lunes, 28 de agosto de 2017

¿Qué hacías cuando se hundió el Cason?.

Andaba de turista por Finisterre y vi este pedazo de ancla. Nos hicimos unas fotos con ella y un lugareño, socarrón, nos dijo:
- Vayan con cuidado con ese ancla, que es radioactiva.
- ¿Qué?
- Ésa es el ancla del Cason.
No sabíamos de qué hablaba y nos resumió la historia. En diciembre de 1987, el carguero Cason embarrancó en la costa de Finisterre y de desató el caos. Ante la falta de información clara sobre la carga del buque, se desataron las especulaciones: material tóxico, material radioactivo... Las autoridades respondieron al pánico evacuando la comarca entera, y aumentando el pánico, claro
Mientras el señor nos iba explicando, yo no salía de mi sorpresa. Recuerdo el Prestige, recuerdo el "Mar Egeo", pero no recordaba nada del Cason y de lo que el señor nos estaba contando. En el momento del naufragio, yo tenía 21 años. Seguro que me enteré, pero lo he olvidado completamente.
He rastreado por internet y me ha servido para hacerme una idea de lo que pasó, pero no me ha saltado ningún chispazo de aquéllos que te hacen recordar algo que creías olvidado.
¿Tú recuerdas algo? ¿Me estoy haciendo mayor?

P.D.
Internet tiene mucha documentación al respecto. Adjunto dos vídeos de Youtube que me han parecido especialmente interesantes,





sábado, 26 de agosto de 2017

Una manifestación inútil (en cierto sentido).

Las manifestaciones se convocan para hacer público nuestro descontento a alguien cuando percibimos que no existen otras vías o que estas son inútiles. Por este motivo, los destinatarios de las manifestaciones acostumbran a ser gobiernos que tienen blindada su mayoría parlamentaria. En estos casos, lo que estamos diciendo es "no haces caso de la oposición, pero estás equivocado".
Las manifestaciones contra el terrorismo o el golpismo son, en este sentido, atípicas. No se convocan contra el gobierno, sino por el gobierno. Sirven para muchas cosas: nos hacen sentirnos fuertes después de que un atentado nos haya mostrado débiles, nos hacen sentirnos acompañados, son como la marca del final del duelo y le muestran al destinatario de la manifestación (el terrorista, el golpista) que no nos representa y que no podrá con nosotros. Los golpistas del 23F y los etarras se veían a sí mismos como la vanguardia de una nación que los acabaría siguiendo. Las multitudinarias manifestaciones contra ellos les decían que no eran la vanguardia de nada. No sé si cumplieron su objetivo, pero alguna duda seguro que sembraron.
Las manifestaciones contra el terrorismo islamista sirven para sentirnos mejor, más fuertes, más acompañados. Pero no sirven para decirle al destinatario que está equivocado. Le estamos diciendo que nuestra sociedad está en su contra, pero eso él ya lo sabe, de hecho, él decidió antes que tú que estabas en su contra..