domingo, 3 de enero de 2021

Enseñadles a jugar a las cartas.

El éxito de la serie Gambito de Dama ha popularizado el ajedrez. Las estadísticas de ventas dicen que se han comprado muchos más tableros de ajedrez. Y las estadísticas de ventas son las más fiables: compramos lo que creemos que nos gusta, pero decimos que nos gusta lo que creemos que nos debe gustar.

Aprovechando esta pequeña ola, han aparecido artículos comentando las bondades pedagógicas del ajedrez. Un juego que te obliga a pensar y planificar con cuatro o cinco jugadas de antelación. Yo aprovecho para volver a reivindicar los naipes en la escuela. La pandemia nos ha recordado que, en la vida real, un buen día, los alfiles pueden dejar de moverse en diagonal y los caballos dejan de saltar. También nos ha recordado que no todos empezamos con las mismas piezas, algunos juegan con cuatro damas y otros con ninguna. En los naipes, tienes que sacar el mejor partido posible a las cartas que tienes. En la brisca, conoces el pasado, pero no sabes qué te depara el porvenir. En el mus, tienes varias alternativas a las que apostar. Algunas son más provechosas que otras, pero quizás se resulta más fácil alcanzar un buen juego en pequeña que en grande. Algunos juegos tienen pequeñas variaciones en el reglamento de un a región a otra. Como escuela de vida, me parecen mucho más provechosos los naipes que el ajedrez.



viernes, 4 de diciembre de 2020

¿Qué esperabas del Black Friday?

 Si vas a un mercadillo ambulante poco antes del cierre, es fácil que encuentres fruta bastante bien de precio. Les sale más a cuenta  venderla más barata que cargarla hoy para volver a descargar mañana en otro sitio con la merma que se produce. 

Si vas a comprar ropa de invierno después del día de Reyes, es fácil que la compres más barata. Se ha acabado el periodo de compras por excelencia y los vendedores corren el riesgo de quedarse con el género si no lo ponen más barato.

Si compras un artículo tecnológico que hasta ayer era lo último pero hoy es sólo lo penúltimo, es probable que hoy lo encuentres bastante más barato que ayer.

Todos los chollos tienen una lógica detrás. Pero si un artículo se vendía ayer a 10 y mañana se venderá a 10, ¿qué motivo tiene hoy el vendedor para venderlo a 8?. Aunque le pongan al día un nombre en inglés.


domingo, 22 de noviembre de 2020

Me la suda la política educativa

Esta semana se ha aprobado la enésima reforma educativa. Se conocerá, de ahora en adelante como lo Ley Celaá. Llega acompañada de un montón de polémicas: el castellano como idioma vehicular, la asignatura de religión, los recortes a las concertadas, el papel de la educación especial...

De todos ellos, el único debate que me interesa un poco es el de la educación especial. En los otros tres, tengo la opinión claramente formada y están tan arraigados en las agendas de los partidos que todos los argumentos que oigo me suenan a consignas políticas.

En la educación especial, no lo tengo nada claro. Todos los niños necesitan sentirse integrados y recibir un trato individualizado. Pero en cada niño estas necesidades, en principio antagónicas, tienen intensidades diferentes. La ley Celaá parece escorarse hacia la integración. No me parece ni bien ni mal.

En todos los índices de rendimiento académico, aparecen como líderes Corea del Sur y Finlandia. Dos modelos educativos diametralmente opuestos que sólo coinciden en dos puntos: dedicar muchos recursos a la educación y un gran reconocimiento social de los profesores. En realidad, es el mismo punto. Vivimos en sociedades capitalistas y el reconocimiento social es el salario. En Corea del Sur y en Finlandia se gastan mucha pasta en el sistema educativo, empezando por los sueldos de los profesores.

Vuelvo a la educación especial. Si diriges tus esfuerzos legislativos a la inclusión de los niños con necesidades especiales y no pones más dinero para conseguir que estos niños no se descuelguen, será un fracaso. Si diriges tus esfuerzos legislativos a crear escuelas especiales donde los niños que lo necesitan reciban trato individual y no pones más dinero para que el trato individual sea efectivo, será un fracaso.

