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martes, 5 de abril de 2011

Una paradoja matemática.

Olvídense de la conjetura de Poincaré. Ríanse del teorema de Fermat. Acabo de descubrir una paradoja que resistirá a los matemáticos de los siglos venideros. Supongamos un número racional positivo al que se le suma una secuencia de números racionales positivos. ¿Se puede obtener un número negativo?  ¿No? ¿Seguro? Algunas entidades financieras,  Cajas de Ahorro para ser más exactos, han demostrado que nuestra suposición era errónea. Después de una sucesión ininterrumpida de años con beneficios han llegado a la ruina. Aún ahora, en los momentos de mayor crisis económica, todas las Cajas de Ahorros siguen declarando beneficios y, sin embargo muchas de ellas necesitan ayuda del Estado (otra gran paradoja, ésta histórica: el capitalismo reclamando la nacionalización de la banca).
Desde que Jordi Puig me enseñó en COU una compleja demostración para algo que parecía obvio, el teorema de Bolzano, me convencí de dos cosas, a) debo fiarme de mis intuiciones como punto de partida y b) debo dar a mis intuiciones un soporte formal para confirmar mis intuiciones.
Cuando algunas Cajas presentan una suma de números positivos que dan un resultado negativo, o el resultado negativo es falso o los sumandos positivos son falsos. Que algunas Cajas están en la ruina, me lo creo, el aprecio al sillón y al salario de alto directivo no les permitiría mentir en ese sentido.
Por lo tanto, algunos de los sumando son negativos. Algunas Cajas están mintiendo cuando dicen que tienen beneficios. Tienen un montón de inmuebles valorados a un precio que nadie está dispuesto a pagar. En una economía de mercado, el valor de un producto es el que están dispuestos a pagar los compradores, no el que quieren declarar en su balance los vendedores.
Llego ahora a la última paradoja, para la cual no tengo respuesta (aunque me la imagino). En una empresa normal, se intenta declarar los menores beneficios posibles para ahorrarse impuestos. ¿Por qué en las Cajas de Ahorros no?

sábado, 6 de febrero de 2010

Una versión conspirativa del FROB.

Para lo que voy a escribir ahora, no tengo ninguna prueba. Se trata tan sólo de una especulación un poco retorcida, o muy retorcida, tú dirás.
Los fondos del FROB suponen un préstamo a un interés bastante alto, por encima del precio del mercado, que se debe devolver en siete años. Si no se devuelve, el Estado pasará a ser propietario, en parte, de la Caja que ha recibido el préstamo y no ha sido capaz de devolverlo. Si el Estado se queda una Caja, la privatizará lo antes posible vendiéndosela a algún Banco. En la negociación de la venta se hablará, como no puede ser de otra manera, del papel que ocuparán en el Banco los directivos de la Caja absorbida. El resultado final será: a) un competidor menos para los Bancos, b) la captación de una importante clientela por el Banco comprador, c) la recolocación beneficiosa de unos directivos, d) la tranquilidad de unos clientes que han visto cómo sus ahorros quedaban garantizados por el Estado...
¿A alguien le interesa que se devuelvan las ayudas del FROB?