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sábado, 23 de julio de 2022

No es antipolítica, es antipolitiqueo.

Me gusta el pan, me encanta el pan. Es lo único que me ha costado consumir menos cuando he iniciado una operación bikini. Si digo que en Parademunt no hay pan bueno, que todas las panaderías son iguales, nadie entenderá que soy un antipán. También es cierto que acabaré comprando pan el algún sitio y tendré que reconocer que no todas las panaderías son iguales, que algunas son peores que otras.

Así que, cuando alguien dice que la política le da asco y que todos los políticos son  iguales, quizás no es un antipolítico. Quizás lo que quiere decir es que la política ACTUAL le da asco y que todos políticos QUE CONOCE son iguales.

Porque la política es necesaria, como para mí el pan. La política, si no la haces, te la hacen. Alguien puede pensar que lo mejor para la sociedad es invertir mucho dinero en carreteras y otra persona puede pensar que es mejor invertir mucho en ferrocarriles. No existe una varita mágica que permita saber qué es objetivamente lo mejor. La política es la herramienta para que los que tienen ideas más o menos claras sobre los asuntos que nos conciernen a todos, nos expliquen a los que no las tenemos por qué sus ideas son mejores que las de los que no piensan como ellos. De este modo, se pueden acabar tomando decisiones más o menos consensuadas.

No es política cambalachear un ayuntamiento por una diputación.

No es política la maquinación para acceder a un cargo importante dentro de un partido.

No es política criticar desaforadamente lo que ayer aplaudías cuando lo propuso uno de tu partido.

No es política mentir para asustar a los electores.

No es política, en fin, toda esa actividad que despliegan muchos políticos con el fin exclusivo de alcanzar  poder.

No estamos en contra de la política, estamos en contra del politiqueo. Y, aunque hay mucho más politiqueo que política en todos los partidos, no todos los partidos son iguales. Seguiré atento a la política y en las próximas elecciones seguiré yendo a votar porque prefiero que nos gobiernen los malos a que nos gobiernen los peores.