viernes, 23 de septiembre de 2011

La medicina se debe administrar en su momento.

Un señor al que le gustaba "vivir bien" (comidas abundantes y con muchas grasas, alcohol, tabaco y sedentarismo) tuvo ayer un ataque al corazón . Los médicos le han dicho que lo que le pasó ayer es culpa de lo que hizo durante años. Como tratamiento, lo han puesto a correr diez kilómetros diarios y ha empezado hoy. ¿A que parece una burrada?. Pues se parece a lo que los expertos economistas recetan para la crisis española.   Como la crisis es culpa de no haber aprovechado los años buenos para eliminar el endeudamiento del estado, eliminemos el endeudamiento ahora. Como la enfermedad coronaria se debe al sedentarismo cuando el paciente estaba sano, hagámosle correr ahora que está enfermo.

viernes, 16 de septiembre de 2011

La consulta perfecta.

Tengo un amigo que es lector ocasional de este blog y que me llama demagogo con cierta frecuencia cuando debatimos sobre las relaciones entre Cataluña y España. Él me dice que lo más democrático es que nosotros podamos decidir qué queremos hacer y yo le digo que no tengo muy claro quiénes somos nosotros.
Para concretar mi duda, voy a hacer un ejercicio de imaginación. Supongamos que se convoca un referéndum para decidir si Cataluña forma parte de España o no, ¿cuáles deberían ser las reglas de dicho referéndum?
La primera regla importante es decidir qué mayoría se consideraría suficiente para que el resultado fuese vinculante. Sin embargo, la reflexión sobre esta regla me la voy a saltar. Los partidarios del mantenimiento del statu quo escogería una cifra muy restrictiva, por ejemplo dos tercios del censo electoral, mientras que los partidarios del cambio preferirían una cifra muy laxa, la mitad más uno de los votos válidos no en blanco emitidos. Se trataría sólo de una cuestión técnica.
La segunda regla importante es la que determinaría quién puede votar. ¿Todos los españoles? Supongo que los partidarios de la unidad de España escogerían esta opción, pero sería un referéndum de autodeterminación muy poco serio, ni siquiera el rey Mohamed de Marruecos se atrevería a proponerlo en el Sáhara. ¿Los habitantes de la actual comunidad autónoma de Cataluña? A mí me parece razonable, pero a los independentistas catalanes no se lo tendría que parecer. Si entienden que la nación catalana abarca las comunidades autónomas de Cataluña, Baleares, Valencia y la Cataluña Francesa; un referéndum de autodeterminación debería ser votado por los habitantes de todos estos territorios. Me temo, sin embargo, que en la situación actual, pocos independentistas se atreverían a proponer un referéndum global teniendo en cuenta  la anecdótica implantación del independentismo catalán fuera de las cuatro provincias.
La tercera regla importante es la que decide a quién obligaría el resultado del referéndum. En cierto modo, iría ligada a la regla anterior. Por ejemplo, si se decidiese que el ámbito electoral fuese el de los Països Catalans, el 100% de los votantes de las provincias de Barcelona, Tarragona, Lérida y Gerona votase a favor de la independencia y el 90% de los votantes de las provincias de Castellón, Valencia y Alicante votasen en contra; la independencia ganaría el referéndum, pero parecería poco democrático obligar a los valencianos a unirse al nuevo estado. Parece, pues, sensato, escoger circunscripciones más pequeñas. Escoger las actuales comunidades autónomas me parecería, como ya he dicho antes, un poco farisáico por parte de los independentistas, que abrazarían una división territorial heredada del antiguo régimen. Escoger las provincias, invento español del siglo XIX, menos aún. A mí me parecería bien volver a las fuentes de la democracia, a la Grecia clásica, a la polis: que la circunscripción fuese el municipio. Para mí sería lo más democrático, aunque podría generar un estado geográficamente discontinuo.
En definitiva, no creo que haya una respuesta clara para la segunda y tercera regla, no creo que esté claro quiénes somos NOSOTROS.

