lunes, 31 de enero de 2011

El turismo es un gran invento.

Decía Baroja que el nacionalismo se cura viajando. Yo creo que lo que cura viajar es el cerrilismo, que, efectivamente, tiene muchos puntos de contacto con el nacionalismo. Viajar te ayuda a comprender que el mundo no es sólo lo que tú ves o lo que te hacen ver. Otra buena medicina contra el cerrilismo es el turismo, que tu país se llene de turistas. Al mayo de 68 fueron cuatro españoles, aunque parezca que fueron más por las veces que lo repiten. Pero a finales de los sesenta y principios de los setenta, España se nos llenó de turistas, y casi todos nuestros padres o hermanos mayores se dieron cuenta de que por ahí fuera se vivía mejor pudiendo escoger de cuando en cuando a los que nos gobiernan. Yo creo que no es casualidad que los dos países musulmanes en los que ha estallado antes la rebelión contra los dictadores, sean los dos países que más turistas reciben. Cierto es que antes se rebelaron los iraníes contra Pahlevi y los afganos contra el invasor soviético, pero no me atrevería a calificas esas rebeliones como prodemocráticas.
Va a resultar que Paco Martínez Soria tenía razón.

5 comentarios:

Ramón Martín Cabeza dijo...

Bueno, por no hablar del invento de las turistas, que también revolucionan a más de uno.
Fuera de bromas, me gustaría conocer también los niveles culturales medios de los países árabes. quizá eso también nos arrojaría alguna luz para explicar porqué unos se han revolucionado antes que otros.

Unknown dijo...

Mariano eres un monstruo... está muy bien tu reflexión.

Mariano Puerta Len dijo...

Manolo, tú sí que eres feo.

Anouska dijo...

Ellos somos nosotros. Ojalá consigan cambios sin que se cobren muchas muertes, aunque lo de Libia no augura nada bueno!

Mariano Puerta Len dijo...

Túnez, Egipto, Bahrein o Libia están hoy en día como Checoslovaquia en el 68 o como Checoslovaquia en el 89. Esperemos que la referencia sea la aventura del 89.