Hace unos meses, un pirómano amenazó con Quemar un Corán consiguiendo que los focos mediáticos se posaran en su oscura parroquia. Ya entonces, opiné al respecto criticando su cobarde provocación. Ahora ha cumplido su amenaza, los previsibles disturbios en países con una fuerte implantación del fundamentalismo islámico no se han hecho esperar. en Afganistán llevamos ya más de una decena de muertos y un atentado suicida contra la delegación de la ONU. ¿Por qué no criticamos de igual manera el fundamentalismo y la estupidez de los que se vengan en la ONU del fundamentalismo y la estupidez del pastor Jones? ¿Por qué lo observamos como algo inevitable y, quizás, hasta justificado?.
Si no soporto la intolerancia y el fanatismo de cristianos, tampoco soportaré la intolerancia, el fanatismo y la brutalidad de musulmanes.
domingo, 3 de abril de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
És ben bé que Marx (Karl, no Grouxo) tenia raó: la religió és el veritable opi del poble. Val a dir que per a molta gent, també ho és el futbol.
Salutacions.
Portem 100 anys de futbol i 3000 de religions.
Publicar un comentario