viernes, 4 de diciembre de 2020

¿Qué esperabas del Black Friday?

 Si vas a un mercadillo ambulante poco antes del cierre, es fácil que encuentres fruta bastante bien de precio. Les sale más a cuenta  venderla más barata que cargarla hoy para volver a descargar mañana en otro sitio con la merma que se produce. 

Si vas a comprar ropa de invierno después del día de Reyes, es fácil que la compres más barata. Se ha acabado el periodo de compras por excelencia y los vendedores corren el riesgo de quedarse con el género si no lo ponen más barato.

Si compras un artículo tecnológico que hasta ayer era lo último pero hoy es sólo lo penúltimo, es probable que hoy lo encuentres bastante más barato que ayer.

Todos los chollos tienen una lógica detrás. Pero si un artículo se vendía ayer a 10 y mañana se venderá a 10, ¿qué motivo tiene hoy el vendedor para venderlo a 8?. Aunque le pongan al día un nombre en inglés.


domingo, 22 de noviembre de 2020

Me la suda la política educativa

Esta semana se ha aprobado la enésima reforma educativa. Se conocerá, de ahora en adelante como lo Ley Celaá. Llega acompañada de un montón de polémicas: el castellano como idioma vehicular, la asignatura de religión, los recortes a las concertadas, el papel de la educación especial...

De todos ellos, el único debate que me interesa un poco es el de la educación especial. En los otros tres, tengo la opinión claramente formada y están tan arraigados en las agendas de los partidos que todos los argumentos que oigo me suenan a consignas políticas.

En la educación especial, no lo tengo nada claro. Todos los niños necesitan sentirse integrados y recibir un trato individualizado. Pero en cada niño estas necesidades, en principio antagónicas, tienen intensidades diferentes. La ley Celaá parece escorarse hacia la integración. No me parece ni bien ni mal.

En todos los índices de rendimiento académico, aparecen como líderes Corea del Sur y Finlandia. Dos modelos educativos diametralmente opuestos que sólo coinciden en dos puntos: dedicar muchos recursos a la educación y un gran reconocimiento social de los profesores. En realidad, es el mismo punto. Vivimos en sociedades capitalistas y el reconocimiento social es el salario. En Corea del Sur y en Finlandia se gastan mucha pasta en el sistema educativo, empezando por los sueldos de los profesores.

Vuelvo a la educación especial. Si diriges tus esfuerzos legislativos a la inclusión de los niños con necesidades especiales y no pones más dinero para conseguir que estos niños no se descuelguen, será un fracaso. Si diriges tus esfuerzos legislativos a crear escuelas especiales donde los niños que lo necesitan reciban trato individual y no pones más dinero para que el trato individual sea efectivo, será un fracaso.

Resumiendo: me la suda cómo es tu política educativa. Me importa cuánto te vas a gastar en ella.



sábado, 10 de octubre de 2020

El hándicap de la ficción histórica.

Estoy viendo Los Medici. Una serie italiana sobre la todopoderosa familia renacentista. Está muy bien hecha. La fotografía y los efectos especiales para recrear la Florencia del cinquecento son espectaculares. A Stendhal le daría un pampurrio. Los guiones están bien y la trama engancha. El problema es el suspense. En los primeros episodios, la saga está a punto de irse al carajo. El jefe de la familia está en la cárcel. La peste está a punto de arruinar la banca familiar. Todo apunta a que aquí se acabará la historia. La banda sonora te incita a creer que el fin está cerca. Pero hemos leído algo de historia, hemos visto las estatuas de Florencia erigidas en honor a algunos Medici ilustres, y el suspense se viene abajo.



sábado, 5 de septiembre de 2020

Muros que nos dan la libertad.

