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miércoles, 19 de marzo de 2014

No con mis cuotas.

Si en Cataluña existe una entidad transversal y global, es el Barça. Los seguidores del Barça son mayoría en todos los colectivos, idependientemente de su clase social, su nivel de estudios, su procedencia, su religión, su ideología política... No conozco ninguna estadística al respecto, pero estoy seguro de que también son mayoría entre los afiliados a cualquier sindicato. Sin embargo, si un sindicato firmase un acuerdo con el Futbol Club Barcelona con el objetivo de ayudar al club a ganar la liga.creo que la mayoría estaría de acuerdo en que el sindicato se habría extralimitado en sus funciones y, lo que es peor, habría menospreciado a sus afiliados periquitos, merengues o del glorioso Athletic Club de Bilbao.
Pues resulta que CC.OO. ha firmado un acuerdo con la ANC para promover, por muchos eufemismos, que se utilicen, la independencia de Cataluña.Me parece totalmente legítimo que los afiliados y dirigentes del sindicato estén a favor de la independencia de Catalunña, pero me parece un claro fraude a los afiliados que estos dirigentes posicionen al sindicato en un sentido u otro.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Una huelga general extraña.

Hace unos meses, tantos que ya no recuerdo la fecha exacta, los sindicatos mayoritarios convocaron una huelga general. El motivo, las medidas anunciadas por el gobierno para capear la crisis y que significaban un recorte considerable de los derechos de los trabajadores. Hasta aquí, todo normal.
Sí que resulta extraño que los medios afines a la derecha llevasen tiempo reclamando una huelga general. Reclamación que se convirtió en acusaciones de irresponsabilidad cinco minutos después de realizada la convocatoria, volviendo de esta forma estos medios a la normalidad.
También resulta extraña la fecha escogida para llevar a cabo la huelga. A mí me parecían lógicos dos momentos: inmediatamente después del anuncio de las medidas con los trabajadores sensibilizados, o poco antes de la tramitación parlamentaria para demostrar al poder legislativo el descontento de la población y convencerlo de que debía votar en contra de las medidas. Ni una ni otra. La huelga se desarrollará cuando el cabreo haya bajado bastante y las Cortes habrán decidido.
La sociedad actual se ha ido protegiendo de los errores a base de protocolos. Todas las profesiones que gestionan el riesgo (médicos, controladores aéreos, técnicos de mantenimiento, bomberos...) se han acogido a protocolos que coartan la libertad del profesional pero le ayudan a tomar decisiones correctas y, en caso de que las cosas vayan mal, culpar a un ente que no podrá ser castigado: el protocolo. Parece que los dirigentes sindicales también se han acogido al protocolo: cuando el gobierno recorta derechos de los trabajadores, se debe convocar una huelga general. Eso han hecho, pero sin convicción, un ordenador hubiese tomado la misma decisión con la misma frialdad.
Ahora sólo falta comprobar si el desarrollo de la huelga se ajusta más a la normalidad. Tengo especial interés en ver cómo se mide el éxito de la convocatoria. Lo normal es que se mida por el porcentaje de participantes en la huelga, cuando lo lógico sería medirlo por los derechos recuperados tras la huelga. Para mí, independientemente del índice de participación, la huelga será un éxito si obliga a rectificar significativamente al gobierno. Si el gobierno no se mueve un ápice de sus posiciones, siendo el gobierno más veleidos que recuerdo, la huelga será un fracaso.