viernes, 17 de febrero de 2017

Ya venías escandalizado de casa.

Anda el patio alborotado con la sentencia que ha condenado a Iñaki Undargarín a 6 años de cárcel y a su esposa a pagar 228.000€. También han condenado a Diego Torres y a su mujer, pero éstos le importan un pito a la opinión pública.
Casi todos los que se manifiestan se quejan de la benevolencia del juez. La verdad es que nuestros vecinos franceses pusieron el listón muy alto hace poco más de dos siglos, y ahora es muy difícil contentar a la gente.
¿Son muchos, seis años de cárcel por robar? No tengo ni idea. Un conductor borracho mató a un pasajero y solo lo condenaron a dos años. A mí me parece más grave matar. Pero si lees que un joven fue condenado también a seis años por pagar 80€ con una tarjeta falsa, piensas que al exbalonmanista le ha salido muy barato el pufo.
Y lo de la infanta es más complicado todavía. ¿Está bien que tu marido se lo lleve crudo y tu mires para otro lado? Pues, no, no está nada bien. ¿Es delito? Eso ya no lo sé. Por el nombre de la figura delictiva, "colaborador necesario", deduzco que puedes ser condenado si el delincuente no podía cometer el delito sin tu ayuda. Pero tiene toda la pinta de que el infante consorte podría haber estafado perfectamente con o sin la firma de su señora esposa.
Si yo hubiese cometido delitos semejantes (por inferior cuantía, naturalmente, que uno da para lo que da), probablemente me hubiese llevado una condena mayor. También es cierto que no hubiese podido gastar tanto en abogados. O sea, que a lo mejor la culpa no sería tanto del juez, como de la habilidad de los leguleyos.
A mí, la sentencia me parece benévola, pero no escandalosa. ¿Y a ti? ¿Qué condena te hubiese parecido justa?

martes, 7 de febrero de 2017

La solución.

Tengo la solución para frenar el independentismo catalán: traer a Barcelona las instituciones que abandonen Londres por el Brexit.
Ya sé que no cambiarían de opinión todos los independentistas. Por ejemplo, los de la CUP se enfadarían aún más por traerles a casa muestras del capitalismo más salvaje.
Los patriotas de verdad tampoco cambiarían de opinión: la patria está por encima del bienestar personal.
Algunos ingenuos de los que se han creído que Cataluña continuará en la Unión Europea de manera automática aunque se independice de España, tampoco renunciarían a la independencia.
Pero, bueno, si desciende el número de independentistas un 15 o 20%, ya está el tema aparcado durante tres o cuatro legislaturas. Y esto estaría chupado si a cambio conseguimos una ciudad bussines friendly.
Ya solo me falta convencer a Guindos de que, en caso de traer instituciones a España, las instale en Barcelona y no en Madrid. No debe de ser tan difícil.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Con más descaro todavía,

Andaba el personal mosqueado, y con razón, por la facilidad con la que ex ministros y ex presidentes se incorporaban a grandes cargos de grandes empresas eléctricas con grandes al cuadrado salarios.
No parecía muy decente que personas que debían gobernar el mercado eléctrico acabaran incorporándose a uno de sus actores: el más fuerte. Pero, bueno, siempre quedaba el argumento de que es normal que las empresas eléctricas contraten a gente que conoce el mercado eléctrico.
Red Eléctrica Española ha decidido que eso de dar explicaciones a las puertas giratorias es de pelanas. Han fichado a Fernández de Mesa, cuya experiencia en el sector eléctrico se reduce a dirigir, mal, la Guardia Civil.