jueves, 28 de mayo de 2009

Las alegres aventuras de Robin Hood.

De vez en cuando, me gusta retroceder al final de la infancia y darme un chapuzón en los libros que han aficionado a la lectura a mucha gente. A veces, disfruto como el enano que era entonces. Otras, como ahora, el batacazo es morrocotudo ¡Lo que me ha costado leer el libro! No se lo recomendaré a mis hijos. Además, si lo hiciese, me denunciarían por maltrato a la infancia por incitarles a la misoginia, el racismo, la violencia y el alcoholismo.

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