domingo, 29 de agosto de 2010

Si los dioses fuesen como las empresas de telefonía.

(O de televisión de pago, o de energía, bancos).
- Señor, estoy bautizado desde mi primer mes de vida, comulgo cada semana, estoy confirmado y casado por la iglesia, he peregrinado a Lourdes, Fátima, Roma y Santiago. Llevo cinco años rezándote para aprobar unas oposiciones a administrativo en el ayuntamiento y todavía no lo he conseguido. Sin embargo, mi vecino, que hasta hace dos meses era musulmán y estaba ciego, ha recuperado la vista.
En ese momento se oye un gran trueno y una luz resplandeciente ilumina el altar de la iglesia. Una voz solemne dice.
- Hijo, tu vecino se acogió a una promoción para nuevos creyentes.

No hay comentarios: