martes, 10 de mayo de 2011

Un ex etarra recolectando votos para el PP.

El señor Ander Errandonea Arruti ha salido de prisión después de cumplir condena y lo primero que ha hecho ha sido desplegar una pancarta pidiendo el voto para Bildu. Raudos y veloces, el PP y sus voceros han reclamado la ilegalización de Bildu argumentando como prueba la susodicha pancarta.

  1. En esos momentos, el señor Errandonea todavía no había cometido ningún delito. No se puede argumentar en juicio alguno que ese individuo hablaba en nombre de ETA.
  2. Una vez ha cumplido condena, un expresidiario es libre de anunciar sus preferencias, culinarias, deportivas o políticas. Eso no puede ser un modo alguno una prueba de que existe connivencia entre el individuo y la institución publicitada. A ver si le van a aplicar la Ley de Partidos y van a prohibir la selección española de fútbol porque un etarra llevaba una camiseta de dicha seleección en su foto de perfil de Facebook.
  3. La palabra "eta" que aparece en la pancarta significa en vascuence "y". Podemos sospechar que la pinta de colorines para ensalzar a ETA, pero no creo que nadie se atreva a aportarlo como prueba en un juicio por apología del terrorismo.
  4. El señor Errandonea puede tener un pensamientos malísimos. Tener estos pensamientos puede ser pecado, pero nunca puede ser delito.
A todo esto, ¿quién gana con el acto publicitario?. Sólo se me ocurre un beneficiario claro, el PP.


Solar

Leí dos críticas de este libro, en Qué Leer y en Babelia, y las dos lo ponían por las nubes. Así que escogí esta novela para comprármela por Sant Jordi. El protagonista es un Premio Nobel que se embarca en un proyecto de fotosíntesis artificial para explotar la energía solar. Pero la novela no va de eso, eso es sólo el entorno que permite a Ian McEwan retratar a una persona que como todas, tiene momentos gloriosos y momentos mezquinos. La vida lo castiga y lo premia, pero, a veces, lo castiga por sus virtudes y lo premia por sus defectos. Leí en una entrevista que el autor anda algo mosqueado porque continuamente le preguntan por la energía solar y el calentamiento planetario, como si escribir una buena novela en la que un personaje conoce el tema hiciera al escritor tan experto como el personaje. Los diálogos entre científicos están bien documentados y escritos; tanto, que a los críticos literarios los ha convencido de que sólo un experto podía haberlos escrito.
Quiero hacer una pequeña crítica a la edición. Me compré el libro en formato digital (EPUB). En el libro, aparecen cuatro o cinco notas del traductor a pie de página. Los detalles de todas ellas se encuentran en la última página del libro y numerados con el número 1.

viernes, 6 de mayo de 2011

Nos hemos librado de un batacazo.

El Tribunal Constitucional nos acaba de librar de un ridículo espantoso, el que sentiríamos los demócratas españoles cuando el tribunal de Estrasburgo condenase al Reino de España por impedir la participación de Bildu en las próximas elecciones municipales.
Mientras tanto, el PP sigue apoyando a Batasuna en la propagación de la idea de que la justicia española no es más que un títere en manos del gobierno.

domingo, 1 de mayo de 2011

Si fuese supersticioso, tendría miedo.

Si yo creyera en la capacidad de algunas personas para subvertir o condicionar las leyes naturales (lo que los creyentes llaman hacer milagros),  estaría convencido de que al flamante beato Juan Pablo Segundo le cae mal Valencia. Como no soy supersticioso, sigo pensando que el accidente del Metro de Valencia durante el Encuentro Mundial de las Familias y la muerte del cardenal Agustín García Blasco (cuyo última archidiócesis fue la de Valencia) son meras coincidencias.

miércoles, 27 de abril de 2011

Las afinidades electivas

"Basta con educar a los niños para servidores y a las niñas para madres y todo irá bien en todas partes".
"La verdad,  es que hace falta llevar una vida muy ruidosa y abigarrada para soportar a nuestro alrededor a monos, papagayos o negros".
Éstas frases aparecen en "Las afinidades electivas", de Goethe. Nuestra generación, nací en 1966, ya recibió una versión suavizada de los cuentos infantiles para darles siempre un final feliz. A la de nuestros hijos les están dando una versión, además, políticamente correcta. El siguiente peldaño ya se ha empezado a subir, se están haciendo versiones de Las Aventuras de Tom Sawyer en las que han desaparecido palabras que hoy se consideran graves insultos y se retiran las versiones originales de las bibliotecas públicas. Si la marea llega a los clásicos, no habrá quien los reconozca.
Por otra parte, si los clásicos se alejan tanto de nuestros cánones éticos, ¿cuánto se alejarán de nuestros cánones estéticos? Los personajes me han parecido totalmente irreales: renuncias absurdas al ser amado; madres que, ante la muerte de un hijo, se duelen más de la tristeza de la niñera que de la pérdida del niño; anorexias que no son percibidas por los que conviven con el efermo hasta que éste muere... Sin embargo, es probable que los personajes sean mucho más reales de lo que yo creo y que sea mi incomprensión de la época lo que me los haga ver como absurdos.

sábado, 16 de abril de 2011

La Tercera República.

En el 80º aniversario de la proclamación de la Segunda República Española, algunos, pocos, se han lanzado a homenajes sinceros a una de las pocas victorias del pueblo en la larga historia de España. Otros, más importantes en número, se han limitado a pequeños reconocimientos. Supongo que la izquierda española no se atreve a celebrar algo que es anticonstitucional, unas pequeñas dosis de hipocresía. Como completos manipuladores de la historia se han mostrado los articulistas de derecha que han calificado la Segunda República de periodo catastrófico, sin pararse a compararla (supongo que no por olvido) con las dictaduras que la precedieron y sucedieron. Reveladores me han parecido los homenajes realizados desde los "nacionalismos periféricos" como el que realiza Iñaki Anasagasti en su blog, me convencen aún más de que no hay mayor acicate para el independentismo que el centralismo, que otra España en la que se sintieran a gusto más españoles es posible.
Desde aquí, reivindico la República. No es necesariamente mejor que una Monarquía, pero en una carrera de modelos democráticos, sale con un metro de ventaja.

lunes, 11 de abril de 2011

Alfred y Emily

Una obra bastante extraña de Doris Lessing. Primero, una novela en la que la autora se imagina la vida de sus padres si la Primera Guerra Mundial no se hubiese interpuesto en sus vidas. Después, la historia real de sus padres. Para acabar, algunas anécdotas de la vida de la escritora en Persia y África.
La novela resulta amena. La historia real se me hizo atractiva por la posibilidad de comparar la realidad y la ficción. Las anécdotas del final me parecieron un relleno rápido para acabar el libro con un número respetable de páginas y a tiempo para aprovechar el tirón de la concesión del Premio Nobel a la escritora.
Para mi gusto, esta novela está muy lejos de La buena terrorista.