miércoles, 23 de septiembre de 2015

Disuélvanse,

Al final ha resultado que hacíamos menos ruido, pero éramos más. En democracia se cuentan los votos, no los decibelios. Los que querían leer estas elecciones autonómicas como un referéndum han perdido. Los independentistas no tienen mayoría para formar gobierno. Los no independentistas, aunque la tienen, forman una amalgama de difícil digestión. Si queremos que la Generalitat sea una institución útil durante la próxima legislatura, necesitamos que Junts pel Sí se disuelva. El objetivo para el que se creó no se ha conseguido. Ahora necesitamos que los diputados de Convergència, funciones como diputados de Convergència, los de ERC como diputados de ERC y los que venían a proclamar la independencia pero no a hacer política de diario se vayan a su casa. Sólo así tendremos una institución gobernable aunque el gobierno esté en minoría. Que los de derechas voten con los de derechas cuando se hable de privatizar (más) la sanidad, que los de izquierda voten con los de izquierda cuando se hable de ampliar de políticas sociales. Y que Convergència y ERC sigan votando juntos cuando se hable de nación. De esta manera, los hospitales, las escuelas o las carreteras podrán seguir dando el servicio  que necesitamos. Ah, y por fin sabremos si Ciudadanos es de izquierdas o de derechas.

Hemos perdido.

Como en este país está prohibida la publicación de encuestas la última semana de la campaña electoral, dicen que más significativa que la última encuesta es la tendencia de las sucesivas encuestas. A cada encuesta publicada, crecían los votos de la opción independentista. Al final, así ha sido: mayoría abrumadora en el parlamento y mayoría absoluta en las urnas de las dos listas independentistas.
Ya lo sé, legalmente sólo eran unas elecciones autonómicas. También las de 1931 eran unas elecciones sólo municipales, pero cuando la mayoría del pueblo español escogió República, el rey Alfonso XII escuchó atentamente y salió por piernas. La mayoría del pueblo catalán ha escogido salir de España. La democracia es muchas cosas: imperio de la ley, respeto a las minorías, derechos humanos...pero sobre todo es una cosa: decisión de la mayoría. Sigo pensando que la independencia es un error, como pensaba que era un error dar el gobierno al PP hace cuatro años. Pero hace cuatro años admití que el legítimo gobernante era el PP y ahora admito que la independencia es la opción escogida por Cataluña.
Ahora deseo equivocarme. Deseo que la negociación para llegar a la independencia no sea a cara de perro. Deseo que el retorno a la Unión Europea sea rápido. Deseo que la nueva constitución catalana sea flexible y admita para su modificación o abolición las mismas mayorías que los independentistas han reclamado para abolir la constitución española en Cataluña. Deseo que la construcción del nuevo estado sea tan barata como nos prometieron. Deseo que la caída de ventas al otro lado del Ebro sea pequeña y que nuestras empresas la superen con facilidad. Deseo que el nuevo estado tenga más herramientas para combatir la corrupción.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Mi artículo del 28-S.

Como opinador aficionado, tengo que escribir algo sobre el resultado de las elecciones del próximo 27-S. Quiero ser de los primeros en publicar mi sesudo análisis, así que mi intención era escribirlo esta semana y la noche del domingo al lunes sólo tendría que hacer clic. El problema es que las encuestas sobre el 27-S publicadas este fin de semana dicen que hay entre un veinticinco y un treinta por ciento de indecisos. ¿Cómo demonios acierto el resultado final con tanto indeciso y con mis nulos conocimientos demoscópicos? He de decir, para empezar, que no me creo estas encuestas. No me creo que la cuarta parte de los votantes no tenga decidido su voto. Más bien creo que  muchos encuestados habrán dicho "¿y a ti qué coño te importa a quién voto yo?. Pero queda feo cuantificar esa respuesta y es más elegante contarlos como votantes que no saben o no contestan. Tampoco me creo los resultados de la intención de voto. Cuando nos encuestan, mentimos. Las empresas de encuestas los saben, y hasta saben cómo mentimos. No saben cómo miento yo, pero saben cómo mentimos nosotros cuando nosotros somos muchos. Y manipulan los resultados reales para ajustarlos al resultado que saben que se dará. O sabían. Porque no les sirve de nada saber que a CiU (o a ERC) le acaba votando un n por ciento más o menos de los que lo declaran si luego el cacho grande de CiU y ERC se presentan juntos. O se presenta un partido, como Podemos, del que no se tiene estadística alguna de lo mentirosos que son sus votantes en las encuestas. O se presenta un partido en solitario por primera vez. O se presenta un partido que conserva todas las siglas, pero sólo el 60% de los dirigentes. Y, no nos olvidemos, éstas no son unas elecciones normales, por lo que de poco servirán las recetas de cocina demoscópicas normales.
Así pues, ante la imposibilidad de acertar el resultado final y escribir previamente una parrafada de éstas, tendré que escribir varias parrafadas y esperar que alguna de ellas coincida con el resultado final.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Extraño argumento.

Cuando algún partidario de mantener las fronteras españolas en su situación actual dice que una Cataluña independiente saldría de la Unión Europea, desde posiciones independentistas se afirma que España también saldría del euro en ese caso.
¿A quién pretenden convencer de qué?
Un señor de Valladolid partidario de la unidad de España ya sabe que viviría peor sin Cataluña. No hace falta darle más argumentos.
Pero supongo que este argumento pretende convencer a los señores de Vic. Y a los señores de Vic, este argumento les está diciendo: "tu vivirás un poco peor, pero no te preocupes, porque el señor de Valladolid vivirá mucho peor y eso te compensará".

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Ese maldito occidentecentrismo.

¿Me puedes hacer un favor?
Entra en Google, teclea "drama" e "inmigración". ¿Cuántos enlaces te salen? ¿De qué hablan? Parece que estamos sensibilizados, que nos duele el sufrimiento de los que intentan cruzar el Mediterráneo. Y una mierda. Las palabras que usamos nos delatan, El drama no es la inmigración. El drama es la emigración. Que las personas tengan que huir de sus casas y abandonen sus vidas, que los países pierdan los mejores trabajadores y se queden con los más brutos y hábiles con el kalashnikov, que los niños pierdan la oportunidad de recibir educación y formación, que te maten por no adorar al dios correcto, o por tener un huerto encima de un yacimiento de mineral, o porque no es rentable que el agua llegue hasta tu casa. Eso es un drama. Pero a nosotros sólo nos afecta cuando se filtra en nuestro bienestar, cuando los emigrantes consiguen ser inmigrantes.

viernes, 28 de agosto de 2015

viernes, 14 de agosto de 2015

Una forma de explicar las cosas.

En esta noticia publicada en Regió 7. y en numerosos medios, se dice que unos 200 antitaurinos y antimonárquicos (algunos serían antitaurinos, otros antimonárquicos y otros las dos cosas) se concentraron ante la plaza de toros de San Sebastián  para protestar contra la celebración de una corrida de toros, contra la presencia del exrey en el tendido o contra ambas cosas.
No se dice nada de que a escasos metros, dentro de la plaza, se desarrollaba una concentración, no sé si de promonárquicos, pero seguro que de protaurinos, en la que se juntaron 6000 personas.
Ah, y casi todos los que asistieron a la concentración en favor de las corridas de toros habían pagado para hacerlo.