jueves, 9 de septiembre de 2021

En defensa de los prejuicios.

Hace ya 25 años que Deep Blue ganó su primera partida contra Kasparov. Para los jovencitos, Deep Blue era un ordenador programado para jugar al ajedrez. Aunque ganó aquella, el encuentro era a seis partidas. Las cinco restantes se saldaron con tres victorias de Kasparov y dos tablas. Deep Blue tenía una capacidad de cálculo descomunal para la época y era capaz de probar millones de jugadas para escoger la que consideraba mejor. Kasparov no tenía esa capacidad, pero sabía descartar muchas jugadas sin analizarlas porque sabía que eran malas. El hombre ganó a la máquina porque tenía prejuicios. Los prejuicios nos permiten tomar decisiones más rápidas y, si tenemos buenos prejuicios, sin provocarnos demasiados errores.