Resumiendo: me la suda cómo es tu política educativa. Me importa cuánto te vas a gastar en ella.



sábado, 10 de octubre de 2020

El hándicap de la ficción histórica.

Estoy viendo Los Medici. Una serie italiana sobre la todopoderosa familia renacentista. Está muy bien hecha. La fotografía y los efectos especiales para recrear la Florencia del cinquecento son espectaculares. A Stendhal le daría un pampurrio. Los guiones están bien y la trama engancha. El problema es el suspense. En los primeros episodios, la saga está a punto de irse al carajo. El jefe de la familia está en la cárcel. La peste está a punto de arruinar la banca familiar. Todo apunta a que aquí se acabará la historia. La banda sonora te incita a creer que el fin está cerca. Pero hemos leído algo de historia, hemos visto las estatuas de Florencia erigidas en honor a algunos Medici ilustres, y el suspense se viene abajo.



sábado, 5 de septiembre de 2020

Muros que nos dan la libertad.

 Soy de interior. Cuando salgo a pasear, puedo empezar a hacerlo en dirección a cualquiera de los cuatro puntos cardinales. Los que viven al lado del mar tienen la mitad de opciones que yo. Objetivamente hablando, el mar es una barrera. Sin embargo, mucha gente que ha vivido cerca del mar, e incluso gente que no lo ha hecho, lo añora cuando está lejos. Paradójicamente, el mar es una promesa de libertad (ahora he quedado un poco Perales). La vista es el sentido del que más nos fiamos, y por eso es el que más nos engaña. Cuando llegamos a la orilla del mar, lo que vemos es una enorme extensión sin un solo obstáculo. Nada se oculta a nuestros ojos. Nuestra vista se siente libre y nosotros con ella. Aunque el mar sea el obstáculo.



sábado, 29 de agosto de 2020

Buenos tiempos para los antivacunas.

El mundo de las "Terapias Alternativas" tiene su principal argumento en "a mí me funciona" o "a un amigo le funciona". 

Les presentas un estudio científico que ofrece dos datos:

1. De mil personas que tomaron espinacas afganas, 300 mejoraron su resfriado.

2. De mil personas que no tomaron espinacas afganas, 300 mejoraron su resfriado.

En vez de llegar a la conclusión de que las espinacas afganas son irrelevantes para el tratamiento del resfriado, si conocen a alguien que tomó espinacas afganas y mejoró de su resfriado, te dirán que ese tratamiento es bueno.

En la Covid19, la mayoría de infectados han tenido síntomas leves o nulos. Todos esos pacientes que se han curado solos pueden pensar que les ha funcionado la hidroxicloroquina, el dióxido de cloro o la tortilla de patatas sin cebolla. Aunque, de momento, no hay ningún estudio científico que lo demuestre.

Uno de los aspectos que tiene más desconcertados a los científicos es, precisamente, la variabilidad de los síntomas. ¿Por qué algunos infectados lo pasan tan mal y por qué otros ni se enteran? Supongo que esta variabilidad también afectará a las vacunas. Y será tan complicado encontrar el mecanismo que genere anticuerpos, como acertar la dosis que resulta eficaz y segura de manera general. Como el desarrollo de la vacuna se ha convertido en una carrera frenética y la intención es realizar vacunaciones masivas, es probable que algunos vacunados reaccionen mal. Los antivacunas publicitarán a los cuatro vientos estos casos y recordarán los casos de los que se curaron con espinacas afganas. Y mucha gente les creerá.

martes, 25 de agosto de 2020

Estaba muy despistado.

Ayer encontré un whatsapp que le envié al entrenador de mi hija el 7 de marzo. Le decía que habían suspendido la carrera que pensaba correr el 15 y que podía contar conmigo para hacer de delegado.

Me contestó que "perfecto".

¿Éramos las dos únicas personas que afrontábamos con tal ingenuidad el coronavirus?