viernes, 20 de noviembre de 2015

El principio de incertidumbre de Heisenberg y los derechos civiles.

Cada vez que se produce un atentado, se reaviva el debate sobre cuánta libertad estamos dispuestos a perder a cambio de más seguridad. Hace poco, un amigo me comentó que muchas de las propuestas van encaminadas a saber lo que hacemos: monitorización de las comunicaciones y de las redes sociales, pero que eso no nos impide hacer lo que queramos mientras lo que queramos sea legal. Venía a decir que lo que se violaba era la privacidad, pero no la libertad.
El principio de incertidumbre de Heisenberg viene a decir, simplificándolo mucho, que no podemos saber con exactitud y a la vez dónde está una partícula y como se mueve. La explicación (con el mismo rigor científico que la afirmación anterior) es que para saber exactamente dónde está una partícula debemos dispararle un fotón y con eso la desplazaremos. Cuanta más energía le disparemos, con mayor exactitud lo situaremos pero más lo desplazaremos. Con los comportamientos de las personas pasa lo mismo. Si sabemos que nos observan no nos comportaremos igual. Por lo tanto, una violación de la privacidad sí que es una violación de la libertad.

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