Discriminación laboral.

He pasado por delante de una pastelería en la que un cartel anunciaba que "Se busca dependienta". He estado dándole vueltas al asunto y no he encontrado ninguna razón para que una magdalena servida por una mujer resulte mejor que una magdalena servida por un hombre. Se trata, por lo tanto, de un caso flagrante de discriminación laboral. En principio, los discriminados son los hombres, que no pueden acceder a un puesto de trabajo por razón de su sexo. Pero no lo tengo tan claro. Deberíamos saber las motivaciones del empresario (o empresaria) para preferir mujeres. Si las escoge porque son más sumisas, o más bellas, o porque aceptan salarios más bajos o por cualquier otro estereotipo similar, las discriminadas serían ellas, y no ellos.

Borgen. Una serie de ciencia ficción (III).

En el capítulo que he visto hoy, un partido de la oposición ficha a un economista y otros partidos, incluido el que gobierna, dicen que es una buena decisión.
Por favor. Cuando un partido político anuncia el fichaje de una personalidad, antes de que aparezca el nombre, el resto de los partidos ya está rajando de él. Que se lo pregunten a Guardiola.

Las manos.

Algunos autores consideran que el factor diferencial del ser humano no es el cerebro, sino la mano, Poca ventaja evolutiva hubiese obtenido el homo habilis de su mayor capacidad craneal si no hubiese tenido una mano prensil con la que convertir los palos y piedras en herramientas. Lo que diferencia a los hombres de los delfines, de los que se dice que tienen capacidades sociales y cognitivas semejantes a las humanas, es que los homo tienen manos con las que modificar la naturaleza.
Pues ahora resulta que el deporte más extendido por el mundo se juega con los pies.