lunes, 27 de abril de 2009

Viajes por el scriptorium

Esta novela corta, o tal vez cuento muy largo, de Paul Auster es la más rara que he leído hasta ahora del autor, que ya es decir. Del título no hagas ni caso, como a Ruíz Zafón en La Sombra del Viento, se le ocurrió un título impactante y la única manera de asignarlo a la novela es reproducir el título de otra obra que aparece en la ficción. La habilidad para recrear la falta de meomoria del protagonista es admirable. Resumiendo: inquietante, clautrofóbica, sorprendente.

sábado, 25 de abril de 2009

No quiero una Nespresso

Gastar y tirar una cápsula de papel de aluminio cada vez que me quiero tomar un café, me parece un despilfarro absurdo y un pecado ecológico.

miércoles, 22 de abril de 2009

Filomeno, a mi pesar.

El protagonista, como yo, lleva un nombre que no está de moda en homenaje a un abuelo. Un inicio tan válido como otro cualquiera para que te apetezca leer un libro. El libro tiene momentos brillantes, como el conato de desorden público porque los espectadores reclaman "Ojos Verdes". También tiene alguna frase que me ha llamado la atención por su rabiosa actualidad "no es cierto, como se dice, que de la situación actual tenga la culpa sólo la torpeza yanqui". La novela es la autobiografía de un hijo de casa bien que consigue atravesar la Guerra Civil sin que la pólvora ni la sangre le molesten. Aún así, aunque todo parece salirle razonablemente bien, no puede despegarse de una tristeza que parece fruto del desarraigo.

lunes, 20 de abril de 2009

Una versión de la voluntad.

¿Sabes qué dia de la semana será el 20 de abril del 2026? Será lunes, como hoy. Probablemente no lo sabías. Sabes, eso sí, que cada siete días se repite el día de la semana y que no quieras o no puedas hacer el cálculo, no invalida la regla.
Cuando lanzas un dado al aire, las condiciones de velocidad, presión atmosférica, elasticidad del dado y de la superficie sobre la que caerá, etcétera; determinan la cara sobre la que caerá el dado. Siguen existiendo unas reglas, pero como no sabemos cómo aplicarlas hablamos de azar.
Las condiciones de temperatura, concentración de iones, presión osmótica, etcétera en que se encuentra una neurona; determinan la reacción de la célula. Siguen existiendo unas reglas que no sabemos aplicar, pero el azar ya nos parece poco y lo llamamos voluntad.

lunes, 13 de abril de 2009

Ampliación de la duda.

Hace unos meses publiqué una duda. Dos amigos me han pedido que lo aclare un poco, no mucho, porque en ese caso se me habría resuelto la duda. Si te invitan a comer, el cocinero no ha tenido mucho acierto y dices que todo estaba buenísinmo. Si eres amable con una persona a la que detestas. Si en el tren conversas con alguien cuando lo que te apetece es ponerte los auriculares y dormir un ratito; ¿estás siendo educado o hipócrita,

viernes, 10 de abril de 2009

¿Contra qué lucha la Conferencia Episcopal?

De las diferentes guerras que tiene la Conferencia Episcopal con el Gabierno de España: matrimonios entre homosexuales, educación para la ciudadanía y ley del aborto; sólo entiendo ésta última. Las otras dos me parecen una intromisión en la vida de los no católicos (¿debo decir infieles?) y en las competencias del gobierno. No me parece fácil establecer el momento en el que un feto puede considerarse un ser humano y entiendo, que no comparto, que la Iglesia vea la frontera en el momento mismo de la fecundación. Eso sí, si consideras que un embrión de horas o días es tan ser humano como un recién nacido, la nueva ley es tan asesina como la anterior, que no mereció una oposición eclesial tan agresiva. Por este motivo, sospecho que detrás de esta campaña existe algo más importante para sus promotores que la defensa de la vida humana.

viernes, 3 de abril de 2009

Algunos muchachos

He leído una recopilación de cuentos de Ana María Matute que publicó Salvat en una colección bastante popular en los años ochenta. Creo que es la misma colección, o con pequeñas variaciones, que publicó RTVE en los setenta.
No sé si la culpa es de la selección, pero uno llega a la conclusión de que Ana María Matute debió de ser una niña fascinada y horrorizada a la vez por la violencia de la vida rural.