lunes, 7 de diciembre de 2009
Contra los ateístas.
En la reciente polémica sobre la conveniencia de prohibir o no la presencia de crucifijos en las aulas, algunos de los partidarios de la prohibición parecían atribuir al símbolo unas capacidades casi mágicas para influir en la educación de los niños. Parecían profesar una religión más.
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