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viernes, 3 de diciembre de 2021

Lecciones que da el fútbol.

Llevo tiempo pensando que los futbolistas y baloncestistas profesionales son un magnífico termómetro para saber cómo va la pandemia. No son una muestra amplia de la población, pero les están haciendo pruebas cada semana.

El año pasado, a estas alturas, se habían aplazado bastantes partidos, tanto de una como de otra competición. Este año sólo llevamos el Breogán - Joventut, de la ACB. Así que parece claro que estamos bastante mejor.

Y llegó la variante ómicron. Y en la plantilla del Os Belenenses portugués se han detectado TRECE positivos. Habrá que empezar a sospechar que se trata de una variante más contagiosa. Pero, por otra parte, no consta que ninguno de los muchos afectados por el brote (además de los jugadores, hay técnicos y jugadores de categorías inferiores) haya sufrido síntomas graves.

Como titulaba aquel disco de Siniestro Total, 


viernes, 16 de julio de 2021

Un escándalo, lo de los jóvenes.

Los jóvenes llevan más de un año oyendo que a ellos el virus les afecta mucho menos, pero que deben respetar las restricciones porque pueden contagiar muy fácilmente a los mayores, que son mucho más frágiles. Les hemos explicado que serán los últimos en recibir la vacuna porque son los que menos la necesitan. Han visto en todos los medios de comunicación que los mayores ya estamos vacunados y el que no lo está es porque no ha querido. Resumiendo: es difícil que contagies a alguien vulnerable, es difícil que te pase algo grave y llevas más de un año sin poder salir de fiesta. ¿Tú qué harías?

La generación que vio morir tanta gente por la heroína, por conducir borracha o por ir sin cinturón en un coche conducido por un borracho, ¿tenemos autoridad moral para escandalizarnos por lo que hacen ahora los jóvenes? 

martes, 23 de marzo de 2021

El próximo dilema.

En un par de meses, habrá un porcentaje ya significativo de personas vacunadas contra la covid. Ya se está debatiendo, pero todavía nos pilla un poco lejos, si las personas vacunadas deben sufrir menos restricciones que las no vacunadas. A medida que haya más gente que haya pasado por las jeringuillas, ese debate irá a más.

Desde un punto de vista práctico, es bueno que los vacunados puedan hacer más cosas. Hacer más cosas significa gastar más, y la economía está pidiendo a gritos que gastemos más. Y si lo hace gente que no se puede contagiar, ese aumento de la actividad económica no tendrá impacto sanitario.

Desde el punto de vista ético, es injusto que los vacunados tengas más derechos. Poder hacer más cosas significa tener más derechos. Salvo algunos sinvergüenzas, la mayoría de la población se vacunará cuando le toque. Será inevitable que los que se vacunen más tarde se sientan discriminados respecto a aquellos a los que el azar o la sinvergonzonería llevó la vacuna antes.

Parece sólo un dilema entre lo práctico y lo ético. Pero la discriminación genera cabreos y los cabreos generan disturbios y más sinvergüenzas que se querrán saltar la cola. Y eso no es práctico.

miércoles, 17 de marzo de 2021

Un tranvía llamado Astrazeneca.

Probablemente conoces el dilema del tranvía. 

Caso 1. Un tranvía a gran velocidad se queda sin frenos y se dirige a una bifurcación. Si lo hacemos ir por la vía A, se estrellará irremediablemente contra otro tranvía y morirán los 10 ocupantes de éste. Si lo hacemos ir por la vía B, el choque también será irremediable, pero en este caso sólo serán 4 los ocupantes y los fallecidos. ¿Qué harías? Casi todo el mundo dice que desviaría el tranvía hacia la vía B, 4 muertes son mejor que 10 muertes.

Caso 2. Un tranvía a gran velocidad se queda sin frenos y se dirige hacia otro tranvía con 10 ocupantes.  Si chocan, morirán los 10 pasajeros.  El tranvía tiene que pasar por debajo de un puente por el que pasea un señor obeso. Si empujas al señor obeso a la vía, el tranvía lo arrollará y lo matará, pero se frenará lo suficiente para que el choque posterior no mate a nadie. ¿Qué harías? Aquí las matemáticas no son tan de terminantes. Y si no nos han planteado el caso 1, todavía hay más gente que se niega a asesinar a una persona para salvar diez de un accidente.