 Soy de interior. Cuando salgo a pasear, puedo empezar a hacerlo en dirección a cualquiera de los cuatro puntos cardinales. Los que viven al lado del mar tienen la mitad de opciones que yo. Objetivamente hablando, el mar es una barrera. Sin embargo, mucha gente que ha vivido cerca del mar, e incluso gente que no lo ha hecho, lo añora cuando está lejos. Paradójicamente, el mar es una promesa de libertad (ahora he quedado un poco Perales). La vista es el sentido del que más nos fiamos, y por eso es el que más nos engaña. Cuando llegamos a la orilla del mar, lo que vemos es una enorme extensión sin un solo obstáculo. Nada se oculta a nuestros ojos. Nuestra vista se siente libre y nosotros con ella. Aunque el mar sea el obstáculo.



sábado, 29 de agosto de 2020

Buenos tiempos para los antivacunas.

El mundo de las "Terapias Alternativas" tiene su principal argumento en "a mí me funciona" o "a un amigo le funciona". 

Les presentas un estudio científico que ofrece dos datos:

1. De mil personas que tomaron espinacas afganas, 300 mejoraron su resfriado.

2. De mil personas que no tomaron espinacas afganas, 300 mejoraron su resfriado.

En vez de llegar a la conclusión de que las espinacas afganas son irrelevantes para el tratamiento del resfriado, si conocen a alguien que tomó espinacas afganas y mejoró de su resfriado, te dirán que ese tratamiento es bueno.

En la Covid19, la mayoría de infectados han tenido síntomas leves o nulos. Todos esos pacientes que se han curado solos pueden pensar que les ha funcionado la hidroxicloroquina, el dióxido de cloro o la tortilla de patatas sin cebolla. Aunque, de momento, no hay ningún estudio científico que lo demuestre.

Uno de los aspectos que tiene más desconcertados a los científicos es, precisamente, la variabilidad de los síntomas. ¿Por qué algunos infectados lo pasan tan mal y por qué otros ni se enteran? Supongo que esta variabilidad también afectará a las vacunas. Y será tan complicado encontrar el mecanismo que genere anticuerpos, como acertar la dosis que resulta eficaz y segura de manera general. Como el desarrollo de la vacuna se ha convertido en una carrera frenética y la intención es realizar vacunaciones masivas, es probable que algunos vacunados reaccionen mal. Los antivacunas publicitarán a los cuatro vientos estos casos y recordarán los casos de los que se curaron con espinacas afganas. Y mucha gente les creerá.

martes, 25 de agosto de 2020

Estaba muy despistado.

Ayer encontré un whatsapp que le envié al entrenador de mi hija el 7 de marzo. Le decía que habían suspendido la carrera que pensaba correr el 15 y que podía contar conmigo para hacer de delegado.

Me contestó que "perfecto".

¿Éramos las dos únicas personas que afrontábamos con tal ingenuidad el coronavirus?

domingo, 16 de agosto de 2020

No hacía falta.

Recientemente, se ha desatado la polémica con la prohibición de fumar en espacios abiertos si no se puede mantener la distancia de seguridad. Se quejan los fumadores de que es una nueva cortapisa a su libertad.

Me parece absurda, pero no por restrictiva, sino por innecesaria.

Antes de esta prohibición, ya era obligatorio el uso de mascarillas en el espacio público, fuese cual fuese la distancia respecto a otros usuarios de la vía. Y yo no he visto a nadie fumando con mascarilla.

Con la mascarilla obligatoria, ya no podías fumar.  No te han prohibido nada.

O, a lo mejor, me equivoco. Y la nueva normativa es necesaria para que entiendas la normativa anterior.

jueves, 13 de agosto de 2020

Un camino hacia la Tercera República.

 La monarquía ha perdido buena parte de su prestigio. El CIS no se atreve a incorporar una pregunta sobre república o monarquía, por si acaso. Muchos reclaman ya un referéndum. Pero no es tan fácil. Cambiar el modelo de Jefe del Estado requiere cambiar la parte dura de la Constitución. Si creemos que la opinión de los líderes políticos representa la opinión de sus votantes, no hay mayoría cualificada para modificar la Constitución en ese sentido.

Sin embargo, hay una vía alternativa. Nadie puede ser obligado a ser rey, ni siquiera por la Constitución. El bisabuelo del rey actual ya recorrió ese camino. "Aquí os quedáis, que pintan bastos". Como no están las cosas para revoluciones, vivimos demasiado bien, habría que convencer al rey de que se fuera por las buenas. Para los Robespierres de salón, sería una gran decepción: ni juicio a los borbones, ni devolución de lo trincado. Pero, en fin, sería un advenimiento de la república tranquilo.

