miércoles, 31 de marzo de 2010

Es difícil vender algo si el comprador lo puede obtener gratis.

El señor A tiene un campo con cerezos. Al señor B le gustan las cerezas. El señor B, normalmente, compra cerezas al señor A. Como no se le pueden poner puertas al campo, de vez en cuando el señor B, en uno de sus paseos, coge algunas cerezas de los cerezos del señor A. Al señor A no le gusta, pero el negocio se mantiene.
El señor C descubre que al señor B le gustan las cerezas y que es fácil robar las cerezas del señor A. Empieza a robar las cerezas del señor A y las vende a un precio muy inferior.
El señor A se enfada y llama a la Guardia Civil para evitar los robos. La Guardia Civil empieza a detener a todos los que pasean por el campo con una bolsa de plástico porque pueden usarla para robar cerezas. El señor B se queja de la medida de detener a señores con bolsa beneficia a la United Fruit, que es la verdadera beneficiaria de los campos del señor A.
El señor D se erige en defensor del señor A y exige que se detenga al señor E. ¿El motivo?, el señor E regala cerezas que ha comprado al señor A a todos los clientes que llegan a su tienda a comprar el producto X.
A estas alturas del follón, los que se proclaman defensores del señor B dicen que se intenta violar el derecho a la alimentación del señor B. Los defensores de la United Fruit dicen que se está condenando a la indigencia al señor A. Alguno más retorcido dice que el señor A consigue que la Guardia Civil persiga a los amigos del señor B a cambio de que el señor A apoye al señor alcalde en las próximas elecciones.
Yo, la verdad, me he perdido. Me parece que debo cobrar por mi trabajo y que cualquiera que disfrute de él debe pagarlo. Me parece un abuso que me quieran cobrar un quilo de cerezas a 30€ el quilo. Me parece un abuso que me quieran cobrar por oler una tarta con aroma de cerezas. Me parece un abuso que quien intenta venderme mercacía robada, se queje de que atentan contra su libertad si se lo impiden.

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