martes, 13 de septiembre de 2011

El Valle del Terror

Una novela de Sherlock Holmes atípica. Antes de la mitad del libro, el sagaz investigador ya ha resuelto el caso y la otra mitad del libro se dedica a explicar cómo llega hasta Inglaterra el asesinado. El resultado es una novela sobre un grupo mafioso. Interesante ver cómo hace más de cien años también podían convertirse en vulgares extorsionadores grupos nacidos para defender causas supuestamente justas.
El libro me hubiese gustado bastante más de haberlo leído en una traducción decente. Se trataba de una versión gratuita regalada por el fabricante del ebook que me compré.Lo cual me lleva a sospechar que si el pirateo en literatura alcanza las cuotas de la música, nos que daremos sin literatura: ni escritores ni traductores podrán vivir de su trabajo. Porque, encima, a los escritores no les quedaría un recurso similar a los conciertos para obtener ingresos por otro lado.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

El follón de los que no saben

Ante el requerimiento del TSJC a la Generalitat para que el castellano sea lengua vehicular y las reacciones que ha suscitado, sólo me queda suponer que los actores de este enredo no saben.
  1. Los jueces que no saben de matemáticas. Según la sentencia, se deben dar clases en castellano pero es competencia de la Generalitat determinar el porcentaje de horas lectivas que se deben impartir en dicho idioma. Señores jueces, cero es un número y 0% es un porcentaje.
  2. Los políticos que no saben qué deben hacer los jueces. La Generalitat quiere presentar en su recurso un informe en el que demuestran que los alumnos catalanes dominan el castellano tan bien (o tan mal) como los alumnos del resto de España. Los jueces no deben evaluar el resultado del incumplimiento o cumplimiento de la ley. Deben evaluar si se cumple la ley. Si una ley funciona mal, la debe corregir el poder legislativo; el juez debe aplicarla aunque no funcione (y que Montesquieu me desmienta).
  3. Los políticos que no saben torear. Cuando la ley te obliga a hacer algo, es bueno tener algo de imaginación en lugar de montar el pollo. Francisco Camps, ahora que está menos ocupado, puede impartir cursillos de cómo pasarse entre los muslos una asignatura obligatoria que no le gusta utilizando el recurso de la lengua vehicular.
  4. Los ciudadanos que magnifican la influencia de la escuela, no saben qué efecto tiene. Si obligan a tu hijo a estudiar una asignatura en castellano, su castellanización será mucho menor que la producida por la televisión. ¿O vas a ejercer de talibán y prohibirle que vea Bob Esponja hasta que la emitan por TV3?
Claro que también puede ser que quien no sepa sea yo. Que yo no sepa que los jueces pueden retorcer la leyes hasta que acaben diciendo lo que ellos creen justo. Que yo no sepa que los políticos presentan recursos para que los lean los votantes y no los jueces. Que yo no sepa que a los políticos les conviene más, a veces, un  áspero conflicto que una buena solución. Que yo no sepa que existen padres que se creen capaces de aislar a sus hijos de toda influencia perniciosa.

P.D.  Creo que mis hijos dominan razonablemente el castellano, se les queda alguna ele enganchada al paladar, pero nada más.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Se puede reducir el endeudamiento público con políticas de izquierda

A la reciente reforma constitucional la han desprestigiado las formas.
- Oye Mariano, que me ha dicho Ángela que no nos pagarán más si no nos comprometemos a no endeudarnos más. ¿Lo ponemos en la Constitución?
- Ya te lo decía yo. Vamos a hacerlo rápido.
- ¿Qué dirán los demás?
- ¿A quién le importa? La aritmética nos lo permite.
Los nacionalistas se oponen por haber sido ninguneados, y porque cualquier restricción impuesta desde el Estado es una limitación del poder autonómico. Sin embargo creo que Artur Mas firmaría mañana mismo una modificación similar en el Estatuto de Autonomía.
Izquierda Unida se opone porque sabe qué interpretación va a hacer el PP de esta modificación y sospecha que el PSOE hará la misma: como la Sacrosanta Constitución nos impide endeudarnos más, tenemos que recortar los gastos.
Yo creo que la medida es positiva, aunque no me atrevo a decir si su ubicación correcta es la Constitución. Creo que es positiva porque el endeudamiento excesivo obliga a nuestros hijos a pagar nuestro bienestar de hoy. Lo único que debemos hacer desde la izquierda es interpretarla correctamente: para que no se incremente la deuda no hay que reducir los gastos, hay que incrementar los ingresos. Es decir, se deben incrementar los ingresos por impuestos. Se podría empezar por reducir considerablemente el fraude fiscal.