Me parece más fácil que convertir al republicanismo a un montón de monárquicos.

martes, 4 de agosto de 2020

No entiendo el negocio.

En todos los chanchullos que conozco, el que vende es el que paga la comisión al intermediario. Lo lógico es que pague el que obtiene un beneficio ilícito.
En los tejemanejes del exrey nos han explicado que recibió comisiones de los jeques árabes por la construcción del AVE a La Meca. Se me ocurren tres explicaciomes:
1. El coste real de la construcción era mucho más alto y los jeques pagaron al exrey por engañar a las empresas españolas.
2. Las empresas españolas consiguieron el contrato fraudulentamente y fueron ellas las que pagaron al exrey.
3. No entiendo el negocio.

jueves, 30 de julio de 2020

¿Y tú de quién eres?

Hace ya diez años que la RAE se cepilló la tilde del adverbio "solo". Una medida que saltó de los medios académicos a las redes sociales.  A la que muchos nos declaramos insumisos. Y proclamaba que, gracias a esa simplificación, en la frase "yo tengo sexo solo en casa" nadie podría saber si yo era fiel u onanista.
Al final claudiqué, quizás porque mi estado había cambiado y en mi ingeniosa frase la tilde había dejado de ser diacrítica.
Ayer publicaba El País que algunos académicos siguen poniendo tilde cuando "sólo equivale a solamente".  No los dejaré solos. He decidido volver a las trincheras y sólo escribiré "solo" cuando sea adjetivo.
Y, tú, ¿pones tilde en el adverbio sólo?

miércoles, 22 de julio de 2020

Lecciones de fútbol: los árbitros.

Hace muchos años, cuando se tenía que celebrar el referéndum de la Constitución, a los profes de EGB les cayó el marrón de explicarnos qué era aquello. Nos explicaron, por ejemplo, que el Rey reinaba pero no gobernaba, que como un árbitro.
El mejor arbitraje es aquél que hace que, cuando acaba el partido, nadie hable del árbitro.
Y ahora se habla mucho del Rey.
Aunque la comparación, como todas, era incompleta. Sin árbitro, no se puede disputar un partido de fútbol. Sin Rey, se puede tener un estado.

sábado, 18 de julio de 2020

¿Pueden beber vino los veganos?

Uva, levadura, un depósito de acero inoxidable o de roble... La respuesta parece ser "Sí". Pero, no, la respuesta correcta es "Depende". Uno de los pasos en la elaboración del vino es la clarificación. Este proceso sirve para eliminar las partículas en suspensión del vino y que éste no sea turbio. Simplificando mucho, consiste en echar una sustancia al vino que arrastra las partículas en suspensión sin mezclarse con el vino. Dos de las sustancias más usadas son la clara de huevo y la cola de pescado. Si tomamos una copa de un vino para el que se ha usado alguno de estos métodos, habremos consumido un.producto no apto para veganos. 
No pretendo dar lecciones de vinificación a los bodegueros ni instrucciones a los veganos. Solo pongo este ejemplo para mostrar lo difícil que es ejercer el CONSUMO RESPONSABLE. 
¿Cómo saber que un fondo de inversión no invierte en otro fondo de inversión que invierte en una empresa de televisores que pertenece a un holding que también tiene fábricas de armas?
¿Cómo saber que los botones de esa camisa de algodón ecológico no han sido fabricados con mano de obre infantil?
¿Cómo saber si esas botellas de cerveza empaquetadas sin plástico iban envueltas en plástico hasta cinco minutos antes de aparecer en la estantería de tu supermercado?
Pero, que las cosas sean difíciles, no quiere decir que no debamos intentarlas. Consume intentando que los efectos secundarios de tu consumo sean positivos. Pero no te obsesiones.

viernes, 17 de julio de 2020

sábado, 11 de julio de 2020

Los trabajos que nadie quiere.

