viernes, 16 de febrero de 2018

No sabes que lo sabes.

Creo que fue Agustín García Calvo quien dijo que la gramática es eso que sabemos sin saber que lo sabemos. A todos nos resulta bastante fácil construir oraciones gramaticalmente correctas, pero nos resulta mucho más difícil explicar por qué esas oraciones son correctas o no. Esta aseveración es cierta mientras no nos salimos de nuestro idioma. Cuando abandonamos el terreno que conocemos desde niños, sufrimos más.
En los últimos años, la traducción automática está avanzando mucho, pero aún así, de vez en cuando nos encontramos con frases ininteligibles. Las herramientas de las redes sociales (Facebook, Twitter, Youtube...) nos ofrecen  traducciones a nuestro idioma de las publicaciones hechas en otras lenguas. Tengo la sensación de que las traducciones de publicaciones en inglés de hispano hablantes contienen muchas menos construcciones erróneas que las de publicaciones de autores que tienen el inglés como lengua materna. Facebook, por ejemplo, ofrece la posibilidad de evaluar la calidad de las traducciones. No tendría que ser difícil, por lo tanto, cuantificar si la sensación mía tiene una base real o no. De ser cierta mi hipótesis, se confirmaría, una vez más, que la gramática que aprendemos de niños sin saber que la aprendemos es un armazón mental del que no nos podemos desprender.

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