lunes, 17 de enero de 2011

El laboratorio de Túnez.

Estoy siguiendo con mucho interés todo lo que está pasando en Túnez. Juegan tantos actores que nadie se atreve a realizar una predicción, ¿Puede instaurarse una democracia en un país norteafricano?¿Lo permitirán los islamistas? ¿Lo permitirán los que tienen miedo a los islamistas? ¿Lo permitirá la clase dirigente y militar que hasta ahora ha mantenido a Ben Alí? Todos estos temas de geopolítica internacional me van demasiado grandes.  Sin embargo, la revuelta tunecina me está ayudando a comprender algo más una Transición española que me pilló muy joven. ¿Alguien se atrevería ahora a apartar al ejército tunecino del diseño del camino hacia la democracia?¿Es sensato ignorar a los líderes religiosos? ¿Se puede esperar que la clase política afín al dictador exiliado abandone pacíficamente sus prebendas o habrá que hacer concesiones para que lo haga? ¿Dejará la comunidad internacional que los tunecinos escojan su futuro sin injerencias, o presionará para que los votantes tomes la "decisión correcta"?. Creo que para cada pregunta existe una respuesta utópica y una respuesta realista. Si dentro de 40 años los tunecinos todavía tienen que escoger las respuestas realistas, será un fracaso. Si escogen ahora las respuestas utópicas, el fracaso empezará ahora.
Decir ahora que la Constitución Española es un profundo error equivale a optar por las vías utópicas en Túnez. Decir que la Constitución Española es la culminación de la libertad y ha de ser inamovible, equivale a dar por definitiva lo que fue una solución provisional.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Que crack!
Evidentemente nada es rígido ni para siempre, con lo que la Constitución para muy pesar de algunos tampoco lo es. Así pues, como primer paso hacia la "libertad" fue correcto, pero como las evoluciones de la vida marcan, ya sea en forma de renacuajo terminando en sapo o en gusano convertido en mariposa las cosas cambian normalmente a mejor aunque algunas pocas, por suerte a peor. Y esto quién lo decide? El pueblo, señor maestro! Ya que la democracia, no es la mejor forma de gobierno que existe, pero si, la menos imperfecta.

Mariano Puerta Len dijo...

Justamente porque me gusta vivir en una democracia y porque ésta se define porque decide el pueblo; me parece feo que un grupo de 10 o 12 personas, muchos con el mandato caducado, decidan en contra de lo que un parlamento ha decidido.