lunes, 25 de marzo de 2013

Los senderos de los jardines.

Hace ya muchos años, estaba esperando en algún sitio. No recuerdo dónde, una barbería, la consulta de un dentista, algo así. Era un sitio de esos en los que para amenizar la espera puedes leer una revista,  cuanto más antigua mejor. La oferta no debía de ser muy interesante, puesto que cogí una de jardinería. Leí un artículo sobre diseño de senderos en jardines que, a la postre, me resultó revelador. Venía a decir que la mejor manera de diseñar los senderos de un jardín es no prefijar ninguno y que sean los usuarios los que con sus pasos acaben dibujando los caminos.
Desde entonces, he tenido muchas ocasiones para comprobar que el autor del artículo tenía razón. Siempre que he visto a alguien diseñando procedimientos que debían seguir cientos o miles de personas,he comprobado que se han equivocado. Y la equivocación ha sido más estrepitosa cuanto más rígidos eran los procedimientos. el summum lo protagonizó algún experto que, al ver que cientos de usuarios de sus procedimientos se los saltaban, insistía en que eran los cientos de usuarios y no él los equivocados.

sábado, 23 de febrero de 2013

¿Literatura rentable?

Cada vez que leo un artículo de mis novelistas preferidos, Santiago Roncagliolo, Antonio Muñoz Molina, Manuel Rivas..., tengo la sensación agridulce de estar pasando un buen rato a costa de de retrasar la próxima novela de estos escritores. Para escribir buenas novelas, se necesita, además de otras muchas cosas, tiempo. Para tener tiempo, necesitas que te paguen bien las novelas. ¿Podrán seguir pagándose bien las novelas en castellano si España es uno de los líderes en piratería de productos culturales?
24Symbols ofrece una alternativa para pagar a los escritores y ofrecer a los lectores el gratis total al que nos estamos acostumbrando. Quieren ser el Spotify de los libros. Como su referente musical, tienen servicio gratuito (con publicidad y requiriendo conexión a internet) y de pago (sin publicidad y en el que te puedes descargar los libros).
Este mes he leído el primer libro en 24Symbols: Los Náufragos. Poder leer el mismo libro en dos soportes a la vez es ideal para los devoradores de libros. En casa en la tablet, mientras esperas el autobús en el móvil. Para la vista, resulta más cansado que el eBook y, por supuesto, que el papel. Depender de la conexión a internet o de la carga de las baterías, hace que éste soporte sea un poco incómodo. Pequeños inconvenientes que quedan sobradamente compensados por la principal ventaja: es gratis.
¿Será rentable este modelo para 24Symbols y los escritores? No lo sé. Creo que, a corto plazo, crecerá significativamente el número de usuarios pero no estoy seguro de que el número de usuarios activos crezca del mismo modo. En estos momentos, la publicidad es muy discreta, quizás demasiado y no hacemos suficientes clics en los banners y los anunciantes no están contentos. Si hacen una publicidad más invasiva, los que nos cansaremos seremos los lectores. El catálogo del que disponen es amplio, pero no es casi universal como en Spotify. La competencia es feroz y el pirateo ofrece más libros, sin publicidad mientras lees, sin necesidad de conexión y aparentemente gratis para el lector.
La idea es buena, pero necesita un mercado menos convencido de la inocencia del pirateo,

miércoles, 13 de febrero de 2013

Déjame en paz.

Estoy harto de que te creas mejor que yo porque defiendes los derechos de los animales. Me asusta cuando inicias campañas para prohibir las corridas de toros, para insultar a las famosas que se visten con pieles, para llamar asesinos a cazadores y pescadores o para vilipendiar a políticos que dicen que los animales no tienen derechos humanos. Aunque no visto pieles ni asisto a corridas de toros, ni cazo, me temo que yo seré el próximo al que ataquéis. Como foie porque está muy rico y me da lo mismo cómo tengan que alimentar a las ocas para conseguirlo. Como caracoles aunque tenga que hervirlos vivos. Como pescado congelado en alta mar, que seguro que no tienen una muerte placentera. Alguna vez, hasta he cocinado un arroz con langosta o bogavante y para ello los he troceado vivos. Cuando me molesta alguna mosca, intento matarla de un palmetazo. Todo ello lo hago sin el menor remordimiento. Tú me acosas a mí, pero encontrarás otro más fundamentalista que tú que te atacará a ti.
Ni se te ocurra llevar zapatos de piel.
Si no eres vegetariano, te acusarán de matar animales para comer.
Si eres vegetariano y tienes perro o gato (estoy casi seguro de que tienes perro o gato), te acusarán de que tus mascotas no son vegetarianas y se tienen que matar animales para alimentarlos.
Ten cuidado con el vino que bebes.
No viajes en vehículos que vayan a más de 20 km/h, se matan muchos insectos así.
Conviértete en jainista, que barren el suelo que han de pisar para no matar algún insecto. Creo que sus normas de higiene también suponen respetar a los piojos.
Mientras no hagas todo esto, déjame en paz. Y cuando lo hagas, también, déjame en paz. Que no soporto a los fanáticos.