El paro se ha disparado en España a raíz de la pandemia. Aún así, los empresarios agrícolas han tenido muchos problemas para contratar trabajadores para las campañas de recolección. Los parches implementados han consistido en facilitar de manera excepcional los permisos de trabajo a inmigrantes. Pensábamos que venían a hacer trabajos duros que los autóctonos no querían hacer por los sueldos que se ofrecían. Ahora sabemos que vienen a hacer trabajos que los autóctonos no quieren hacer de ninguna manera: labores agrícolas, cuidado de personas o como los de la foto. 
Bendición de coches para celebrar San Cristóbal en Manresa.

* La foto es de Jordi Preñanosa y ha sido publicada en manresadiari.cat. 

jueves, 9 de julio de 2020

¿Seguro que es un inconveniente?

Con la derrota del Espanyol, se confirma el descenso del quinto equipo que más temporadas seguidas llevaba en primera división, 26. Ya solo quedan cuatro equipos que hayan jugado todo este siglo en la máxima categoría. El Atlético de Madrid subió en 2002 y el Sevilla en 2001.El Valencia lleva 34 temporadas en primera y el Real Madrid, el Futbol Club Barcelona y el Athletic Club han disputado las 89 ediciones de la división de honor.
Muchas veces he oído decir que el Athletic tiene un handicap por su política de fichajes, que tiene mucho mérito. En los últimos 34 años, todos los clubes de su nivel económico han pasado por el trauma del descenso. ¿Seguro que no fichar jugadores "de fuera" es un inconveniente?

domingo, 5 de julio de 2020

Todo caduca tan rápido.

Estoy viendo The Office, una serie que se estrenó en 2006.
Sorprende ver en la oficina los ordenadores con las pantallas culonas, los móviles con teclado, el prestigio que daba tener una Blackberry, las dudas sobre la conveniencia o no de tener una web para vender por internet... Todo son cosas obsoletas que recuerdo perfectamente. La serie es vieja pero no tanto.
Pero en algún episodio de la segunda temporada un personaje tiene cuenta en Second Life. ¡Madre mía!, Second Life. La había olvidado completamente. Hasta los partidos políticos que se las querían dar de modernos tenían avatar en Second Life. Y ahora está en la misma categoría que la Atlántida. Algunos dicen que existió, pero otros creen que solo es una leyenda.

miércoles, 24 de junio de 2020

Decisiones tomadas con un mapa y un compás.

Hace muchos años, trabajaba de informático en Caixa Manresa. La crisis que diluyó Caixa Manresa en Catalunya Caixa y Catalunya Caixa en BBVA, me llevó a trabajar en la ventanilla de la oficina de BBVA en El Pont de Vilomara. Cuando decidí volver a trabajar de informático, quedé asignado, como cliente, a esa oficina. Como no hago prácticamente nada en oficina, me pareció irrelevante y allí me quedé.
Hoy he recibido un correo en el que se me informa de que la oficina de El Pont de Vilomara se cierra y se me asigna a otra oficina. La oficina de destino tiene que pertenecer a la misma área que la de origen. Por este motivo, la nueva oficina no puede estar ni en Manresa, la capital de comarca que está a cinco kilómetros, ni en Sant Vicenç de Castellet, que está a una distancia similar. En el correo recibido, se indica que mi nueva oficina está en Navarcles.

Quizás en línea recta sea la oficina más cercana, pero es que la línea recta queda muy lejos de cualquier carretera. El recorrido más corto es de casi 13 km. Y, para mayor recochineo, en el kilómetro 9 se pasa por delante de la oficina de Sant Fruitós de Bages.


miércoles, 17 de junio de 2020

La importancia de un titular.

Un titular debe a) atraer la atención hacia la noticia b) sin desvirtuar el contenido de la misma y c) resumiendo tanto como sea posible la información que se pretende dar.
a) Correcto.
b) Correcto.
c) Ahí hemos fallado. Lo que sería sorprendente sería ejercer pederastia sobre ancianos-




miércoles, 10 de junio de 2020

¡Por fin hemos podido hacerlo!

