seguir dando el servicio  que necesitamos. Ah, y por fin sabremos si Ciudadanos es de izquierdas o de derechas.

Hemos perdido.

Como en este país está prohibida la publicación de encuestas la última semana de la campaña electoral, dicen que más significativa que la última encuesta es la tendencia de las sucesivas encuestas. A cada encuesta publicada, crecían los votos de la opción independentista. Al final, así ha sido: mayoría abrumadora en el parlamento y mayoría absoluta en las urnas de las dos listas independentistas.
Ya lo sé, legalmente sólo eran unas elecciones autonómicas. También las de 1931 eran unas elecciones sólo municipales, pero cuando la mayoría del pueblo español escogió República, el rey Alfonso XII escuchó atentamente y salió por piernas. La mayoría del pueblo catalán ha escogido salir de España. La democracia es muchas cosas: imperio de la ley, respeto a las minorías, derechos humanos...pero sobre todo es una cosa: decisión de la mayoría. Sigo pensando que la independencia es un error, como pensaba que era un error dar el gobierno al PP hace cuatro años. Pero hace cuatro años admití que el legítimo gobernante era el PP y ahora admito que la independencia es la opción escogida por Cataluña.
Ahora deseo equivocarme. Deseo que la negociación para llegar a la independencia no sea a cara de perro. Deseo que el retorno a la Unión Europea sea rápido. Deseo que la nueva constitución catalana sea flexible y admita para su modificación o abolición las mismas mayorías que los independentistas han reclamado para abolir la constitución española en Cataluña. Deseo que la construcción del nuevo estado sea tan barata como nos prometieron. Deseo que la caída de ventas al otro lado del Ebro sea pequeña y que nuestras empresas la superen con facilidad. Deseo que el nuevo estado tenga más herramientas para combatir la corrupción.

jueves, 11 de junio de 2015

Lecciones de la historia reciente. El Tamayazo.

Anda mucha gente criticando a Ciudadanos por estar pactando a diestro (en Madrid) y siniestro (Andalucía). Como si pactar fuese intrínsecamente malo. No recuerdo ningún caso en el que hayan repetido unas elecciones autonómicas porque la ausencia de pactos ha impedido formar gobierno. Lo más parecido que recuerdo es el Tamayazo. El PSOE con 47 diputados más IU con 9 parecían estar en condiciones de formar gobierno ante los 45 diputados del PP. A la hora de la verdad, Tamayo y Sáez se negaron a votar a favor del gobierno PSOE-IU, como tampoco se podían abstener y facilitar la investidura de Esperanza Aguirre porque su tropelía sería más evidente, la formación de gobierno en Madrid quedó bloqueada y se tuvieron que repetir las elecciones. En la segunda ocasión, IU mantuvo resultados, pero el PSOE pagó cara su ineptitud para escoger sus candidatos y el PP se hizo con la mayoría absoluta.
Si ahora se tuviesen que repetir las elecciones en Andalucía, creo que serían interpretadas por el electorado como una segunda vuelta. Y en una segunda vuelta sólo se elige entre los dos candidatos con más votos. PSOE y PP mejorarían resultados y el bipartidismo se recuperaría bastante de la estocada recibida el 22 de mayo.
Así, pues, Ciudadanos hace bien en permitir la investidura de Díaz y, de paso, le hace un favor a Podemos, que podrá mantener su aura de partido impoluto sin perder los diputados que perdería en unas segundas elecciones.

lunes, 25 de mayo de 2015

Un efecto mariposa.

En la ciudad X, el partido A presenta un candidato poco recomendable, el partido B decide no apoyar al partido A y deja que gobierne el partido C. A quinientos kilómetros de allí, el partido A, indignado por lo sucedido en la ciudad X, decide no apoyar al partido B y deja que en la comunidad Z gobierne el partido C.

martes, 19 de mayo de 2015

El perro del hortelano campa por Andalucía.

Menudo follón tienen montado en Andalucía. Susana Díaz no necesita que nadie la apoye, le basta con que algún partido silbe mirando hacia otro lado y se abstenga. Pues ni así. Todos se hacen los estrechos pensando que sus electores no les perdonarán si ceden un ápice en sus posiciones. Al mismo tiempo, rechazan la repetición de las elecciones porque, supongo, también temen el castigo electoral que sufrirán si se muestran demasiado estrictos y ponen en peligro el gobierno de la región.
Si nadie quiere nuevas elecciones y nadie quiere ceder, esto puede acabar en una solución que, ahora, me parece esperpéntica: que toda la oposición se ponga de acuerdo para recoger algunas abstenciones en cada grupo y permitir así la investidura de Susana Díaz sin que se pueda acusar a ningún partido de haber claudicado.
Estaremos atentos, porque, a tenor de las encuestas, lo de Andalucía puede ser un aperitivo de lo que nos encontraremos a partir del 25 de mayo.

miércoles, 6 de mayo de 2015

¿Gobernabilidad o principios?

