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domingo, 15 de julio de 2012

Un muestra de mezquino electoralismo.

Acepto los argumentos del gobierno para concluir que los recortes eran inevitables:

  • En la caja no hay un duro
  • Los que nos dejan el dinero los exigen.
  • Hay que subir el IVA porque es el impuesto de efectos más inmediatos y del que resulta más difícil escaparse (para la mayoría).
  • Hay que reducir el subsidio de desempleo para facilitar que la gente acepte infraempleos. Siempre es más rentable para las arcas del Estado una persona que cotiza poco que una persona con un pequeño subsidio.
  • Obligar a trabajar más horas por el mismo sueldo resulta más barato.
Pero si eran tan necesarios como dolorosos, ¿por qué fueron tan mezquinos como para posponer la aprobación de los presupuestos generales a la celebración de las elecciones andaluzas. Quizás hemos perdido un tiempo precioso.

martes, 24 de abril de 2012

En defensa de los recortes sanitarios.

Vamos a ser claros. España tiene un problema a medio plazo, la crisis económica; y un problema a largo plazo,  la estructura demográfica. España es un país de viejos y,  si no ponemos remedio, será un país todavía más viejo. Durante el boom inmobiliario, parecía que se podía corregir gracias a la inmigración. Pero la crisis ha desvelado que no es así. La fuerza productiva que viene en tiempos de bonanza marcha en épocas de vacas flacas. El desmedido afán de Zapatero en proteger a todo el mundo con sus políticas de apoyo a los dependientes tiene un coste inadmisible para las arcas de España. Los recortes sanitarios no van a matar a nadie. Muchos pensionistas con escasos recursos se abstendrán de comprar medicamentos no imprescindibles para sus dolencias más leves. Esa disminución de la calidad de vida reducirá levemente la esperanza de vida. Al hacerlo masivamente, con una pequeña reducción de la duración de la vida, la pirámide de población rejuvenecerá y España se ahorrará muchos millones en pensiones. Decididamente, recortar en sanidad es una decisión muy acertada para España a corto y largo plazo.
Eso sí, para los españoles, los recortes son catastróficos. Una muestra más de los efectos nocivos de los patriotismos.

jueves, 10 de noviembre de 2011

No todos pierden con los recortes.

Hace 50 años, cuando España era un país subdesarrollado, se empezaron a construir en Cataluña las primeras autopistas. Muchas de las concesiones deberían haber caducado ya, pero se han ido prorrogando a cambio de rebajas a corto plazo en el precio de los peajes. Hoy en día, los catalanes somos los que más peajes pagamos de España, argumento que utilizan los nacionalistas catalanes para denunciar la discriminación del Estado Español hacia Cataluña. Pocas veces recuerdan que los principales accionistas de las autopistas, y beneficiarios de que no se mejoren las carreteras alternativas, son también catalanes.
Ahora, empujado por la crisis, el Consejero de Salud de la Generalitat de Catalunya, está practicando importantes recortes en la sanidad pública. De estos recortes se están beneficiando unas arraigadas sociedades catalanas: las mutuas. No sé si dentro de unos años, cuando la economía haya mejorado, en Cataluña tendremos la ratio más baja de gasto por habitante en sanidad pública, los nacionalistas se quejarán por ello y las mutuas engordarán sus resultados gracias a estas carencias.