martes, 5 de febrero de 2013

La evolución de la tecnología.

Cuando cursaba tercero de BUP, me compraron una calculadora científica: una magnífica CASIO fx-82C. No recuerdo cuánto costó, pero seguro que resultó cara. La utilicé en tercero de BUP, COU y los primeros años de la carrera. Hace unos días, mi hija me dijo que necesitaba una calculadora científica. Como conservo la calculadora de 30 años, se la di. Después de usarla un par de días, se agotaron las pilas y me pidió que se las cambiara. No recordaba cómo se accedía al compartimento de las pilas y lo busqué por Internet. Me sorprendió lo arcaico del diseña: para abrir el compartimento de las pilas es necesario aflojar dos pequeños tornillos. Sin embargo, la verdadera sorpresa me la llevé al abrir la calculadora, todavía llevaba las pilas originales CASIO. Por favor, algún directivo de Apple, Samsung, Roomba o cualquier otro fabricante de cacharros que usan baterías nos harían muy felices si contratasen al diseñador de los sistemas de alimentación de CASIO en los años 80.

martes, 8 de enero de 2013

Para cenar, boquerones fritos.

El sábado pasado, víspera de Reyes, compré un quilo de boquerones con la intención de freírlos para cenar. Cuando estábamos en la cabalgata, mi mujer me dijo:
- ¿Estás seguro de que te dará tiempo de preparar los boquerones para cenar?
Me temí lo peor. En mi casa, preparar boquerones es una tarea muy laboriosa, sobre todo limpiarlos: les corto la cabeza con una tijera, les abro el abdomen también con la tijera y con los dedos extraigo las vísceras y la espina. Me imaginaba a mi mujer entrando en la cocina:
- ¿Cuánto falta para que estén limpios los boquerones?
- No sé, un rato.
- ¿Cuántas cabezas has cortado?
- Ese montón.
- Necesito saber cuántas cabezas son.
Hala, a contar cabezas de boquerones cortadas.
- 38 cabezas cortadas.
- ¿Y cuántas cabezas faltan por cortar?
- Pues el resto.
- ¿Cuántas son?.
Hala, a contar boquerones enteros.
- Faltan 28 cabezas por cortar.
- Vale.
Cuando ya he cortado todas las cabezas y empiezo a abrir las tripas, para que no me pase como antes, cuento los boquerones que voy abriendo: Uno, dos, tres ..., catorce, quince, dieciséis....
- ¿Cuantos boquerones has abierto?
- Diecisiete.
- Eso no me sirve para nada, unos boquerones son más grandes que otros. Necesito saber cuánto pesan los boquerones que has abierto.
- ¿Y los que todavía no he abierto?
- También.
Hala, a pesar boquerones.
- Llevo 352 gramos de boquerones abiertos y 414 de boquerones que faltan por abrir.
- No me cuadra, ¿no habías comprado un quilo?
- Si, claro, las cabezas...
- Necesito cifras que cuadren.
Hala, a recuperar cabezas de boquerón del cubo de la basura.
- Son 352 gramos de boquerones abiertos, 414 gramos de boquerones que faltan por abrir y 234 gramos de cabezas (es mentira, hay 256 gramos de cabezas, pero ni quiero más líos).
Memorizo cuánto pesan las cabezas. Acabo de abrir boquerones, los pongo todos en la báscula y empiezo a eviscerar y desespinar.
- ¿Cuántos boquerones llevas limpios?
- 766 menos 405 que quedan en la báscula, 361 gramos.
- No me sirve, necesito saber cuántos boquerones están limpios, que es lo que nos comeremos.
Hala, a vaciar la báscula, lavarla y pesar los boquerones limpios.
- 258 gramos.
- No sé si llegaremos a tiempo, deberías pensar en una alternativa para la cena.
Busco por el congelador y encuentro unas croquetas.
- Podemos hacerlas con patatas fritas.
- El plan previsto era cenar boquerones. Sólo en caso de fuese imposible, optaríamos por una cena alternativa, que, eso sí, debemos tener prevista.
Por fin a las doce y media conseguiré filetear todos los boquerones, freírlos y sentarme a la mesa a cenar.
Por suerte, mi mujer no es así y la conversación real fue.
- ¿Estás seguro de que te dará tiempo de preparar los boquerones para cenar?
- Si me voy ahora, sí.
- Vale, ya me quedo yo con los críos. ¿Compro vino?
- Sí, un picapoll.
Cuando llegaron a casa, la sartén estaba lista, los boquerones fileteados y enharinados y la mesa puesta. Cenamos unos deliciosos boquerones fritos.

