Como opinador aficionado, tengo que escribir algo sobre el resultado de las elecciones del próximo 27-S. Quiero ser de los primeros en publicar mi sesudo análisis, así que mi intención era escribirlo esta semana y la noche del domingo al lunes sólo tendría que hacer clic. El problema es que las encuestas sobre el 27-S publicadas este fin de semana dicen que hay entre un veinticinco y un treinta por ciento de indecisos. ¿Cómo demonios acierto el resultado final con tanto indeciso y con mis nulos conocimientos demoscópicos? He de decir, para empezar, que no me creo estas encuestas. No me creo que la cuarta parte de los votantes no tenga decidido su voto. Más bien creo que muchos encuestados habrán dicho "¿y a ti qué coño te importa a quién voto yo?. Pero queda feo cuantificar esa respuesta y es más elegante contarlos como votantes que no saben o no contestan. Tampoco me creo los resultados de la intención de voto. Cuando nos encuestan, mentimos. Las empresas de encuestas los saben, y hasta saben cómo mentimos. No saben cómo miento yo, pero saben cómo mentimos nosotros cuando nosotros somos muchos. Y manipulan los resultados reales para ajustarlos al resultado que saben que se dará. O sabían. Porque no les sirve de nada saber que a CiU (o a ERC) le acaba votando un n por ciento más o menos de los que lo declaran si luego el cacho grande de CiU y ERC se presentan juntos. O se presenta un partido, como Podemos, del que no se tiene estadística alguna de lo mentirosos que son sus votantes en las encuestas. O se presenta un partido en solitario por primera vez. O se presenta un partido que conserva todas las siglas, pero sólo el 60% de los dirigentes. Y, no nos olvidemos, éstas no son unas elecciones normales, por lo que de poco servirán las recetas de cocina demoscópicas normales.
Así pues, ante la imposibilidad de acertar el resultado final y escribir previamente una parrafada de éstas, tendré que escribir varias parrafadas y esperar que alguna de ellas coincida con el resultado final.
lunes, 21 de septiembre de 2015
sábado, 5 de septiembre de 2015
Extraño argumento.
Cuando algún partidario de mantener las fronteras españolas en su situación actual dice que una Cataluña independiente saldría de la Unión Europea, desde posiciones independentistas se afirma que España también saldría del euro en ese caso.
¿A quién pretenden convencer de qué?
Un señor de Valladolid partidario de la unidad de España ya sabe que viviría peor sin Cataluña. No hace falta darle más argumentos.
Pero supongo que este argumento pretende convencer a los señores de Vic. Y a los señores de Vic, este argumento les está diciendo: "tu vivirás un poco peor, pero no te preocupes, porque el señor de Valladolid vivirá mucho peor y eso te compensará".
¿A quién pretenden convencer de qué?
Un señor de Valladolid partidario de la unidad de España ya sabe que viviría peor sin Cataluña. No hace falta darle más argumentos.
Pero supongo que este argumento pretende convencer a los señores de Vic. Y a los señores de Vic, este argumento les está diciendo: "tu vivirás un poco peor, pero no te preocupes, porque el señor de Valladolid vivirá mucho peor y eso te compensará".
miércoles, 2 de septiembre de 2015
Ese maldito occidentecentrismo.
¿Me puedes hacer un favor?
Entra en Google, teclea "drama" e "inmigración". ¿Cuántos enlaces te salen? ¿De qué hablan? Parece que estamos sensibilizados, que nos duele el sufrimiento de los que intentan cruzar el Mediterráneo. Y una mierda. Las palabras que usamos nos delatan, El drama no es la inmigración. El drama es la emigración. Que las personas tengan que huir de sus casas y abandonen sus vidas, que los países pierdan los mejores trabajadores y se queden con los más brutos y hábiles con el kalashnikov, que los niños pierdan la oportunidad de recibir educación y formación, que te maten por no adorar al dios correcto, o por tener un huerto encima de un yacimiento de mineral, o porque no es rentable que el agua llegue hasta tu casa. Eso es un drama. Pero a nosotros sólo nos afecta cuando se filtra en nuestro bienestar, cuando los emigrantes consiguen ser inmigrantes.
Entra en Google, teclea "drama" e "inmigración". ¿Cuántos enlaces te salen? ¿De qué hablan? Parece que estamos sensibilizados, que nos duele el sufrimiento de los que intentan cruzar el Mediterráneo. Y una mierda. Las palabras que usamos nos delatan, El drama no es la inmigración. El drama es la emigración. Que las personas tengan que huir de sus casas y abandonen sus vidas, que los países pierdan los mejores trabajadores y se queden con los más brutos y hábiles con el kalashnikov, que los niños pierdan la oportunidad de recibir educación y formación, que te maten por no adorar al dios correcto, o por tener un huerto encima de un yacimiento de mineral, o porque no es rentable que el agua llegue hasta tu casa. Eso es un drama. Pero a nosotros sólo nos afecta cuando se filtra en nuestro bienestar, cuando los emigrantes consiguen ser inmigrantes.
viernes, 28 de agosto de 2015
viernes, 14 de agosto de 2015
Una forma de explicar las cosas.
En esta noticia publicada en Regió 7. y en numerosos medios, se dice que unos 200 antitaurinos y antimonárquicos (algunos serían antitaurinos, otros antimonárquicos y otros las dos cosas) se concentraron ante la plaza de toros de San Sebastián para protestar contra la celebración de una corrida de toros, contra la presencia del exrey en el tendido o contra ambas cosas.
No se dice nada de que a escasos metros, dentro de la plaza, se desarrollaba una concentración, no sé si de promonárquicos, pero seguro que de protaurinos, en la que se juntaron 6000 personas.
Ah, y casi todos los que asistieron a la concentración en favor de las corridas de toros habían pagado para hacerlo.
No se dice nada de que a escasos metros, dentro de la plaza, se desarrollaba una concentración, no sé si de promonárquicos, pero seguro que de protaurinos, en la que se juntaron 6000 personas.
Ah, y casi todos los que asistieron a la concentración en favor de las corridas de toros habían pagado para hacerlo.
miércoles, 12 de agosto de 2015
El lado perverso del progreso.
El avance de la tecnología es imparable, pero no todo lo imparable es bueno. Dicen que, con los últimos inventos, el coste de distribuir la cultura se abaratará, que los libros podrán llegar a mucha más gente. Se olvidan de todos los que hasta ahora intervenían en la elaboración de libros y que perderán su medio de subsistencia. Desaparecerán esas joyas que son algunos ejemplares. Será tan fácil copiar una obra que no se podrá controlar su distribución.
Puta imprenta.
martes, 11 de agosto de 2015
Los prejuicios cambian.
Hace treinta años, nuestra sociedad era permisiva con la violencia de género. Hasta existía un eufemismo para esa lacra: crimen pasional. Si, por aquellos años, hubiesen aparecido muertos por impactos de bala los cuatro miembros de una familia, si la familia tuviese un elevado tren de vida, si no se supiera a ciencia cierta a qué se dedicaban los padres, si el juez hubiese decretado el secreto del sumario, si nada hubiese transcendido de la investigación; probablemente hubiésemos sospechado de que se trataba de un ajuste de cuentas, casi con toda seguridad, por tráfico de heroína.
Hace una semana, pasò lo que he descrito y todos sospechamos que se trata de un asesinato machista.
Hace una semana, pasò lo que he descrito y todos sospechamos que se trata de un asesinato machista.
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