viernes, 15 de noviembre de 2019

Ejerciendo de censor en una escuela infantil

En las últimas elecciones acudí a un colegio electoral. Como la mayoría de colegios electorales, ocupaba las dependencias de un colegio de enseñanza. De primaria en este caso. Las urnas se habían instalado en un aula de los primeros cursos: perchas a muy baja altura, fotos de los niños para identificar el usuario de la percha, muchos carteles con letras muy grandes por las paredes... Por lo visto, este curso están volcados en la prehistoria. Dibujos de mamuts, hombres barbudos vestidos de pieles con hachas de piedra en las manos... Y entre todos los carteles, la letra de una canción que me indignó. No creo que la escuela, y menos la pública, deba servir para enseñar eso a los niños. Me daba cierta vergüenza porque sabía que me mirarían, pero no podía soportarlo. Así que, al final, me decidí. Cogí el bolígrafo y corregí el mensaje. Bisonte se escribe con B, no con V.

viernes, 25 de octubre de 2019

Bienvenidos a la normalidad.

Es normal.
Llevo más de una semana intentando escribir esto. No lo he hecho hasta ahora porque no sé cómo explicarlo bien. Sigo sin saberlo, pero si no lo digo, reviento: lo que pasó la semana pasada en Cataluña es normal.
La "violencia" independentista.
Cuando un porcentaje muy amplio de la población siente la frustración de ver que sus anhelos legítimos son inalcanzables bajo las leyes del estado, es inevitable que parte de la población recurra a la violencia.
La "violencia" del estado.
Lo explicó mejor Max Weber. Un estado se define porque ejerce el monopolio de la violencia. Donde nadie lo ejerce, no hay estado: Libia, Siria... Es cómodo que sea así. Para un peatón, es más fácil cruzar una calle de sentido único. Para las personas es más fácil vivir donde las hostias solo pueden venir de un lado. Cuando alguien ejerce violencia contra el estado, el estado ejerce más violencia y, como es más fuerte, acostumbra a ganar. Y eso no deslegitima al estado.
Lo que pasa por ahí fuera.
Las protestas en Cataluña han coincidido en el tiempo con otras protestas que nos pueden ayudar a relativizar lo sucedido aquí. Hong Kong, Ecuador, Chile, hace unos meses Francia... En todas partes las violencias de manifestantes y estados han sido superiores a las que hemos visto aquí.
No estoy haciendo consideraciones éticas.
La normalidad no es un concepto ético, es un concepto estadístico. Y me dan mucho miedo los que la convierten en un concepto ético. Que me parezca normal que se quemen contenedores no hace que me parezca bueno. Lo mismo pasa con la normalidad de que los antidisturbios repartan estopa. Cuando hablo de la legitimidad de las reclamaciones independentistas no estoy diciendo que sean más legítimas que las aspiraciones del estado de mantener el statu quo.
Y después, ¿qué?
Creo que, a medio plazo, las cosas se calmarán.No porque confíe en la bondad humana, sino porque confío en su egoísmo. Vivimos demasiado bien como para arriesgarlo. Las condiciones de las clases empobrecidas de Chile o Ecuador son mucho peores que aquí. Ellos tienen mucho más que perder. La amenaza para las libertades de los hongkoneses que supone la asimilación en China son mucho peores que las que tenemos aquí. Es estado también tiene motivos para buscar la calma. Para un país como España, un pequeño descenso en el PIB provocado por unos disturbios largos supondrían la ruina.

miércoles, 9 de octubre de 2019

Mirando con envidia a Occidente

Se oye a mucha gente criticar la democracia española porque es heredera del franquismo. Quedaron pendientes demasiadas cosas durante demasiado tiempo. Es verdad. Con lo queno estoy de acuerdo es con las comparaciones que hacen. "¿Tú crees que en Alemania o Italia se permitiría honrar a Hitler o Mussolini?". "Franco se murió en la cama". Supongo que el papanatismo que nos hace mirar al norte con complejo de inferioridad les hace olvidar dos cosas:
  • Hitler y Mussolini fueron nombrados mandamases por parlamentos democráticamente elegidos. A Franco lo escogieron los cañones.
  • No fuimos capaces de librarnos del dictador, pero ni a Hitler lo sacaron del poder los alemanes ni a Mussolini los italianos.
A mí, los que de verdad me dan envidia son los portugueses. No escogieron a Salazar ni necesitaron que viniera nadie de fuera para librarse de la dictadura.


viernes, 27 de septiembre de 2019

183 centímetros dan para poco.