Después de pasar tantos días encerrados en casa.
Después de que abrieran un poco la mano y solo pudiésemos salir a correr o en bicicleta.
Por fin han abierto los gimnasios.
Las cintas de correr y las bicicletas estáticas tenían lista de espera.

lunes, 8 de junio de 2020

Para lo de la sanidad, no me sirve una solución capitalista.

El capitalismo se basa en que los consumidores escogemos lo que nos atrae más por calidad, estética, precio o porque hacen el mejor anuncio. Esos obliga a los fabricantes a hacer productos mejores, más bonitos, más baratos o a pagar anuncios más creativos. El capitalismo es cojonudo para hacer coches y que cada consumidor escoja el coche más chulo, el más fiable, el más barato, el de la marca que ha ganado el mundial de rallys, o no tener coche.
La salud, al contrario, no es un bien elegible. Todos queremos tener la mejor posible. Lo llevamos en los genes, nos ha permitido sobrevivir como especie. Si pudiésemos pagarla  y tuviésemos que pagarla, nadie dudaría en hacerlo. Nadie escoge el medicamento con la caja más bonita ni la operación de la que ha visto el anuncio más creativo. Someter la salud a la lógica capitalista no tiene ningún sentido. O sí lo tiene, pero es inmoral.

domingo, 7 de junio de 2020

Para lo de Nissan, no me sirve una solución socialista.

Hace unos días se hizo oficial que Nissan cerraba sus plantas en Cataluña. Enseguida aparecieron voces oportunistas criticando al gobierno español, al catalán y hasta al ayuntamiento de Barcelona. Nadie criticaba a los tres, pero muchos criticaban a dos de los tres.
Vamos a ver, los gobiernos poco pueden hacer para evitar una situación como ésta. Una empresa privada extranjera, con un porcentaje importante de capital público extranjero hará con su fábrica lo que le dé la gana. Y los gobiernos de aquí solo pueden subvencionar (más) las fábricas para que sus propietarios no las cierren.
Algún líder político propuso la nacionalización de las plantas. De poco serviría. Los coches hay que diseñarlos, hay que fabricarlos y hay que venderlos. No dudo que tengamos buenos ingenieros y buenos operarios, pero vender coches sin el amparo de una marca potente es casi imposible.
El coche es el producto capitalista por excelencia. Solo se puede montar una industria competitiva mediante herramientas capitalistas.

sábado, 25 de abril de 2020

Es imposible reglamentar el desconfinamiento.

Cada invierno pasa. Se avecina mal tiempo, las autoridades recomiendan circular sol si es imprescindible y seguimos yendo a todas partes. A veces, las borrascas que acaban llegando no son tan fuertes y no pasa nada. Otras, las borrascas cumplen las expectativas y pillan a bastantes conductores sin cadenas que acaban colapsando las carreteras. Ante fenómenos de evolución Incierta, sabemos dar consejos, pero no normas. Sólo sabemos cerrar un puerto de montaña cuando ya tiene mucha nieve. Antes de nevar, sólo sabemos aconsejar no pasar por él.
Ahora ha llegado el momento de reglamentar el desconfinamiento. El objetivo está claro: ir saliendo poco a poco de casa, empezando por los que más lo necesitan, y garantizando que se mantiene el distanciamiento social.  Todos tenemos claro que no es suficiente con los consejos. Las calles, como las carreteras en los temporales de invierno, se llenarían de gente. Hay que poner normas.
En el momento en el que escribo, el gobierno autoriza la salida de niños hasta 14 años, acompañados de adultos, a una distancia máxima de un kilómetro de su casa, una hora al día, entre las 9 de la mañana y las 9 de la noche y sin que se acerquen a otras personas. ¿Quién te asegura que no decide salir todo el mundo al mismo tiempo y se producen aglomeraciones en las calles?
La Generalitat tiene una propuesta más estricta: las salidas se podrán realizar por franjas horarias dependiendo de la edad del niño. ¿Qué pasa si trabajo a la hora que puedo pasear con el niño? ¿Qué pasa si tengo más de un hijo a los que corresponde salir en franjas diferentes?
Y, en cualquier caso, ¿cómo garantizas que la gente cumpla las normas? Porque si no tienes capacidad coercitiva para imponer las normas, éstas dejan de ser normas y se convierten en consejos.
Y solo hemos hablado de dejar salir a los niños. A cada paso tendremos las mismas dudas y controversias.
No nos va a quedar más remedio que confiar en la sociedad y esperar que seamos responsables y hagamos caso de los consejos. Esta vez hemos visto las orejas al lobo muy de cerca, eso ayudará. Pero seguimos siendo igual de egoístas.

