martes, 24 de septiembre de 2013

El derecho a decidir asimétrico.

Supongamos que un grupo de maestros decide hacer huelga contra la Ley de Normalización Lingüística que obliga a utilizar el catalán como única lengua vehicular.
Supongamos que unos políticos de Madrid deciden apoyar a los huelguistas y convocan concentraciones de apoyo a los maestros.
Imaginemos la reacción de los defensores  del "derecho a decidir" ante la injerencia en las competencias de un gobierno legítimamente elegido por los votantes.
Supongamos ahora que la ley sobre utilización de las lenguas en las aulas no ha sido promulgada por el gobierno catalán sino por el balear.
Supongamos que los que convocan concentraciones no lo hacen en Madrid sino en Barcelona, Manresa o Vic.
¿En este caso no se trata de una injerencia en las decisiones de un gobierno legítimamente elegido por los votantes?

viernes, 13 de septiembre de 2013

Los deportes acuáticos en Manresa.

En Manresa había un club deportivo con 80 años de vida: el Club Natación Manresa. En los últimos años, contaba con cuatro secciones: natación, waterpolo, sincronizada y triatlón. A pesar de la voluntad de la directiva  de aunar las escuelas de las dos primeras secciones, la relación entre ellas no era del todo buena. La escasez de recursos, poco dinero y pocos deportistas, provocaba ciertas tiranteces. La crisis económica y una gestión poco afortunada desde los despachos se llevaron por delante el club abocándolo a su desaparición. En su lugar apareció un nuevo club, el Club Natación Minorisa, con el objetivo, en principio de mantener vivas las cuatro disciplinas en Manresa. Las tiranteces se convirtieron en abierta hostilidad. La directiva del nuevo club hizo pública manifestación de que primaría la natación y de que mantendría las otras tres secciones. Los waterpolistas y sus padres se sintieron agraviados por el trato recibido e iniciaron el camino de la segregación. Desde la directiva se insistía en que la natación era la base de las dos secciones y le destinaba más recursos. Desde el waterpolo se presentaba la conveniencia de la separación y se ofrecían presupuestos económicos que justificaban la separación. Presupuestos que tenemos que calificar de muy optimistas. Al final, muchos waterpolistas, cansados de las falsas promesas del club, se han ido. Ahora nosotros tenemos que decidir. Si nos quedamos en el Minorisa, sabemos que seguiremos siendo tratados como una sección de segunda. Si nos vamos con los segregacionistas, sabemos que la realidad. puede ser un duro examen a los planteamientos un punto utópicos.
Llegado a este punto, y tras reflexionar mucho tiempo para intentar escoger la mejor solución, me doy cuenta de que la situación en el deporte acuático manresano se parece mucho a la del país en el que vivo. Unos dirigentes con una visión monolítica del estado que, como los directivos del Club Natación Minorisa, son incapaces de oír a los que se apartan de su concepción de la nación. Unos líderes secesionistas que, como los instigadores de la segregación del waterpolo, fían a ésta la solución a todos sus males. En esta encrucijada, algunas familias ya se han separado, como el líder del PSC Pere Navarro y su padre. De momento, he optado por la segregación en el waterpolo y por la unión del estado. Pero me parece completamente normal que haya gente (mucha gente) que me lleve la contraria en uno y otro caso.