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lunes, 24 de octubre de 2011

Casi el final de ETA.

Me he dado cuenta de que "ETA" es la etiqueta que más veces he utilizado en este blog. Creo que el primer recuerdo que tengo de ETA fue el asesinato de Carrero Blanco. Desde entonces, para todos los de mi generación, ETA, como el dinosaurio de Monterroso, siempre ha estado ahí. Debería sentir la misma aversión hacia todos sus atentados, pero algunos me han afectado más que otros: Hipercor, Vic, Miguel Ángel Blanco, Ernest Lluch y el coche bomba de la estación de Sants. Éste último fue el único que me tocó de cerca: oí la explosión tuve que coger otro tren para volver a casa. Fue suficiente para sentir qué significaba un coche bomba.
De las declaraciones posteriores al comunicado, me ha sorprendido gratamente la mesura de Mariano Rajoy. Me ha gustado que el PSOE no se atribuya el único mérito de la derrota de ETA. No me ha gustado, pero era previsible, el tono grandilocuente y perdonavidas de los que se han dado cuenta de la inutilidad de ETA pero todavía no  de su iniquidad. Me ha parecido comprensible la reacción de las víctimas que quieren la humillación de ETA. No me ha gustado nada la reacción del ala asilvestrada del PP se erige en defensora de las víctimas, como si no hubiera otras víctimas que quieren resolver el problema de otra manera  (me estoy refiriendo a los Madina, Landáburu y compañía, no a los que cumplen condena justamente y se califica a sí mismos de víctimas). Pero de todas las declaraciones que he oído y leído, la que más me impresionó fue la de un modesto concejal del PP en una ciudad pequeña. Decía que este domingo iría a tomar unos vinos con sus padres en su pueblo, que hacía mucho tiempo que no podía hacerlo. El Terror era esto.
Ahora espero que sea la última vez que que utilice la etiqueta ETA. Será difícil. Matar cuesta muy poco y bastan una persona que no admita la rendición y un arma para matar a alguien. Me temo que a los concejales del PSOE y del PP seguirán insultándoles cuando en una votación hagan que una propuesta de Bildu salga derrotada (la democracia no se aprende con un comunicado de unos encapuchados). Me temo que algunos seguirán dando la matraca con la autoría del 11M, cuando, de ser cierta, convertiría a Aznar en el Presidente con el que ETA pudo cometer su mayor atentado. Me temo que a Mariano Rajoy le costará mucho recabnar el apoyo de todo su partido desarrollar políticas de reinserción con los etarras, las mismas políticas de reinserción que se aplicarían a cualquier delincuente común.
En fin, será difícil. Todavía no ha acabado, pero tengo la esperanza de que lo que ocurra a partir de ahora sea casi anecdótico.