En una sociedad bien organizada, los políticos intentarían convencernos de que su programa es el mejor y los fabricantes se esforzarían en saber lo que queremos o necesitamos para producirlo.
En nuestra sociedad actual, los políticos intentan decir lo que queremos oír y los fabricantes convencernos de que lo que ya han fabricado es lo que necesitamos.
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1 comentario:
Lo grave es que a ambos les funciona el sistema.
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