No pretendo dar lecciones de vinificación a los bodegueros ni instrucciones a los veganos. Solo pongo este ejemplo para mostrar lo difícil que es ejercer el CONSUMO RESPONSABLE.
¿Cómo saber que un fondo de inversión no invierte en otro fondo de inversión que invierte en una empresa de televisores que pertenece a un holding que también tiene fábricas de armas?
¿Cómo saber que los botones de esa camisa de algodón ecológico no han sido fabricados con mano de obre infantil?
¿Cómo saber si esas botellas de cerveza empaquetadas sin plástico iban envueltas en plástico hasta cinco minutos antes de aparecer en la estantería de tu supermercado?
Pero, que las cosas sean difíciles, no quiere decir que no debamos intentarlas. Consume intentando que los efectos secundarios de tu consumo sean positivos. Pero no te obsesiones.
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