Pues en el caso de la vacuna de AstraZeneca estamos en un caso parecido. ¿Estamos dispuestos a matar a algunas personas con una vacuna a cambio de que se salven otras muchas de una muerte natural?

Ah, y, encima, los que tienen que tomar la decisión no saben a ciencia cierta ni cuánta gente hay en el tranvía parado ni cuántos gordos empujarán a la vía. Así que, si quieres, opina. Pero no crucifiques al que tiene que decidir.



sábado, 23 de enero de 2021

Se me escapa algo.

Los hechos.

El PSOE cambia a última hora el candidato para las elecciones autonómicas y escoge a Salvador Illa. Por lo tanto, el PSOE entiende que la labor de Illa es rentable electoralmente.

El gobierno de la Generalitat decide aplazar las elecciones.

Desde el entorno del PSOE, se acusa a los partidos de gobierno de la Generalitat de aplazar las elecciones por electoralismo para minorar el "efecto Illa".  Por lo tanto, el PSOE entiende que ERC y Junts asumen que la labor de Illa es rentable electoralmente.

Desde Junts y ERC, se acusa al PSOE de insistir en la fecha original por electoralismo para aprovechar el "efecto Illa".  Por lo tanto, ERC y Junts creen que el PSOE está seguro de que la labor de Illa es rentable electoralmente.

Las circunstancias.

Las cifras de la pandemia son malas, pero venimos de las Navidades. Lo normal es que vayan mejorando a medida de nos alejemos de las fechas en las que el distanciamiento social se ha relajado mucho. Es normal que en torno al 14F la sensación sea de que vamos mejorando y cierta cantidad de votantes atribuya esa mejora a la gestión del gobierno.

En mayo, las cifras deberían ser todavía mejores. Habrá ya un porcentaje significativo de personas vacunadas, que, sumado a las personas que se habrán inmunizado contrayendo la enfermedad con síntomas o sin ellos, hará que la pandemia empiece a remitir.

Lo que no entiendo.

Si todo el mundo opina que capitalizar la gestión de la pandemia sería rentable para el PSOE el 14 de febrero, más rentable debería serlo a finales de mayo. Lo electoralista sería que el PSOE quisiera aplazarlas y sus rivales mantenerlas.

Una conclusión inquietante.

De todas las afirmaciones y suposiciones que he hecho, la menos probable es la que hago sobre la situación en mayo. El futuro, cuanto más lejano, más impredecible. 

¿Y si los que manejan el cotarro tienen información de que en mayo todo estará peor? Entonces todo adquiriría lógica y sería comprensible que el PSOE quisiera que las elecciones se celebrasen cuanto antes y sus rivales que se celebrase más tarde.


sábado, 29 de agosto de 2020

Buenos tiempos para los antivacunas.

El mundo de las "Terapias Alternativas" tiene su principal argumento en "a mí me funciona" o "a un amigo le funciona". 

Les presentas un estudio científico que ofrece dos datos:

1. De mil personas que tomaron espinacas afganas, 300 mejoraron su resfriado.

2. De mil personas que no tomaron espinacas afganas, 300 mejoraron su resfriado.

En vez de llegar a la conclusión de que las espinacas afganas son irrelevantes para el tratamiento del resfriado, si conocen a alguien que tomó espinacas afganas y mejoró de su resfriado, te dirán que ese tratamiento es bueno.

En la Covid19, la mayoría de infectados han tenido síntomas leves o nulos. Todos esos pacientes que se han curado solos pueden pensar que les ha funcionado la hidroxicloroquina, el dióxido de cloro o la tortilla de patatas sin cebolla. Aunque, de momento, no hay ningún estudio científico que lo demuestre.

Uno de los aspectos que tiene más desconcertados a los científicos es, precisamente, la variabilidad de los síntomas. ¿Por qué algunos infectados lo pasan tan mal y por qué otros ni se enteran? Supongo que esta variabilidad también afectará a las vacunas. Y será tan complicado encontrar el mecanismo que genere anticuerpos, como acertar la dosis que resulta eficaz y segura de manera general. Como el desarrollo de la vacuna se ha convertido en una carrera frenética y la intención es realizar vacunaciones masivas, es probable que algunos vacunados reaccionen mal. Los antivacunas publicitarán a los cuatro vientos estos casos y recordarán los casos de los que se curaron con espinacas afganas. Y mucha gente les creerá.

martes, 25 de agosto de 2020

Estaba muy despistado.