martes, 7 de abril de 2020

Las malas noticias de los martes.

Soy un poco obsesivo con los números. Como no soy muy inteligente para  comprender situaciones complejas, intento reducirlas a números sencillos. Me pierdo muchos detalles, pero veo mejor el conjunto.
Desde que la Covid19 llegó a España, me voy apuntando el número de fallecidos. Me parece el dato determinante y más objetivo.
Ayer , después de cuatro días de descenso, ha habido más muertes que anteayer.
El lunes pasado, después de cuatro días en los que la cifra de muertos crecía cada día más despacio, creció un poco más deprisa.
Leo que los expertos lo llaman el efecto fin de semana. Que no es que los fines de semana seamos más felices y tengamos menos ganas de morirnos, ni que el lunes durmamos menos y eso nos perjudique. Por lo visto, los fines de semana hay menos gente administrativa trabajando y bastantes muertos se acaban contando el lunes. Y eso no sólo pasa en los vivalavirgen países latinos. En la calvinista Holanda también pasa.
Seguí revisando los datos hacia el país y se repite la secuencia. Entre en 18 y el 23 de marzo, el número de fallecidos crece cada vez menos. El crecimiento pasa del 58% al 13%. Y el 24 se dispara hasta el 46%. Pero el 24 era martes. ¿Por qué se aplazó un día el efecto fin de semana?

domingo, 5 de abril de 2020

Vayamos con cuidado.

ADVERTENCIA: Mis conocimientos de epidemiología, economía y sociología son los mismos que de fútbol y nunca nadie me ha confiado la dirección de un equipo.

Para vencer o domesticar un virus, tenemos tres caminos: la inmunización, el ataque farmacológico al virus o la paliación de los síntomas.
A la inmunización se llega por dos caminos: por la vacuna o a lo burro, con la infección masiva. Para la vacuna aún nos faltan meses que se pueden hacer muy largos. Para la infección masiva no tenemos ni idea de cuánto falta. Sabemos que hay muchos infectados sin síntomas, pero no sabemos evaluar ese "mucho". Un estudio serio hablaba de una horquilla entre 1'9 y 19 millones de infectados en España.
El ataque farmacológico al virus, matar el bicho, es poco eficiente. En la gripe común, que lleva tiempo con nosotros, hemos desistido de usar esa vía.
Ahora mismo, sólo podemos paliar los síntomas. Como tenemos muchos contagiados y desconocemos cómo actúa el virus en nuestro cuerpo, el sistema sanitario está casi desbordado.
Ahora mismo, parece que la epidemia empieza a dejar de crecer. Llevamos 3 días en los que la cifra de muertos es inferior a la del día anterior. Las cifras son falsas, pero, si se han cometido los mismos errores todos los días, la tendencia es cierta. Y hay que tener en cuenta que los fallecidos de un día se contagiaron una semana antes.
Entre este estancamiento de pacientes y que empezamos a saber alguna cosa sobre cómo tratar los síntomas, el sistema sanitario puede alejarse del colapso.
Tenemos que empezar a pensar en cómo abrir el grifo. No va a ser fácil. Todos queremos salir, muchos necesitan salir y bastantes tienen necesidad imperiosa de salir. La presión va a ser importante. Pero parece que el virus sigue ahí y de manera muy extensa. Según datos de Trànsit de Catalunya, las primeras medidas de confinamiento supusieron una disminución del 65% del tráfico. Las segundas, un 10% adicional. Si con estas medidas solo hemos conseguido parar el crecimiento de la epidemia,  cualquier precipitación en la relajación de las medidas la volverá a disparar. Domesticar al virus (hacer que no se contagie demasiada gente y tratar adecuadamente a los que se contagian) es lo más importante, pero no lo único. Cualquier decisión que se tome tardará por lo menos una semana en tener efectos sobre la epidemia, pero tendrá efectos inmediatos sobre la opinión pública y la economía de mucha gente y efectos a largo plazo sobre la economía de grandes empresas (que, a su vez, afectará a muchas personas). Habrá que equilibrar la presión social y la sanitaria.
Mientras, nos iremos infectando todos y nos habremos inmunizado.