sábado, 22 de diciembre de 2012

La metáfora de las participaciones preferentes.

Hace pocos años, la inmensa mayoría de los españoles  estaba convencida de que los pisos nunca bajan de precio y de que los bancos nunca pierden dinero. Hoy ya sabemos que no es así y que muchos que tomaron decisiones dando por ciertas esas premisas han perdido mucho dinero.
El negocio de las participaciones preferentes se sustentó sobre la segunda premisa. Los bancos ofrecían unos intereses más altos que los del plazo fijo porque esa inversión no era del todo segura, si el banco perdía dinero, el inversor perdería dinero. Pero, ¿dónde se había visto que un banco perdiese dinero? Pero resulta que sí, que los bancos (y las cajas) pueden perder dinero, mucho dinero. Y ahora todo el mundo se queja:

  • El pequeño inversor que compró preferentes que pagaban un 7% cuando el plazo fijo daba el 2% dice que le han engañado, a él no le movió la avaricia.
  • El empleado que vendió preferentes dice que lo hizo porque le presionaban desde arriba. No dice que, en muchos casos, la presión era una prima a la que no renunció entonces ni ha devuelto ahora.
  • Los medianos y altos directivos bancarios dicen que ellos cumplieron escrupulosamente la normativa. Quizá algún empleado interpretó mal las instrucciones (te explicaste muy mal, porque fueron muchos los empleados que parece que no entendieron) o quizá el regulador no cumplió su cometido (como en el fútbol, la culpa es del árbitro).
  • El ex regulador que dice que cuándo se fue lo dejó todo bien y que ya advirtió que lo que podía pasar.
  • El regulador que dice que todo lo dejó mal el anterior regulador.
  • El gobierno que no puede echar la culpa al regulador porque lo ha puesto él, no puede echar la culpa a los directivos de las casas porque también los puso él en muchos casos, que no puede decir que los inversores vivieron por encima de sus posibilidades porque ahorrar puede ser una decisión errónea, pero nunca un despilfarro; se agarra al clavo ardiendo de la Unión Europea para responsabilizarla  de la decisión de bajar el valor de las preferentes.
Y las preferentes son sólo un síntoma más del funcionamiento de un país en el que nadie tiene culpa de nada porque nadie se hace responsable de nada.

martes, 11 de diciembre de 2012

Lecciones de física.

Hay un tipo de personaje que me pone nervioso. No sé cómo llamarlos, pero sus partidarios los llaman pundonorosos. En el deporte tienen muchos adeptos: esos ciclistas que se retuercen sobre la bicicleta para ir a la misma velocidad que su contrincante, esos futbolistas que persiguen incansables el balón sin conseguir tocarlo jamás. En el deporte, sin embargo, no son dañinos. A fin de cuentas, se trata de un espectáculo y ellos dan espectáculo. Donde de verdad resultan perniciosos es en el entorno laboral. Esa gente que envía mil correos (con un montón de destinatarios), que realiza trescientos seguimientos en excel, que visita a cien compañeros, que ofrece su ayuda a cualquiera que se lo pide, que prolongan interminablemente su jornada; para que después nadie lea sus pesados correos, nadie entienda qué demonios está siguiendo, todos reciban como una molestia sus visitas, sus ayudas resulte inútiles y ningún proyecto avance un ápice con sus aportaciones realizadas a altas horas de la noche. Tienen fama de trabajadores, pero el trabajo es fuerza x desplazamiento y, aunque ellos dilapiden muchas fuerzas, acaban por no mover nada: su trabajo es nulo.