Ayer encontré un whatsapp que le envié al entrenador de mi hija el 7 de marzo. Le decía que habían suspendido la carrera que pensaba correr el 15 y que podía contar conmigo para hacer de delegado.

Me contestó que "perfecto".

¿Éramos las dos únicas personas que afrontábamos con tal ingenuidad el coronavirus?

domingo, 16 de agosto de 2020

No hacía falta.

Recientemente, se ha desatado la polémica con la prohibición de fumar en espacios abiertos si no se puede mantener la distancia de seguridad. Se quejan los fumadores de que es una nueva cortapisa a su libertad.

Me parece absurda, pero no por restrictiva, sino por innecesaria.

Antes de esta prohibición, ya era obligatorio el uso de mascarillas en el espacio público, fuese cual fuese la distancia respecto a otros usuarios de la vía. Y yo no he visto a nadie fumando con mascarilla.

Con la mascarilla obligatoria, ya no podías fumar.  No te han prohibido nada.

O, a lo mejor, me equivoco. Y la nueva normativa es necesaria para que entiendas la normativa anterior.

sábado, 25 de abril de 2020

Es imposible reglamentar el desconfinamiento.

Cada invierno pasa. Se avecina mal tiempo, las autoridades recomiendan circular sol si es imprescindible y seguimos yendo a todas partes. A veces, las borrascas que acaban llegando no son tan fuertes y no pasa nada. Otras, las borrascas cumplen las expectativas y pillan a bastantes conductores sin cadenas que acaban colapsando las carreteras. Ante fenómenos de evolución Incierta, sabemos dar consejos, pero no normas. Sólo sabemos cerrar un puerto de montaña cuando ya tiene mucha nieve. Antes de nevar, sólo sabemos aconsejar no pasar por él.
Ahora ha llegado el momento de reglamentar el desconfinamiento. El objetivo está claro: ir saliendo poco a poco de casa, empezando por los que más lo necesitan, y garantizando que se mantiene el distanciamiento social.  Todos tenemos claro que no es suficiente con los consejos. Las calles, como las carreteras en los temporales de invierno, se llenarían de gente. Hay que poner normas.
En el momento en el que escribo, el gobierno autoriza la salida de niños hasta 14 años, acompañados de adultos, a una distancia máxima de un kilómetro de su casa, una hora al día, entre las 9 de la mañana y las 9 de la noche y sin que se acerquen a otras personas. ¿Quién te asegura que no decide salir todo el mundo al mismo tiempo y se producen aglomeraciones en las calles?
La Generalitat tiene una propuesta más estricta: las salidas se podrán realizar por franjas horarias dependiendo de la edad del niño. ¿Qué pasa si trabajo a la hora que puedo pasear con el niño? ¿Qué pasa si tengo más de un hijo a los que corresponde salir en franjas diferentes?
Y, en cualquier caso, ¿cómo garantizas que la gente cumpla las normas? Porque si no tienes capacidad coercitiva para imponer las normas, éstas dejan de ser normas y se convierten en consejos.
Y solo hemos hablado de dejar salir a los niños. A cada paso tendremos las mismas dudas y controversias.
No nos va a quedar más remedio que confiar en la sociedad y esperar que seamos responsables y hagamos caso de los consejos. Esta vez hemos visto las orejas al lobo muy de cerca, eso ayudará. Pero seguimos siendo igual de egoístas.

martes, 7 de abril de 2020

Las malas noticias de los martes.

Soy un poco obsesivo con los números. Como no soy muy inteligente para  comprender situaciones complejas, intento reducirlas a números sencillos. Me pierdo muchos detalles, pero veo mejor el conjunto.
Desde que la Covid19 llegó a España, me voy apuntando el número de fallecidos. Me parece el dato determinante y más objetivo.
Ayer , después de cuatro días de descenso, ha habido más muertes que anteayer.
El lunes pasado, después de cuatro días en los que la cifra de muertos crecía cada día más despacio, creció un poco más deprisa.
Leo que los expertos lo llaman el efecto fin de semana. Que no es que los fines de semana seamos más felices y tengamos menos ganas de morirnos, ni que el lunes durmamos menos y eso nos perjudique. Por lo visto, los fines de semana hay menos gente administrativa trabajando y bastantes muertos se acaban contando el lunes. Y eso no sólo pasa en los vivalavirgen países latinos. En la calvinista Holanda también pasa.
Seguí revisando los datos hacia el país y se repite la secuencia. Entre en 18 y el 23 de marzo, el número de fallecidos crece cada vez menos. El crecimiento pasa del 58% al 13%. Y el 24 se dispara hasta el 46%. Pero el 24 era martes. ¿Por qué se aplazó un día el efecto fin de semana?

domingo, 5 de abril de 2020

Vayamos con cuidado.

