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sábado, 5 de septiembre de 2020

Muros que nos dan la libertad.

 Soy de interior. Cuando salgo a pasear, puedo empezar a hacerlo en dirección a cualquiera de los cuatro puntos cardinales. Los que viven al lado del mar tienen la mitad de opciones que yo. Objetivamente hablando, el mar es una barrera. Sin embargo, mucha gente que ha vivido cerca del mar, e incluso gente que no lo ha hecho, lo añora cuando está lejos. Paradójicamente, el mar es una promesa de libertad (ahora he quedado un poco Perales). La vista es el sentido del que más nos fiamos, y por eso es el que más nos engaña. Cuando llegamos a la orilla del mar, lo que vemos es una enorme extensión sin un solo obstáculo. Nada se oculta a nuestros ojos. Nuestra vista se siente libre y nosotros con ella. Aunque el mar sea el obstáculo.



sábado, 27 de agosto de 2016

A vueltas con el burquini.

Uno de los últimos veranos de los ochenta viajé a Vigo. Allí, en la playa de Samil, vi una señora que miraba hacia el mar. Cuando llegaban las olas, se mojaba los tobillos. Junto con la cara y las manos, era la única parte descubierta de su cuerpo. Iba vestida toda de negro y llevaba un pañuelo en la cabeza. Si el ayuntamiento de Vigo hubiese tenido una ley antiburquini como las normas que se han decretado en algunos ayuntamientos francesas, a la señora le habría caído una multa, la hubiesen obligado a desvestirse o la hubiesen expulsado de la playa.
No me gusta que algunas mujeres vayan con todo el cuerpo cubierto a la playa. Perdón, rectifico. Lo que no me gusta es que esas mujeres vayan cubiertas mientras sus maridos, padres o hermanos van en bañador corto. Si la religión de algunos les impide disfrutar con comodidad del sol y del agua, allá ellos. Pero si la religión solo se lo impide a parte de de los feligreses por un motivo tan absurdo como no tener un cromosoma Y, entonces ya no merece tanta tolerancia.
Lo que no sé es cómo solucionarlo. Quiero que la gente sea libre, pero no sé si se puede obligar a la gente a ser libre. Quizás sería más efectivo trasladar el castigo al otro lado de la balanza, quizás es más fácil castigar al que oprime en lugar de castigar al oprimido.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

La indumentaria y la libertad.

Mírala. Con el calor que hace y va tapada de los pies a la cabeza. Seguro que si le preguntas, te dirá que es su opción, que ella es libre y porque es libre ha escogido vestir así. Pero no lo ha escogido ella, lo ha escogido su religión. Una religión que dice que se tienen que tapar el pelo. Pero no les tapan el pelo: les tapan las orejas, para que no oigan a los que no deben oír. Una religión que reserva para ella, por el simple hecho de ser mujer, un papel secundario, subordinado al hombre. Sé que sonará raro, pero, a veces, para liberar a alguien, tienes que prohibirle algo. Yo les prohibiría vestir así. Mírala. ¿No crees que Sor Lucía Caram sería más libre si no vistiera hábito?

viernes, 20 de noviembre de 2015

El principio de incertidumbre de Heisenberg y los derechos civiles.

Cada vez que se produce un atentado, se reaviva el debate sobre cuánta libertad estamos dispuestos a perder a cambio de más seguridad. Hace poco, un amigo me comentó que muchas de las propuestas van encaminadas a saber lo que hacemos: monitorización de las comunicaciones y de las redes sociales, pero que eso no nos impide hacer lo que queramos mientras lo que queramos sea legal. Venía a decir que lo que se violaba era la privacidad, pero no la libertad.
El principio de incertidumbre de Heisenberg viene a decir, simplificándolo mucho, que no podemos saber con exactitud y a la vez dónde está una partícula y como se mueve. La explicación (con el mismo rigor científico que la afirmación anterior) es que para saber exactamente dónde está una partícula debemos dispararle un fotón y con eso la desplazaremos. Cuanta más energía le disparemos, con mayor exactitud lo situaremos pero más lo desplazaremos. Con los comportamientos de las personas pasa lo mismo. Si sabemos que nos observan no nos comportaremos igual. Por lo tanto, una violación de la privacidad sí que es una violación de la libertad.

viernes, 11 de julio de 2014

Campañas en defensa de los animales.



¿Por qué es malo dejar un perro en la naturaleza y es malo dar un hogar a un delfín?
Es obvio, el perro es un animal doméstico y el delfín no. Pero no siempre es tan obvio. Hablar de animales domésticos es, para empezar, hablar desde un punto de vista antropocéntrico, etiqueta que los más furibundos animalistas rechazan para sí. ¿Cuándo empieza a ser doméstico un animal? ¿En qué momento los perros se separaron tanto de los lobos que los primeros se hicieron amigos de los pastores mientras los segundos seguían siendo sus enemigos? ¿Cuándo deja de ser doméstico un animal? ¿Por qué las palomas eran domésticas hace un siglo y ahora no lo son?