sábado, 1 de julio de 2023

Que tengan libertad.

Hace unos días, subí al tren y me senté cerca de una joven vestida con pañuelo en la cabeza, un hijab, y un vestido holgado largo. Cuando arrancó el tren, se levantó, se quitó el pañuelo y el vestido y los dejó en una bolsa. Iba vestida con unos vaqueros rotos y una camiseta de tirantes.

Desde mis prejuicios (todos tenemos), interpreté que, cuando se aseguró de que nadie conocido podía verla, se quitó una ropa que le molestaba y con la que se sentía obligada a vestirse y se quedó con la que se sentía más cómoda. Quizás fue al revés. Quizás se dirigía a algún sitio en el que se sentía obligada a quitarse el pañuelo. Es igual. Deberíamos luchar para que esa chica pudiera ir con la ropa que quisiera, sea una o sea la otra.



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