Supongamos que, en unas elecciones municipales, el partido A obtiene la victoria sin llegar a la mayoría absoluta. El partido C decide no apoyar al partido A y éste se ve obligado a gobernar en minoría y no puede aprobar tres medidas que al partido C le parecen muy mal.
Mientras tanto, a cincuenta kilómetros de allí, el partido A obtiene un resultado similar. En este caso, sin embargo, el partido C decide apoyar al partido A y obtiene que se aprueben tres medidas que el partido C llevaba en su programa.
¿Dónde ha sido más fiel a sus electores el partido C?
Dependerá del peso de las medidas descartadas en un pueblo y de las aprobadas en el otro. Dar por buenos, a priori, el pactismo o la firme oposición sólo puede obedecer a prejuicios.

lunes, 4 de mayo de 2015

Las denostadas "listas fantasma".

En las elecciones municipales, escogemos alcalde y concejales. ¿Qué sentido tiene presentar a estas elecciones listas de personas ajenas al municipio? Aparentemente, ninguno. No siempre ha sido así. Hace diez, veinte, treinta años, presentarse en las listas del PP o del PSOE en el País Vasco suponía llenar de balas el revólver con el que jugarías a la ruleta rusa. En los años de plomo,las listas fantasma eran necesarias. El peligro etarra de desactivó, pero las listas fantasma siguen apareciendo por toda la geografía. Para los grandes partidos, las migajas en forma de votos que recogen con estas listas suponen una no despreciable fuente de ingresos por la subvención que lleva aparejada cada papeleta y por los escaños que se juegan en las diputaciones. Pequeñas imperfecciones de la democracia, como los interventores puntillosos o las inauguraciones en época preelectoral.
Ante las próximas elecciones municipales, el revuelo que se ha montado en torno a las listas fantasma es mucho mayor que en anteriores comicios. ¿Por qué? Algunos pretenden que estas elecciones sean algo más que unas elecciones municipales. ANC, por ejemplo, ya ha dicho a qué partidos debemos votar (como la iglesia cuando nos recomienda no votar partidos que estén a favor del aborto). Los partidos unionistas niegan que las municipales sean algo más, pero quieren reducir la derrota que sufrirán en los municipios en los que no pueden presentar alternativas locales. Es decir, que los independentistas dicen que el 24-M decide algo que va más allá del municipio pero que es trampa presentar a alguien de fuera porque son elecciones municipales. Y, por su parte, los unionistas dicen que las municipales son sólo municipales pero envían candidatos que no tienen nada que ver con el municipio para que los votantes tengan alternativas no independentistas.

martes, 1 de julio de 2014

Fórmulas para la regeneración democrática.

Mariano Rajoy ha anunciado algunas propuestas para mejorar la salud democrática del país. Una de las medidas que mejor acogida está teniendo es la elección directa de los alcaldes por parte de los ciudadanos. Parece muy elegante y de mucho fair play que, si alguien gana las elecciones, no vengan pasteleando el segundo y el tercero para desbancar al primero. Digo "parece", porque yo no lo tengo tan claro. Muchos votantes tienen más dudas para decidir a quién votar que las que tendrían para decidir a quién NO votar. Sería interesante que pudiésemos votar a quién queremos y a quién no queremos, poder emitir votos negativos. O poder votar como en Eurovisión, 12 puntos para A y 10 puntos para B. A lo mejor no ganaba el me tenía más simpatías, pero sí el que tenía menos antipatías, que tampoco sería malo. Mejor no darle vueltas raras al asunto. En otros países con más tradición democrática que el nuestro tienen una solución más sencilla: las elecciones a dos vueltas. Una forma sencilla y clara para que los electores puedan escoger a quien quieren y descartar a quien no quieren.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Y mis cojones treinta y tres.

Tan bella expresión se usa para descalificar los que manipulan las cuentas hasta conseguir el resultado deseado: si me faltan dos para llegar al objetivo... Durante la campaña electoral, la pre campaña y la pre pre campaña me ha venido muchas veces a la cabeza.
Tras los resultados electorales, no he tenido más remedio que vomitarla:
  • Los que dicen que la opción independentista ha fracasado. La torta se la han dado las derechas "independentistas". ERC ha subido mucho, CUP ha irrumpido con fuerza. A CiU le ha salido mal el farol y SI ha desaparecido. Lo comido por lo servido.
  • Los que dicen que el independentismo ha obtenido una victoria "aclaparadora". Lo pongo en catalán porque la victoria abrumadora sólo la pueden ver desde una óptica muy estrecha, catalófona, por supuesto. Sumad votos de los que se han manifestado en contra de la independencia. Sumad votos de los que se han manifestado a favor de la independencia más los votos de los que se han manifestado a-favor-de-las-estructuras-de-estado-el-pueblo-será-lo-que-quiera-y-mis-juventudes-gritan-independencia-por-los-campos-de-fútbol-pero-yo-no-lo-digo-para-no-cabrear-a-la-caixa. No hagáis más trampas y no suméis a los que han dicho que deberíamos poder votar un referéndum sobre la independencia, pero no han dicho qué deberíamos votar en él. Descontando partidos extraparlamentaris, sale un 51-37.  Una independencia con ese resultado no se proclama ni el el soñado Quebec.
Pues, eso: y mis cojones treinta y tres.

viernes, 23 de noviembre de 2012

lunes, 29 de noviembre de 2010

Las ofertas del 28N.

A las elecciones al Parlament de Cataluña de ayer se presentaron:

  1. Cuatro partidos más preocupados por definir las fronteras de mi país que en explicarme como sería mi país.
  2. Un partido que me explicó qué cosas no haría, pero no explicó que cosas haría.
  3. Un partido que me explicó como sería mi país y no me gustó.
  4. El partido al que voté.