martes, 24 de marzo de 2020

El relato que no escribiré.

Hace unos meses, volviendo del trabajo, vi un zapato de tacón en el arcén. El zapato pasó allí algunos días. A la segunda o tercera tarde me dije que de ahí podía sacar un relato. Le fui dando vueltas. Tenía título : Zapatos. Un grupo de amigos vuelve en coche de la playa y ve un zapato en la cuneta. Alguien gasta una broma. A partir de aquí empiezan a ver zapatos, cada vez más frecuentes. La idea era ir creando un crescendo cambiando las risas iniciales por tensión. En este tramo me fallaron los recursos, no supe darle continuidad. El final lo tenía encarrilado. Los jóvenes alcanzaban un camión que iba cargado, tenía que decidirlo, de cadáveres o maniquíes a los que se les iban cayendo los zapatos.
Cuando nos quedamos encerrados pensé que era una buena ocasión para rematar el relato. A los cinco minutos, me dio la impresión de que aquel relato parecía una metáfora oportunista de la reacción que hemos tenido con el  covid19, desde las risas cuando pensábamos que eso les pasaba a los chinos que comían pangolines hasta el espanto de ver camiones del ejército trasladando ataúdes para incinerar o pistas de patinaje sobre hielo convertidas en morgue.
Nunca acabaré ese relato.

sábado, 25 de enero de 2020

Acongojante.

Hace ya cuarenta años que escuché a Isidre, un profesor de EGB, usar la palabra "acongojante". Estábamos de excursión por Ordesa y, ante un precipicio, dijo "es acongojante, se te ponen los congojos de corbata". Los que lo escuchamos, nos reímos. Era un ingenioso juego de palabras.
Con el tiempo, parecía que la broma había tomado vida propia. Empezaba a sospechar que mucha gente usaba la palabra, no como eufemismo, para evitar la malsonante "acojonante", sino pensando que estaba usando la palabra en su sentido genuino.
Mi sospecha se ha confirmado leyendo 1Q84. "Producían esa acongojante sensación de amenaza". Escandalizado por el mal uso del sinónimo de pena, he empezado a escribir esta entrada. Y cuando he ido a buscar la definición de la RAE me he encontrado "1. f. Desmayofatigaangustia y aflicción del ánimo.". Hala, 40 años de sonrisitas de superioridad cuando oía el palabro por el desagüe. Porque resulta que acongojante no solo significa que provoca pena, también puede provocar angustia. 

viernes, 17 de enero de 2020

Esos premios que no nos gusta recibir.

Hace unos años, unos cuantos compañeros decidimos montar un equipo de fútbol 7 y apuntarnos a un torneo que organizaba el Gimnàstic de Manresa. Quedamos últimos y recibimos el trofeo al Fair Play. Dos veces. Ese premio está bien cuando eres niño y te tienen que inculcar un montón de valores que irás perdiendo durante la edad adulta. Pero cuando eres mayor, y nosotros ya éramos muy mayores para jugar a fútbol, ese premio da cosica, nadie quería recogerlo. Entendimos el mensaje. Después de recoger el segundo premio, no volvimos a apuntarnos al torneo y los trofeos se perdieron en alguna de las mudanzas que las fusiones de Cajas de Ahorros nos propiciaron.
Me parecía que no podía recibir un trofeo del que sentirme menos orgulloso.
Hasta que recibí otro hace un mes.



Joder, y encima el segundo premio.