Del mismo modo, de poco servirán los argumentos científicos que muestran la diferencia entre una gástrula y un ser humano para convencer a los obispos de que un aborto no es un homicidio. Pero, ya que será muy difícil que ellos renuncien a imponernos su visión de la moral, es nuestra obligación mostrarnos firmes para que no lo consigan.
lunes, 3 de marzo de 2014
¿Y a ti quién te lo ha dicho?
A pesar de lo que ciertos movimientos propalestinos quieren presentar, la sociedad israelí es muy diversa. Probablemente, más diversa y democrática que la sociedad palestina. Uno de los grupos más poderosos, sobre todo si comparamos el número de sus integrantes con la influencia política que tienen, es el de los ultraortodoxos. Uno de sus privilegios es el de que sus miembros no prestan el servicio militar. Teniendo en cuenta que el servicio militar es obligatorio para todos los jóvenes israelís, que es de dos años para las mujeres y tres para los hombres, que la probabilidad de enfrentarse a situaciones de fuego real es bastante alta y que buena parte de las intervenciones del ejército israelí son para proteger a los ultraortodoxos en conflictos que ellos mismos han creado; el agravio que supone la exención del servicio militar para los "jaredim" es manifiesto a ojos de cualquiera. O de casi cualquiera, porque a los intentos de supresión de este privilegio, los "jaredim" han respondido con manifestaciones que han mostrado que el pacifismo no es el principio en el que se basan para negarse a empuñar las armas. Pero claro, de poco servirán los argumentos de una gran mayoría social para convencer a los que tienen a Dios de su parte.
jueves, 27 de febrero de 2014
Víctima de las etiquetas.
Enciendo la radio y escucho a una mujer con marcado acento italiano hablando de la situación política de su país. Pienso, "todas italianas hablan como Raffaella Carrà". Dos minutos después descubro que la entrevistada es Raffaella Carrà. A pesar de reconocer la voz, mis etiquetas mentales me han impedido reconocer a la persona, no podía imaginar a una cantante "frívola" hablando de política. Anteayer alertaba de la necesidad de escuchar a Jordi Évole, aunque antes nos haya hecho reír. Hoy soy yo el que no soy capaz de escuchar un análisis político en boca de la que recomendaba venir a sur para hacer bien el amor.
Necesitamos liberar nuestras mentes de los corsés. La mía, la primera.
Necesitamos liberar nuestras mentes de los corsés. La mía, la primera.
martes, 25 de febrero de 2014
No te enfades, que era broma.
Hace más de tres años, Jordi Évole abandonaba el personaje del Follonero y se adentraba en el periodismo serio. A los amantes de las etiquetas estáticas los descolocaba este cambio. Algunos hasta criticaban a Jesús Eguiguren por hacer declaraciones muy serias en un programa poco serio como el de Évole. Entonces me parecía estupendo, mezclar la risa con las cosas serias. Hoy me lo sigue pareciendo.
Este domingo, Jordi Évole ha vuelto a descolocar a los alérgicos a los cambios (y a entusiasmar a los fanáticos). Hace muchos años, se decía que el objetivo de los medios de comunicación era "informar, formar y entretener". Es cierto que "Operación Palace" no informó, pero entretuvo a mucha gente e intentó (muchos no se dejan) formarlos.
El programa debería servir para hacernos más críticos con la información que recibimos. Sin embargo los foros en los que se comentaba el falso documental estaban llenos de afirmaciones del tipo "yo sí sé lo que pasó el 23-F, pero no os queréis enterar".
El programa debería servir para que los poderes públicos comprendan que la información que se oculta acaba siendo sustituida por suposiciones verosímiles que pueden ser peores para el Estado que la información ocultada.
El programa debería servir para que comprendamos que podemos, es más: debemos; ser capaces de adoptar diferentes registros. Y un buen comunicador puede pasar del humor a la información o de la información a la fábula, y no por ello perderá su gracia ni su credibilidad.
El programa debería servir para que comprendamos que la televisión es un medio tan válido y tan flexible como la literatura. A nadie se le ocurre criticar "Soldados de Salamina" de Javier Cercas o "La Mala Mujer" de Marc Pastor por novelar hechos reales. Por cierto, tengo que leer "Anatomía de un instante".
Este domingo, Jordi Évole ha vuelto a descolocar a los alérgicos a los cambios (y a entusiasmar a los fanáticos). Hace muchos años, se decía que el objetivo de los medios de comunicación era "informar, formar y entretener". Es cierto que "Operación Palace" no informó, pero entretuvo a mucha gente e intentó (muchos no se dejan) formarlos.
El programa debería servir para hacernos más críticos con la información que recibimos. Sin embargo los foros en los que se comentaba el falso documental estaban llenos de afirmaciones del tipo "yo sí sé lo que pasó el 23-F, pero no os queréis enterar".
El programa debería servir para que los poderes públicos comprendan que la información que se oculta acaba siendo sustituida por suposiciones verosímiles que pueden ser peores para el Estado que la información ocultada.
