domingo, 31 de enero de 2010

Viva el progreso.

El 29 de octubre de 1929 se estableció la jornada laboral de 48 horas semanales. Con muchos esfuerzos, llegamos a la jornada de 40 horas. Noventa años después de la primera limitación, nos hemos dado cuenta de que habíamos pecado de optimistas y hablamos de compensar el menor periodo laborl semanal con una prolongación de la vida productiva. ¿Para qué ha servido el aumento de productividad que ha traído la tecnología en el último siglo?

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