martes, 30 de agosto de 2011

Las naciones (II).

Las naciones, como los idiomas, son unas construcciones colectivas y artificiales. Sin embargo, nos son imbuidas  desde la infancia de tal manera que llegan a parecernos unas construcciones naturales. Como el gallego del chiste, nos sorprendemos de que los franceses llamen fromage a algo que se ve claramente que es queso. Del mismo modo,  hay españoles que se sienten sinceramente sorprendidos de que existan catalanes o vascos que no quieren ser españole, o catalanes que creen  que si no deseas la independencia de Cataluña eres un ignorante o un traidor. Puedes escuchar a Mariano Rajoy decir que en un país normal sólo se puede hablar un idioma en sus parlamentos, como si Canadá o Suiza no fuesen países normales. O puedes escuchar a independentistas catalanes o vascos reclamar el derecho a la autodeterminación para Euskalherria o Els Països Catalans mientras se lo niegan a Navarra o Valencia.
Las naciones, como los idiomas, son hoy las que son. Se parecen, a veces más y a veces menos, a lo que fueron., y a lo que serán. Seria deseable que esta evolución fuese mucho más pacífica de lo que ha sido hasta ahora.

viernes, 26 de agosto de 2011

La noche de los tiempos.

Esta novela tenía todos los ingredientes para gustarme.
El telón de fondo: el inicio de la guerra civil española. La última vez que España fue pionera respecto a Europa. aunque para mal.
El protagonista, un personaje con el que sentirme identificado. Ignacio Abel, hijo de trabajadores modestos, que se queda huérfano en su adolescencia y que, aún así, consigue acabar una carrera universitaria. Un hombre que rechaza la violencia, aunque no acaba de quedar claro cuanto pacifismo y cuanta cobardía construyen ese rechazo. Un hombre que cree que una sociedad perfecta debería ofrecer a todos las mismas oportunidades, pero que debería reconocer adecuadamente los méritos de cada uno.
Creo que Antonio Muñoz Molina consigue recrear muy eficazmente el ambiente previo a la Guerra Civil, todos los indicios apuntan al desastre y nadie los sabe ver. Bueno, algún personaje con pinta de chalado sí que lo ve. Consigue, además, una novela de las que te hace pensar.
Te hace pensar en la facilidad del ser humano para aceptar como normal lo que pasa. Recuerdo ahora cómo a finales de los setenta y principios de los ochenta los asesinatos de ETA nos parecían "normales".
Te hace pensar en lo que hubiese pasado si la guerra la hubiesen ganado los antifascistas.¿Cómo hubiese tenido que pagar la República Española el apoyo soviético?
Te hace pensar en el prestigio de la figura de Rafael Alberti, un magnífico capitán araña según la novela y según algunas opiniones de Miguel Hernández.
Te hace pensar en la intransigencia de la izquierda, siempre dispuesta a una escisión por el motivo más nimio mientras la derecha sabe que es mejor administrar un porcentaje pequeño de la victoria que un porcentaje grande de la derrota.
Te hace pensar en lo difícil que resulta para el hombre mirar un poco más allá de su peripecia personal.
A libro le sobran algunas páginas, pero recomiendo leerlo.

P.D. Elsa, para evitar malentendidos, lo de que el protagonista es un cuarentón que ve cómo su mujer se hace mayor y él se lía con un jovencita, no me recuerda a mí.