El programa debería servir para que comprendamos que podemos, es más: debemos; ser capaces de adoptar diferentes registros. Y un buen comunicador puede pasar del humor a la información o de la información a la fábula, y no por ello perderá su gracia ni su credibilidad.
El programa debería servir para que comprendamos que la televisión es un medio tan válido y tan flexible como la literatura. A nadie se le ocurre criticar "Soldados de Salamina" de Javier Cercas o "La Mala Mujer" de Marc Pastor por novelar hechos reales. Por cierto, tengo que leer "Anatomía de un instante".
jueves, 20 de febrero de 2014
¿Cómo se crean las leyendas?
En los últimos días, algunos de mis amigos de Facebook han publicado esta foto explicando que corresponde al momento en que el torero Álvaro Múnera se arrepiente de ser torero y de maltratar animales. Es cierto que Álvaro Múnera es un extorero y que ahora es muy activo combatiendo la fiesta de los toros. Sin embargo, la verdadera historia de su cambio de opinión es mucho más traumática. Aquí podéis ver una entrevista al extorero explicándola.
A mí me parece mucho más impactante y con mayor capacidad de convicción la historia real que la falsa. Por este motivo me hago dos preguntas.
¿Por qué alguien decide mentir para defender una causa? En este caso la mentira es muy fácilmente detectable, por lo que el argumento se vuelve en contra del mentiroso. Además, la verdad ya es suficiente buena para defender la causa.
¿Por qué somos tan crédulos? Sólo he necesitado buscar dos palabras en Google para conocer la verdad. Un montón de gente ha preferido repetir la mentira sin hacer el más mínimo esfuerzo por comprobarla.
El ser humano ha cambiado bastante menos que la tecnología. Me imagino que, en la Edad Media, cuando casi toda la información se transmitía de manera oral y no había modo de contrastar la información, era muy fácil que la historia de un señor bajito que mataba a un señor feo y poderoso en el Asia Central llegase a Europa convertida en un caballero que había matado a un dragón.
lunes, 17 de febrero de 2014
¿Quién debe pedir perdón?
El presidente de la Conferencia de Rabinos Europeos ha pedido a España que pida perdón por haber expulsado a los judíos en 1.492. A riesgo de que me llamen antisemita, me voy a aventurar a calificar la petición de solemne estupidez.
a) Si la idea es que los españoles pidamos perdón, debo alegar que los españoles podemos ser culpables de haber escogido al presidente que tenemos ahora, pero no a los reyes que se autoescogieron hacen cinco siglos.
b) Si la idea es que España como nación pida perdón, debo indicar que España ni siquiera existía hace cinco siglos.
c) Si la idea es que los herederos de los que tomaron la decisión pidan perdón, debo afirmar que, probablemente, por mis venas corre más sangre de judío converso que de rey católico.
d) Si la idea es que los beneficiarios del expolio a los judíos pidan perdón, debo recordar que el supuesto beneficio lo fue a muy corto plazo.La expulsión de los judíos supuso la expulsión de los mejores científicos y comerciantes de la época.Desprecio por la ciencia que día de hoy seguimos padeciendo.
a) Si la idea es que los españoles pidamos perdón, debo alegar que los españoles podemos ser culpables de haber escogido al presidente que tenemos ahora, pero no a los reyes que se autoescogieron hacen cinco siglos.
b) Si la idea es que España como nación pida perdón, debo indicar que España ni siquiera existía hace cinco siglos.
c) Si la idea es que los herederos de los que tomaron la decisión pidan perdón, debo afirmar que, probablemente, por mis venas corre más sangre de judío converso que de rey católico.
d) Si la idea es que los beneficiarios del expolio a los judíos pidan perdón, debo recordar que el supuesto beneficio lo fue a muy corto plazo.La expulsión de los judíos supuso la expulsión de los mejores científicos y comerciantes de la época.Desprecio por la ciencia que día de hoy seguimos padeciendo.
sábado, 8 de febrero de 2014
Eufemismos absurdos.
Leo en un diario digital que una persona ha muerto "después de una larga enfermedad diagnosticada en julio del año pasado".
Supongo que hablan de cáncer porque es el eufemismo habitual, pero queda claro que es completamente inexacto.
Supongo que hablan de cáncer porque es el eufemismo habitual, pero queda claro que es completamente inexacto.
jueves, 30 de enero de 2014
Respuestas contundentes, pero muy incompletas.
La FAES ha publicado un argumentario titulado "20 preguntas con respuesta sobre la secesión de Cataluña en el que, supuestamente, se demuestra la falsedad de los argumentos independentistas. Un amigo mío se quejaba en Facebook de los argumentos en contra de la independencia se basan en lo dañina que sería para Cataluña, pero que no dicen nada de lo mala que sería para el resto de España.