Os voy a ser sincero. A estas alturas de la película, mis 183 centímetros me resultan poco rentables. Cada vez que subo a un avión, un autobús o un tren, me resultan un auténtico engorro. Sin embargo, hace una semana, por un momento, pensé que serían una bendición. Fui a un concierto. Sin butacas. Todo platea. La gente se quejaba. Estábamos apretados (yo también) y no se veía el escenario (yo sí que lo veía). Me pasé un buen rato sonriendo desde mis alturas. Hasta que empezaron a tocar los músicos y un montón de gente enarboló sus móviles para filmar el concierto. Dejé de ver el escenario. Bueno, sí que lo veía. En la pantalla de un teléfono de alta gama que alguien plantó a dos palmos de mí. Y me pasé el concierto pensando en el objetivo de esos vídeos. Creo que solo sirven para enviarlos por whatsapp, instagram, facebook o, incluso, teniendo en cuenta la edad de los asistentes, por correo electrónico; para decirle al mundo "yo me lo estoy pasando bien y tú no".

domingo, 15 de septiembre de 2019

El discreto encanto del nacionalismo

Hace unos días, alguien me dijo que Miquel Iceta había pasado algunos veranos de su infancia en Briviesca. Busqué por internet y encontré este artículo del Diario de Burgos. https://www.diariodeburgos.es/noticia/ZCC9639F3-CB2A-EA84-7941DCAF1A0FDBA3/20160126/veranos/iceta/pescando/culebrilla
Yo no veraneé en Briviesca, sino en Llano de Bureba. Yo no me bañé y pesqué cangrejos en La Culebrilla, sino en El Rosal. Pero está claro que nuestro veranos burebanos se parecían. Es más, yo también asistí al canto del Himno a Briviesca. Estar en la Plaza Mayor rodeado de gente cantando  me puso el vello de punta. Tenemos que admitirlo, el nacionalismo es emocionalmente poderoso.
Para que os hagáis una idea, aquí dejo un video del año pasado que he encontrado en Youtube.

https://youtu.be/JVIa8KFvuF0

Desde fuera, visto desde la razón, nada especial. Desde dentro, visto desde la emoción, la satisfacción de pertenecer a la comunidad. Parten con ventaja. No es de extrañar que periódicamente, cuando las cosas se tuercen un poco, una ola de nacionalismo recorra el mundo.

domingo, 8 de septiembre de 2019

Micromachismos.

Esta mañana he ido a correr una media maratón a Sabadell. Cuando me quedaban 3 o 4 kilómetros para acabar, he asistido a una de las habituales discusiones entre un conductor impaciente y una mujer que estaba cortando la circulación para que pudiésemos emular a Mariano Haro con seguridad. Al llegar a la altura de la discusión, el frustrado conductor ha dicho espetado algo así como "ya ves hasta dónde has llegado en tu vida".
Como ganar la carrera me parecía difícil, el vencedor había llegado a la meta hacía 20 minutos, he decidido pararme y plantarle cara al prepotente.
- ¿Quieres dejar en paz a la chavala?
En ese mismo momento me he dado cuenta de que había metido la pata. La "chavala" me ha levantado el pulgar y me ha dicho.
- Tranquilo, he tenido que aguantar muchos como éste.
Vamos, que me agradecía la intención pero que no necesitaba la ayuda de un "defensor de chavalas".

martes, 3 de septiembre de 2019

Artículo de dos usos.

Mira, para mí no somos lo mismo. No tenemos los mismos derechos. Así que no vengas a imponerme tu moral. La ley, de momento, me da la razón. Cada vez que decides boicotear una instalación y amenazar a sus usuarios, no solo estás quebrantando la ley. Estás mostrando al mundo tu intolerancia y tu fanatismo.

Hala, ya tengo artículo paral próxima vez que ataquen una clínica en la que se practican abortos o una granja en la que críen conejos.