Yo no voy al trabajo a hacer amigos, ni a realizarme como persona, ni a aportar mi talento a la sociedad. Voy a ganar los dineros que necesito para gastarlo con los amigos, mantener a mi persona y que la sociedad me dé aquello que yo solo no puedo conseguir.
Sin embargo, ya que tenemos que dedicarle cuarenta horas semanales, todo será más agradable si en el trabajo encuentras amigos, las tareas resultan estimulantes y puedes presumir algo de lo que aportas a la sociedad.
Cuando trabajaba en Caixa Manresa hice algunos amigos. Con algunos, he mantenido el contacto. Con otros, prácticamente lo he perdido. Por ejemplo, cuando todavía trabajábamos allí o en Catalunya Caixa, hace más de ocho años, en cualquier caso; uno de estos amigos a los que había perdido de vista me compró unos vasos del Athletic Club. No había encontrado oportunidad para dármelos. Hasta la semana pasada. Lo encontré, los llevaba en el coche y, por fin, me los dio.
Yo no voy al trabajo a hacer amigos, pero me alegro mucho de haber hecho algunos.