ADVERTENCIA: Mis conocimientos de epidemiología, economía y sociología son los mismos que de fútbol y nunca nadie me ha confiado la dirección de un equipo.

Para vencer o domesticar un virus, tenemos tres caminos: la inmunización, el ataque farmacológico al virus o la paliación de los síntomas.
A la inmunización se llega por dos caminos: por la vacuna o a lo burro, con la infección masiva. Para la vacuna aún nos faltan meses que se pueden hacer muy largos. Para la infección masiva no tenemos ni idea de cuánto falta. Sabemos que hay muchos infectados sin síntomas, pero no sabemos evaluar ese "mucho". Un estudio serio hablaba de una horquilla entre 1'9 y 19 millones de infectados en España.
El ataque farmacológico al virus, matar el bicho, es poco eficiente. En la gripe común, que lleva tiempo con nosotros, hemos desistido de usar esa vía.
Ahora mismo, sólo podemos paliar los síntomas. Como tenemos muchos contagiados y desconocemos cómo actúa el virus en nuestro cuerpo, el sistema sanitario está casi desbordado.
Ahora mismo, parece que la epidemia empieza a dejar de crecer. Llevamos 3 días en los que la cifra de muertos es inferior a la del día anterior. Las cifras son falsas, pero, si se han cometido los mismos errores todos los días, la tendencia es cierta. Y hay que tener en cuenta que los fallecidos de un día se contagiaron una semana antes.
Entre este estancamiento de pacientes y que empezamos a saber alguna cosa sobre cómo tratar los síntomas, el sistema sanitario puede alejarse del colapso.
Tenemos que empezar a pensar en cómo abrir el grifo. No va a ser fácil. Todos queremos salir, muchos necesitan salir y bastantes tienen necesidad imperiosa de salir. La presión va a ser importante. Pero parece que el virus sigue ahí y de manera muy extensa. Según datos de Trànsit de Catalunya, las primeras medidas de confinamiento supusieron una disminución del 65% del tráfico. Las segundas, un 10% adicional. Si con estas medidas solo hemos conseguido parar el crecimiento de la epidemia,  cualquier precipitación en la relajación de las medidas la volverá a disparar. Domesticar al virus (hacer que no se contagie demasiada gente y tratar adecuadamente a los que se contagian) es lo más importante, pero no lo único. Cualquier decisión que se tome tardará por lo menos una semana en tener efectos sobre la epidemia, pero tendrá efectos inmediatos sobre la opinión pública y la economía de mucha gente y efectos a largo plazo sobre la economía de grandes empresas (que, a su vez, afectará a muchas personas). Habrá que equilibrar la presión social y la sanitaria.
Mientras, nos iremos infectando todos y nos habremos inmunizado.

martes, 24 de marzo de 2020

El relato que no escribiré.

Hace unos meses, volviendo del trabajo, vi un zapato de tacón en el arcén. El zapato pasó allí algunos días. A la segunda o tercera tarde me dije que de ahí podía sacar un relato. Le fui dando vueltas. Tenía título : Zapatos. Un grupo de amigos vuelve en coche de la playa y ve un zapato en la cuneta. Alguien gasta una broma. A partir de aquí empiezan a ver zapatos, cada vez más frecuentes. La idea era ir creando un crescendo cambiando las risas iniciales por tensión. En este tramo me fallaron los recursos, no supe darle continuidad. El final lo tenía encarrilado. Los jóvenes alcanzaban un camión que iba cargado, tenía que decidirlo, de cadáveres o maniquíes a los que se les iban cayendo los zapatos.
Cuando nos quedamos encerrados pensé que era una buena ocasión para rematar el relato. A los cinco minutos, me dio la impresión de que aquel relato parecía una metáfora oportunista de la reacción que hemos tenido con el  covid19, desde las risas cuando pensábamos que eso les pasaba a los chinos que comían pangolines hasta el espanto de ver camiones del ejército trasladando ataúdes para incinerar o pistas de patinaje sobre hielo convertidas en morgue.
Nunca acabaré ese relato.