Mi primera reacción fue pensar (y escribir) que no hace falta convencer a la opinión pública de Zamora, pongamos por caso, de que debe estar en contra de la independencia de Cataluña, porque ya lo está. Pasadas las horas, me he dado cuenta de que sí es necesario explicar a la opinión pública del resto de España todo lo que perderán si Cataluña se independiza. No hacerlo, es un error más de la línea pedagógica del PP. Esa línea que, por ejemplo, insistió en que aplicar la "doctrina Parot" a los delitos cometidos antes de la reforma penal era un acto de justicia y no una aberración legal. Cuando llegó la sentencia de La Haya, el gobierno del PP no tuvo más remedio que liberar a los presos retenidos ilegalmente y afrontar el calificativo de traidor desde sus mismas bases. Es la línea pedagógica que confundió, voluntariamente, el respeto y la protección de las víctimas del terrorismo con dejar a algunas de sus asociaciones guiar la política terrorista. La víctima de un delito fácilmente sustituirá la justicia con la venganza. Ahora, los dos errores cortoplacistas se le han vuelto en contra.
No explicar a los ciudadanos de Badajoz que los efectos en forma de pérdida de mercado que supondría una Cataluña independiente y empobrecida es mal negocio. No explicar a los ciudadanos de Almería lo que supondría que sus productos hortofrutícolas tuvieran que atravesar las fronteras de una Cataluña independiente sería un mal negocio. No explicar a los ciudadanos de Madrid que esa financiación que Ignacio González considera insuficiente sería aún menor si Cataluña se independizase, es un mal negocio. No explicar que los mercados internacionales huyen de la inestabilidad y que consideran tan inestable un país que se independiza como un país que pierde una parte especialmente productiva de su territorio, es un mal negocio. En el siglo XXI, por suerte, el patriotismo ya no es una fuerza que arrastra a las masas. Los líderes independentistas catalanes lo saben y han recurrido a algo más sensible para la gente, su cartera. No han dudado en manipular la realidad para llegar a la conclusión de que "Espanya ens roba", y eso sí que ha movido a las masas. Con las llamadas a la sacrosanta unidad de la patria y la inmancillable Constitución, no vamos a ningún lado. Cuando la opinión pública del resto de España se dé cuenta de lo que perdería con la independencia de Cataluña, entenderá que hay que hacer algo para que la mayoría de los catalanes queramos seguir en España. Empezar ya a hacer esa pedagogía es un buen negocio. El PP se ahorrará que califiquen de claudicaciones lo que sólo serán acuerdos legales y democráticos.
Mi primera reacción fue pensar (y escribir) que no hace falta convencer a la opinión pública de Zamora, pongamos por caso, de que debe estar en contra de la independencia de Cataluña, porque ya lo está. Pasadas las horas, me he dado cuenta de que sí es necesario explicar a la opinión pública del resto de España todo lo que perderán si Cataluña se independiza. No hacerlo, es un error más de la línea pedagógica del PP. Esa línea que, por ejemplo, insistió en que aplicar la "doctrina Parot" a los delitos cometidos antes de la reforma penal era un acto de justicia y no una aberración legal. Cuando llegó la sentencia de La Haya, el gobierno del PP no tuvo más remedio que liberar a los presos retenidos ilegalmente y afrontar el calificativo de traidor desde sus mismas bases. Es la línea pedagógica que confundió, voluntariamente, el respeto y la protección de las víctimas del terrorismo con dejar a algunas de sus asociaciones guiar la política terrorista. La víctima de un delito fácilmente sustituirá la justicia con la venganza. Ahora, los dos errores cortoplacistas se le han vuelto en contra.
No explicar a los ciudadanos de Badajoz que los efectos en forma de pérdida de mercado que supondría una Cataluña independiente y empobrecida es mal negocio. No explicar a los ciudadanos de Almería lo que supondría que sus productos hortofrutícolas tuvieran que atravesar las fronteras de una Cataluña independiente sería un mal negocio. No explicar a los ciudadanos de Madrid que esa financiación que Ignacio González considera insuficiente sería aún menor si Cataluña se independizase, es un mal negocio. No explicar que los mercados internacionales huyen de la inestabilidad y que consideran tan inestable un país que se independiza como un país que pierde una parte especialmente productiva de su territorio, es un mal negocio. En el siglo XXI, por suerte, el patriotismo ya no es una fuerza que arrastra a las masas. Los líderes independentistas catalanes lo saben y han recurrido a algo más sensible para la gente, su cartera. No han dudado en manipular la realidad para llegar a la conclusión de que "Espanya ens roba", y eso sí que ha movido a las masas. Con las llamadas a la sacrosanta unidad de la patria y la inmancillable Constitución, no vamos a ningún lado. Cuando la opinión pública del resto de España se dé cuenta de lo que perdería con la independencia de Cataluña, entenderá que hay que hacer algo para que la mayoría de los catalanes queramos seguir en España. Empezar ya a hacer esa pedagogía es un buen negocio. El PP se ahorrará que califiquen de claudicaciones lo que sólo serán acuerdos legales y democráticos.
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